Capítulo 2

5000 Words
Pov Madelaine. Es una extraña reacción la que ella está teniendo en este momento, pero podría decir que es una mezcla entre sorpresa y nerviosismo. Supongo que no se esperaba para nada que estuviera en esta clase ni tampoco que fuera tan descarada de venir a hablarle después de todo lo que sucedió entre nosotras. A mí parecer, no puedo dejar que la oportunidad vuelva a pasar por mí lado mientras la tengo enfrente. Al menos quiero tratar de volver a verla y no precisamente dentro de la clase. Pasé varios días preguntándome cómo es que dejé pasar la oportunidad de pedirle su número o al menos de preguntarle su apellido para buscarla luego, pero como el universo me ama, ahora tengo otra chance. —¿Esto es real? —pregunta ella con una ceja levantada —Bueno, eso es lo mismo que me pregunté en cuanto te vi frente a mí. Pero ahora puedo afirmar que si, esto es real. —¿Para que me necesitas? —dice evadiendo mí sonrisa. —En realidad, quería hablar contigo y proponerte algo. Ella mira hacia atrás, supongo que quiere saber si aún hay alguien más dentro del aula. Sé que es normal, se supone que ella es la profesora, pero es que nosotras nos hemos conocido en otra situación y ambas somos adultas. Técnicamente es legal. —Sal del aula por favor, las clases han terminado —dijo algo nerviosa —¿Porqué? —No es el lugar. —Solo estamos hablando. ¿O ves a alguien más aquí? —dije mirando a mi alrededor. —No, pero me pone nerviosa saber que alguien puede estar escuchando. —Todos están metidos en su mundo, a nadie le importa escuchar si tú y yo tenemos una conversación. Se supone que estamos hablando de la clase. —Concretamente ¿Qué quieres? —Verte de nuevo. No creí que podría ser posible. —Pensé que eras de Miami —dijo mirando mis labios por unos segundos. —Si, pero estoy estudiando aquí. No entiendo qué tiene que ver —digo con una sonrisa burlona. —Bueno, fue una sorpresa verte hoy. Eso es todo —suspira—. Pero tengo que irme ahora. —¿Me tienes miedo Lauren? ¿Qué es lo que sucede? —No es eso, no tengo miedo. —¿Entonces porque no podemos hablar como personas adultas? —Porque estoy en mi trabajo y esto no es correcto —dijo intentando mantener la cordura—. Incluso es peor si quieres hablar de esos asuntos en particular. —Entonces te veo esta noche en mi departamento. —¿Qué? Era inútil tratar de sacarle una conversación en este momento, ella no quería hablar dentro de la universidad y creo que lo más justo sería dejar que decida si quiere que esto vaya más allá o dejar todo en el olvido. Sin decir más, saco un papel y una lapicera de adentro de mi mochila y anoto mi dirección allí. Ella tendrá el tiempo suficiente para pensar y decidir, no voy a intentar convencerla de nuevo. —Este es mí dirección, espero que vaya profe —sonreí mordiendo mi lengua—. Que tenga una bonita mañana. Caminé con una sonrisa todo el trayecto hacia la salida, ella no había respondido absolutamente nada, pero sabía que Lauren iría. ¿Quién se negaría a Madelaine Cook? Las horas se pasaron rápido, había intentado mantener mi mente en la clase, pero es que no podía dejar de pensar en ella. Miraba mi celular como si pudiera mandarme un mensaje, pero jamás le había pasado mi número y de hecho me arrepentía mucho de no haberlo anotado en cuanto le di mi dirección. Al parecer mis neuronas funcionan una vez que estoy fuera de su encanto, necesito ser más rápida la próxima. Bueno, en realidad estoy un poco jodida porque ni siquiera sé si habrá una próxima vez. Trato de meterme en los últimos minutos de la clase y escribo algunos apuntes por encima, de todas maneras, las cosas que hemos repasado hoy ya me las sé. Johan me textea unos minutos antes de irme y solo pude contestarle que estoy un poco confundida y que me llame en unos minutos. En cuanto más pasaban los minutos mi mente me recordaba que no había demasiadas posibilidades para que ella venga, más que nada por su actitud. Como sea, debía tener una mínima esperanza al menos. Con un largo suspiro salgo de la clase y camino directo hacia el auto mientras que le escribo a Johan de que ya estoy libre, él me dijo que le avisara para poder llamarme. Mi mejor amigo ni siquiera tardó más de cinco minutos para marcarme. —Hola, extraño —le digo mientras subo al auto— ¿Cómo estás? ¿Aún de compras con tu madre? —No, ya estoy en casa de vuelta. Fue una mañana bastante agitada. ¿Y qué tal te fue a ti? ¿Por qué estabas confundida? ¿Ocurrió algo? —Si, en realidad si —respondo con un largo suspiro mientras apoyo la cabeza en el volante por algunos segundos. —¿Quieres contarme? —Si —suspiro—. Se trata de alguien. —¿De alguien? ¿En serio? —él está algo sorprendido y el motivo es que no es común que hable sobre un problema amoroso. Al menos no después de mi ex. —¿Recuerdas la chica que conocí en Tokio? —¿La morena de ojos verdes? —Si, ella. Hoy volví a verla. —¿Es una broma? —pregunta emocionado —No, eso es cierto. Es mi nueva profesora —digo con una mezcla de risa y frustración. —¿Que? —él comienza a reír— ¿Cómo es posible que te la encuentres en tu universidad? —No lo sé, jamás la he visto, apareció hoy de repente. Ambas estábamos sorprendidas, fue algo inesperado. —Ciertamente sí. ¿Y qué ha pasado? ¿Hablaron? —Eso intenté, pero ella ha estado a la defensiva todo el tiempo. —¿No te dijo porqué? —Dijo que era el lugar, le incomodaba que hablemos en la universidad. ¿Piensas que dijo la verdad o es una tipa casada y tiene hijos? —él comienza a reír. —Bueno, en realidad no lo creo. Si te pones en su lugar, si es un poco incómodo todo eso. —Si, lo sé —suspiro—. Supongo que todo esto perjudica en su trabajo, quiera o no. —Sumándole a que también fue una sorpresa para ella volverte a ver. Miles de escenarios pudieron pasar por su mente. —Si. Por eso se me ha ocurrido invitarla a mi departamento esta noche. —¿Que? ¿Cómo vas a invitarla? ¡Ni siquiera la conoces! —Ciertamente no creo que sea una psicópata y en el edificio hay seguridad —me río—. Quiero probar dos cosas. —¿Qué cosas? —Lo primero es saber si ella en serio se plantea ir a mi departamento, sería un gran paso —admito—. Y después, quiero sacarme la duda en que si quiere estar conmigo o no. —Oh carajo. ¿Me estás diciendo que de quieres estar con ella? ¿Cómo una pareja? —No digas estupideces. Estoy hablando de sexo. Nosotras podemos tener alguna noche libre y simplemente estar juntas ¿Por qué metes el asunto de una relación en medio de esto? —Perdóname por nombrar al diablo —se burla—. ¿En serio piensas en ello? —Te he estado hablando del encuentro en Tokio por días ¿Eso no te ha dado un indicio de que me gusta? ¿En serio? —él se ríe —Bueno si, bastante en realidad. Pero me refiero a que ustedes dos tendrán que verse por el resto del semestre. —Si, lo sé. Y si todo va bien, ciertamente será divertido. —¿Y si ella no va esta noche? —Tendré que lidiar con ello. Tampoco es que la veré todos los días, no falta demasiado para que esto termine. Apenas son dos días a la semana, puedo con ello. —De acuerdo, ahora sin llorar —lanzo una carcajada por lo idiota que es mi mejor amigo y pongo los ojos en blanco. —No seas malo, déjame lidiar con mi desgracia en paz. —Lo llamas desgracia y aún ni siquiera sabes su respuesta. Ten un poco más de fe en ti. —Intento tenerla, pero es que ella actuó bastante distante. No sé si vendrá realmente. —No digo que te ilusiones porque sí, pero deberías depilarte por las dudas —bromea. —Lo haré, creéme. —¿Y cuándo piensas venir a verme? De repente Lauren apareció en el estacionamiento, venía caminando con un portafolio en su mano mientras acomodaba su cabello antes de colocarse sus lentes de sol. La seguí con su mirada hasta que se paró frente a un auto, demasiado lujoso y se subió allí, de la manera más sexy que me pudiese imaginar. Eso fue rápido, pero no tanto como para no poder apreciar su belleza. —¿Maddie? ¿Estás ahí? —habló mi mejor amigo —Si —dije en un susurro— ¿Cuánto gana un profesor? —No tengo idea ¿Por qué lo preguntas? —Lauren acaba de subirse a un auto que es incluso más caro que el mío. Ella no es simplemente una profesora —afirmó siguiéndola con la mirada—. Bueno, al menos no se dedica solo a eso. —Quizás alguien se lo prestó. —¿Quién le presta un auto de lujo a otra persona? ¡Apenas dejo que miren el mío! —¿Qué auto tiene? —Un Audi S7. —¡Es el auto que siempre quise tener! —dijo entusiasmado— ¿Puedes ser su novia así me presta su auto? ¡Por favor! —Eres un idiota —reí—. Cuando llegue a casa te llamo, debo manejar —De acuerdo. Cuando llegues debo hablar contigo. —¿Algo bueno? —Por supuesto. Es algo que tengo preparado nada más. Y por cierto, ni siquiera dijiste cuando estarás por Miami. —Supongo que, en unas semanas, amigo. Todo depende como esté la universidad. —De acuerdo. Al menos solo un fin de semana, te extraño por aquí. —También te extraño. Mientras encuentro un hueco, si tienes tiempo también podrías venir. —Lo haré. Te amo, me voy a dormir un rato. —Está bien, también te amo. Cuídate. Terminé la llamada luego de despedirme y comencé a conducir hacia mi departamento. Johan era mi mejor amigo desde el jardín. Lamentablemente nos habíamos separado cuando vine a vivir a Los ángeles pero seguíamos en contacto. Él es el tipo de amigos que no puedes dejar ir, es incondicional y sin dudas lo amaba como a mi hermano. Cuando decidí venir a la universidad de California puedo decir que la peor etapa fue no verlo, nosotros estábamos juntos todo el día, además de que nuestros padres eran vecinos, solíamos vivir en la casa del otro prácticamente. Como sea, la vida adulta es una real mierda, pero tenemos que continuar haciendo nuestras cosas. Aunque no pasan más de dos meses en la que no nos vemos, alguno de los dos encuentra un hueco y viaja. Si, es la segunda vez que lo cuento. Esto es una mierda desde hace más de cinco años. Cuando llego a mi departamento me doy cuenta de que está demasiado desordenado como para tomar una siesta, pero es que estoy tan cansada que ni siquiera quiero pensar en la ropa que tengo que lavar. Pov Lauren. Mi mente estaba bloqueada, sinceramente cuando acepté este trabajo jamás imaginé que la encontraría allí. No iba a mentir, había pensado mucho en ella luego de que regresé de aquel viaje de Tokio, pero sabía que era casi imposible volverla a ver y más sabiendo que ella era de Miami. ¿Que si pensé en ella? Demasiado. Lo nuestro fue de una noche, pero fui tan idiota en no pedirle su número que me lamenté por el resto de la semana. Supongo que también me consolé pensando que al ser de Miami no había forma de que en algún momento podamos concretar alguna otra cita, pero ahora me había quedado sorprendida por tal coincidencia. Como si fuera poco estuve tan nerviosa cuando ella vino hacia mí que incluso me sentí una estúpida. Habían pasado muchas cosas por mi mente, pero lo que más culpa me daba era el hecho de fallarle a mi amigo Bob y arruinar el reemplazo, él confió en mi cuando dijo que quería que continuara con su clase. Supongo que no todo se puede en esta vida y estoy casi segura de que Madelaine es una de ellas. Trato de sacarla de mi cabeza en cuanto estaciono en la casa de mi padre, debía resolver algunos asuntos antes de ir a mi departamento. Quizás este era el lugar donde menos quería estar en este momento, pero el hombre no había parado de llamar durante toda la mañana y no quería aguantar más sus reclamos. Tuvimos una fuerte pelea hace más de un mes, me había decepcionado bastante de él y no era el momento de volver a verlo aún, al menos no después de que me haya ido de la empresa tan enojada. Pero tenía mis razones para estar así, él fue quien me hirió en primer lugar. Solo fui a su casa porque me preocuparon las veintitrés llamadas, creí que algo le había pasado así que directamente fui allí y averigüé. La señora que trabaja en la limpieza de la casa me abrió la puerta con una sonrisa en su rostro, como siempre. —Buenos días —le digo a ella—. ¿Mi papá? —Está teniendo una llamada en su oficina, si quiere le digo que ha venido. —Si, por favor. —Muchas gracias. Por cierto ¿Cómo está su nieto? —Está muy bien —sonrió orgullosa—. Entrará en la universidad el próximo año. —Eso es genial. Dile que puede contar conmigo para lo que sea y envíale un saludo —Lo haré. Muchas gracias Le sonreí amablemente antes de que saliera del living. La conocía desde hace más de siete años, pero ambas éramos tan reservadas que no pudimos tener una relación más íntima que simplemente saludarnos con una sonrisa y tener una breve charla de menos de cinco minutos. Ella se retira y me quedo en la sala como si se tratara de un invitado más, mientras que revisaba mi teléfono y le respondía los mensajes a Kim. Mi mejor amiga me estaba contando de lo terrible que había sido su día, ella suele estresarse por cosas pequeñas, por eso mismo le he dicho que venga a casa y que me esperar unos minutos mientras hablo con mi padre. Por supuesto que, aunque Kim no usara la llave que le di de mi departamento, en momentos como este era más útil que lo hiciera por su cuenta. Le agradezco a Carola por el vaso de agua que me ofrece y unos minutos más tarde escucho el sonido de los zapatos de mi padre. Me aguanto las ganas de suspirar y poner los ojos en blanco cuando lo miro y noto la sonrisa en su rostro mientras camina hacia mi. Entonces las llamadas y no atenderme luego solo fue un truco idiota para que venga preocupada hacia él. Otra razón por la que estoy a punto de mandarlo a la mierda, suele ser insoportable cuando se lo propone. —¿Cómo estas, pequeña? —Estoy bien Mike ¿Y tú? —¿Cómo que Mike? —frunció el ceño— ¿Aún sigues enojada conmigo? —Tengo motivos suficientes ¿No te parece? —levanté una ceja—. Ahora.. ¿Para qué me has llamado? ¿Por qué insistes tanto en dejarme un millón de mensajes desde que me fui? —Porque no es justo que estés ignorándome. —Te ignoro porque tengo los motivos suficientes como para querer mantenerme lejos de ti. —No, no los tienes. Soy tu padre. —¿Y? —No puedo entender nada de lo que está pasando ¿Cómo es eso que ahora estas trabajando como profesora? —¿Y eso que tiene de malo? ¿Acaso no tengo los estudios suficientes? ¿Qué pretendes? —Por supuesto que tienes estudios suficientes, pero para estar en mi empresa, no como una simple empleada. —Soy una empleada en tu empresa —suspiro poniendo los ojos en blanco—. De todas maneras, es mi vida y si quiero puedo ser profesora o lo que se me ocurra. No tienes derecho a decidir nada. —Si los tengo. Aún más cuando veo que te estás alejando de tu carrera para meterte a una universidad. —No me importa lo que pienses. Es lo que elegí. —Regresa a la empresa —dijo con autoridad —No pienses que como eres mi padre puedes hablarme de esa manera. Tú sabes muy bien porque he decidido irme. —¿Por qué le asigne aquella obra a Matthew? —¡Era la obra más importante de la maldita empresa! —dije alterada—. Se la has dado a una persona que apenas comienza ¿Eso es justo para mi? —Lauren, tú tienes mucho trabajo y él está más capacitado... —¿Más capacitado? —reí—. En estos años no he hecho más que aportar dinero a tu maldita empresa, haciendo los mejores negocios que puedas obtener ¿Y ahora no lo merezco? —sonrío negando con la cabeza— ¿Está más capacitado que yo solo porque es hombre? —Lauren... —No. —chasqueo la lengua—. Sabes... mejor me iré porque estás haciéndome enojar más de lo que tenía planeado con tus excusas estúpidas. Si yo quiero puedo irme a otra empresa, incluso a la de los Coleman y tú te perderías la oportunidad de tu vida. Así que nunca más vuelvas a subestimarme. —No lo hago, hija. Solo quise quitarte peso en el trabajo. —Lo único que haces es humillarme. Todo el maldito personal sabe que soy la mejor opción que tenías y solo espero que ese imbécil sepa lo que hace. —Dime que hago para que regreses, por favor. —Nada, no puedes hacer nada. Ahora tengo un compromiso con Bob y terminaré el semestre en la universidad. —¿Estarás los próximos meses dando clases? —Si, eso haré —suspiro—. Si quieres que regrese entonces deja de tener favoritismo y dale el trabajo a la persona que se lo merece. Y no quiero hablar más contigo, esto es inútil. —Sé que estás enojada, pero al menos dame una oportunidad. Quédate a almorzar. —Kim me está esperando y sinceramente estoy bastante enojada contigo como para compartir un almuerzo. Me retiro sin volver a discutir con ese hombre, odio cuando él me engaña con este tipo de cosas. Tendría que haber hecho las cosas de otra manera, pero prefiere mentirme y preocuparme con que le ha pasado algo, sabe que después de aquel infarto estoy pendiente aunque nos enojemos. No digo que sea un mal hombre tampoco, mi padre siempre me ha dado todo lo que necesité y estuvo presente para mi. Solo que no puedo soportar que él haya confiado en un hombre que hace unos meses está allí para darle un trabajo tan importante y no me lo hay asignado. No es un juego de egos, pero sé perfectamente que estoy mucho más capacitada que Matthew y él me negó la oportunidad de al menos tener la opción de aceptar o no. No me gusta cuando se meten con mi trabajo y después que pasó aquello renuncié a la empresa y estuve a punto de meterme a trabajar en otro lugar hasta que Bob mencionó lo de la universidad. Estaba capacitada para dar clases, así que no fue un problema aceptar en ser su reemplazo por el resto del año. Llegué a mi departamento y fui directamente hacia la tina, necesitaba relajarme un poco y pensar en lo que rondaba en mi cabeza. Kim aún no había llegado, por lo que supuse que ella se detuvo en algún lugar para conseguir comida para ambas, es lo que siempre hace y la amo por eso. Justo cuando estoy cambiada y a punto de ir por un poco de agua es cuando siento que las llaves se meten en la cerradura y unos segundos después mi mejor amiga aparece allí. —Traje sushi para ambas —ella me anuncia en cuanto me ve—. ¿Cómo te fue en la universidad? —Bien. Aunque fue bastante agotador dar tantas clases en una sola mañana. —Bob te dijo que era bastante atareado, pero al menos es solo por un tiempo. —Si, eso es lo bueno —le sonrío y la ayudo a poner las cosas sobre la isla— ¿Y tú? ¿Disfrutando de tus vacaciones? —Considerando de que mi mejor amiga me despidió de mi empleo, sí. —Cállate, no seas idiota —me río—. Son tus vacaciones pagas y lo serán al menos hasta que termine el año.. —Lo sé, pero extraño la oficina. ¿Tu padre no ha intentado sobornarte para que regreses? —De hecho, si. Fui a su casa porque me estuvo llamando toda la mañana y me preocupé. Resulta que es un truco para que regrese, él está jugando sucio. —Lo imaginé. ¿Qué le dijiste? —Que había quedado con Bob para cubrirlo por el resto del año. Él no se merece que regrese tan pronto y como sea, he aceptado esa responsabilidad. —Será difícil que tu padre entienda, pero no debes preocuparte por eso —ella golpea suavemente mi cabeza mientras pasa por mi lado para buscar agua de la heladera—. Keana me ha dicho que pasaras a visitarla. —Eso planeo, pero no tuve mucho tiempo en estos días, pero iré ¿Por qué no vamos juntas? —Fui hoy temprano, en la noche tengo una cita y me he ido a depilar —¿Una cita? —Conocí a un chico. ¿Recuerdas ese chico lindo de la tienda de café? —Oh si. Hablaste de él algunas veces. ¿Se ha dignado a invitarte a salir? —No, lo hice yo. Quedamos en salir esta noche, así que supongo que eso estará divertido. —Eso parece, como para que tú te depiles —digo en broma, recibiendo un golpe en el hombro como respuesta. —Cállate, Lauren. —Pero hablando en serio, creo que es lindo que salgas. El tipo parece un buen partido. —Si, parece. Todo se sabrá hoy en la noche —da un suspiro—. Pero antes de ir tengo que resolver un asunto con mamá. —¿Qué pasó con tu madre? —Se está separando —abro los ojos sorprendida—. Jason le ha dicho que quiere quedarse con la casa y eso, pero eso ni siquiera es una posibilidad. —¿Necesitas un abogado? —Ya me he contactado con mi primo. Por lo pronto mamá quiere quedarse unos días en casa, así que iré a buscarla para llevar algunas de sus cosas. —Puedo acompañarte, de hecho, podría hablar con papá. Sabes que él tiene ese departamento que está sin ocupar. Ella podría quedarse allí por el tiempo que tu primo resuelve el problema de su casa. —¿En serio? ¿Eso podría ser posible? —Si, amiga. Puedo hablarle a mi padre para que eso pase. Eso no es problema, de hecho voy a llamarlo en un rato. —Por eso te amo, eres capaz de perder tu dignidad por mi —dice ella con una sonrisa. —Si, difícil de creer. Pero más allá de que estemos enojados, él aceptará sin problema. —Ha estado con Jason por más de quince años, no entiendo cómo es que él quiere hacerle eso. —Porque nunca terminas de conocer a las personas —suspiro— ¿Tu madre te ha contado de algo? ¿Porqué se separan? —Además de la convivencia de mierda que han tenido los dos últimos años, Jason ha estado con otra persona. —¿Qué? ¿Me hablas en serio? —Completamente. El bastardo fue capaz de decirlo, como no están casados legalmente, no importa que ella lo sepa o no. —Lo detesto —bufo—. Podrías decirle a tu madre de que vaya con Keana, le pagaré un día completo de spa, ella debe estar destrozada. El tema de la separación de su madre y mi primer día en la universidad fue de lo que hablamos durante el resto del almuerzo. Lo bueno es que Kim siempre traía asuntos importantes y me informaba de los chismes de última hora. Mi mejor amiga estuvo hasta las cinco de la tarde en casa, luego de eso tuvo que ir con su madre y arreglar ese asunto. Por mi parte me dormí un buen rato hasta que la llamada de mi padre afirmando que ella podía ir al departamento me despertó. Ahora mi mente estaba ocupada en la hora y en Madelaine. Se supone que no le había dado una respuesta hoy, pero todo con respecto a la cita de esta noche me estaba comiendo la cabeza. ¿Qué debería hacer? ¿Ir o no hacia el departamento de Madelaine? Mi mente viajó a aquella noche, había sido la más emocionante de mi vida, comúnmente yo no hacía ese tipo de locuras, pero tener sexo en un mirador en el cual estaba prohibido subir en aquella hora de la noche con la mujer más sexy que había conocido me había dado demasiada adrenalina. Ahora la tenía tan cerca y no estaba segura de que trabajando allí sería lo correcto, no podía fallarle a mi amigo, él me había pedido el favor de suplantarlo en aquellas clases, pero si descubrían algo así, seguro también lo perjudicaría a él. ¿Ir a la casa de tu alumna no era ilegal? No lo creía, pero igualmente se veía demasiado mal. No tenía nada claro en mi mente, no estaba segura que estaba bien y que estaba mal, pero no quería cometer errores. La universidad es donde trabajaría en los próximos meses, entonces estaría violando una norma de allí, quiera o no ella era una alumna. Debía hablar con Madelaine y decirle que no era posible nada de lo que ella tuviese en mente, no podía tener otro problema justo ahora, aunque me muriese de ganas por tenerla cerca. No sabía que ponerme, sinceramente no tenía idea si colocar un vestido era demasiado, así que solo me puse unos jeans y una camiseta. Mi maquillaje era sencillo, dejé mi cabello suelto luego de sacarlo y busqué el maletín para sacar el papel que ella me había dado esta mañana. Estaba decidida en aclarar este asunto de una vez por todas y que las cosas entre nosotras quedaran claras. Busco en mi bolso aquel papel que ella me había dejado y me quedó estática al leerlo. Mis ojos se abrieron con sorpresa al ver su dirección. ¿Es que había alguna otra cosa que estuviese en mi contra? Vivía exactamente en el mismo edificio que yo, con la diferencia de que su departamento estaba en el piso de arriba. Comencé a sudar, no podía creer que eso estuviese pasando. Pero es que estaba tanto tiempo fuera de mi casa que ni siquiera conocía a mis vecinos. ¿Durante cuánto tiempo la tuve tan cerca? Esto tiene que ser jodidamente irreal. No puede ser que haya estado pensando en ella durante tanto tiempo y resulta que dormía todas las noches exactamente arriba mío. Tomo el elevador para subir un piso y una vez allí me paré frente a su puerta y toqué suavemente, encontrándome con una reluciente Madelaine. Su sonrisa podía verse desde lejos, ella al principio se sorprendió un poco cuando abrió la puerta, pero luego de eso solo se vi reluciente. —Hola —murmuro —Buenas noches, Lauren —ella sonríe mordiendo su labio inferior—. Pasa, por favor. Dudé en dar el primer paso, pero finalmente caminé hacia su living, mientras sentía su mirada sobre mí. Creo que esto será un poco más difícil de lo que me planteé hace unos minutos en mi cabeza. —Creí que no vendrías —dijo divertida—. Te ves preciosa. —También tú —dije mirando su vestido mientras pensaba en lo que tenía que decirle. —Te he mirado toda la maldita clase y solo estaba esperando este momento. —¿Que has estado esperando? —respondo mientras que levanto una ceja —Estar a solas —sonrió—. Te ves tan sexy dando clases. ¿Te lo han dicho? —Eres la primera —afirmo mirándola a los ojos. —Punto para mi entonces—volvió a relamer sus labios—. He pensado mucho en ti durante estas horas. —¿Mucho? —¿Para qué mentir? —sus pasos venían hacia mi—. Eres hermosa. Eso lo he pensado desde que te conocí. —¿Siempre eres tan directa? —sentía el calor de su cuerpo junto al mío. —¿No lo has notado aquella noche en Tokio? —sonrió—. Solo voy por lo que quiero. —¿Y qué es lo que tú quieres? —sin poder evitarlo miré sus labios —A ti, te quiero a ti —mordió su labio inferior—. ¿Cómo es que aún no te has dado cuenta?
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD