The real bad boy

Capítulo 1

-Lía levántate, en 1 hora cogemos el avión- Dijo mi padre desde la puerta de mi habitación.

Me levanté y me di una ducha relajante. Por fin me iba de este lugar que odiaba tanto. Lo único que iba a echar de menos sería mi cuarto. Os debéis de preguntar el por qué de mi cambio a mitad de curso. Pues este se debe a que no tengo amigos ¿el por qué? Cosas que pasan supongo.

Salí de la ducha y yo inscribo una toalla en el cuerpo y otra en la cabeza. Me dirigí hacía el armario y cogí la única muda que me quedaba ya que toda mi ropa estaba empacada. Cogí la ropa que consiste en, unos jeans, una sudadera y mis converse negros y me vestí. Cuando acabé bajé y yo dirigí directamente hacia la cocina donde ya estaban papá y mamá desayunando.

-Buenos días cariño- Saludó mamá. Se me hizo raro verla. Tanto a ella como a papá ya que ambos estaban siempre viajando. Al principio era un poco molesto, pero no me quedaba de otra que acostumbrarme. Trabajo era trabajo.

-Buenos días- Cogí una manzana y me senté.

-¿Preparada para irnos? - Preguntó papá. Tan solo asentí.

-Entonces sube al coche, las maletas ya están en él.- Me levanté y cogí mi móvil con los cascos para escuchar música en el viaje del avión y que controlan 10 largas horas.

Subimos al coche y el chófer nos dejó en el aeropuerto, poco después anunciamos nuestro vuelo así que subimos al avión y yo me envié entre papá y mamá

-Lía levanta, ahora aterrizaremos- Me despertó mamá. Ni siquiera me había dado cuenta de que me había dormido.

Cuando por fin el avión aterrizó y cogimos las maletas, nos montamos en otro coche de papá. Si, era rica pero por mi forma de ser y de vestir no lo parecía.

Cuando llegamos a la nueva casa me quedé un poco anonada, era enorme y preciosa. Tenía muchas ganas de verla por dentro y dar una vuelta, pero me moría de sueño así que aplaudía esa idea. Eran las 10 pm y al día siguiente ya empezaba el instituto así despidiéndome de mis padres que me anunciaron que mañana mismo se irían de viaje, menuda novedad, me fui a dormir.

La habitación no estaba para nada mal pero no tenia fuerzas ni siquiera de echarle un rápido rápido. Sin siquiera cambiarme, me tiré en la cama y me dejé llevar por los brazos de Morfeo.