Me instalé en el hotel y me preparé para dormir. Era tarde, por la mañana podría ir a buscar ese lugar para investigar la verdad, pero no podía dormir, me sentía inquieta y también insegura, no podía desconfiar de él, pero tampoco podía esperar que la verdad me llegara del cielo.
Salí del hotel y caminé por las calles de la ciudad, la brisa cálida acariciaba mi rostro. Era un lugar pacífico, no era muy tarde y aun así las calles estaban poco transitadas, se sentía como mi pueblo. Suspiré recordando mi hogar y a mis padres y me sentí nostálgica.
-¿Es nueva en la ciudad? –preguntó una amable señora de edad avanzada interrumpiendo mis pensamientos
-En realidad solo vengo de paso
-Al final de la calle a un lugar muy popular que muchas personas jóvenes visitan a menudo, normalmente cierran
