Había transcurrido una semana desde el atentado donde lamentablemente Rick perdió su vida; sin embargo Logan seguía sin entender como un disparo tan insignificante en el bazo acabó con la vida de su hermano, un hombre fuerte y saludable. Sus pensamientos estaban en el informe médico donde no revelaban ninguna complicación durante la cirugía, al contrario todo indicaba que la intervención había sido un éxito rotundo, pero a mitad de la noche simplemente Ricky, como él le decía dejó de respirar. Nada tenía sentido y su frustración con cada hora y cada día que pasaban iban en aumento y el único modo que encontró para liberar su ira era golpear una y otra vez el saco de boxeo que tenía enfrente hasta que diera con los culpables. Sus nudillos ardían bajo los guantes de boxeo, los músculos de su

