Mel sostuvo con fuerza la tarjeta en su mano mientras veía cómo ese hombre de mirada profunda y ojos claros se dirigía a la puerta con pasos lentos y con su espalda bien recta irradiando un aura de seguridad y confianza. Ella podía jurar que bajo esa bata de hospital había un cuerpo musculoso y bien trabajado pero entonces pensó en cómo sería su rostro. Algo en su interior comenzó a vibrar con fuerzas, una necesidad inexplicable de conocer el rostro de Logan se apoderó de su ser, entonces lo detuvo. — ¡Espera!—gritó de manera desesperada—. No te vayas, solo regálame otro minuto —pidió bajando el tono de voz e intentando disimular su nerviosismo, ya que la curiosidad pudo más que cualquier razonamiento. Logan sostuvo por un instante con fuerza el picaporte, estaba irritado; sin embargo c

