Había mucho que hacer. Jamás hubiera imaginado todo cuanto mi padre administraba y dirigía. Me mostraba atenta, y conociendo personas cercanas a mi padre, quienes estaban a cargo de diferentes tareas. Al parecer Sarbelia, sabía más, mucho más que yo. Había pasado todo el día y no había logrado ver a mi padre ni a Esteban. — ¿Hija entonces, dictaminará esa petición? Me encontraba sumergida en mis propios pensamientos, sosteniendo varios pergaminos, desde hacía ya un rato que me encontraba sola con Sarbelia; la mayoría se habían retirado antes del anochecer. Aunque había entendido lo que Sarbelia me había dicho, poco tenía idea de que petición me hablaba. Muy dentro de mí sentía la ansiedad porque pese a estar muy ocupada me mantuve pensativa y profundizada en el alocado deseo de encon

