La Trasformación.

Capítulo 2 - Italia.

Después de dos horas y media de vuelo a Anya le dolía todo el cuerpo, bajo del avión respirando aire fresco, por fin estaba en Milán, había agenciado un piso compartido cerca de la universidad, sus compañeras serian dos chicas Kimberly y Sasha que ya la esperaban en la puerta principal del aeropuerto. Se presentaron y hablaron un poco del tiempo y del vuelo, se llevaría bien con esas chicas eran muy amables.

Ya montadas en el taxi, Anya observaba toda la ciudad con detenimiento, era una ciudad inmensa, no sabía si se acostumbraría al ruido y a las grandes calles italianas, aspecto antiguo, pero a la vez moderno, casas de piedra altas, iglesias, jardines amplios y un parque con un gran río precioso, llegaron a una urbanización, la sexta de la izquierda, la última de la calle era la suya, su nuevo hogar. El taxi paro justo en la puerta Anya y sus compañeras se bajaron Kim y Sasha avanzaron hasta la casa y Anya se quedó de pie junto a la maleta admirando la casa.

Era una casa grande, situada en un gran jardín con un aparcamiento, para subir había unas grandes escaleras para llega el amplio porche. En el porche había un pequeño banco de madera y cojines blancos. La casa era un color verde claro con las ventanas y barandillas en marrón oscuro. Entro a la casa junto a las chicas y dejo la maleta en el recibidor, era una casa amplia.

Al entrar estaba el salón, muy amplio , justo enfrente de la entrada una escalera llevaba al segundo piso, en la entrada a la izquierda quedaba la cocina y una pequeña isla con cuatro taburetes, toda la parte de abajo tenía un color rojizo con suelo de madera marrón oscuro, subió al segundo piso junto con Sasha que le mostraba las habitaciones y cuál sería la suya, habían tres habitaciones, dos totalmente ordenadas y decoradas la última que estaba con la puerta cerrada sería la de ella, su habitación era amplia, el gran ventanal dejaba entrar la luz del atardecer, en el ventanal un pequeño sofá blanco con cojines azules y cortinas blancas de gasa, las paredes de un color azul cielo con una gran cama con el edredón de margaritas a juego, enfrente un pequeño tocador y a la derecha un escritorio blanco. Se dirigió al salón para subir su maleta y empezar a desempacar la ropa y sus objetos personales, le daría un toque suyo a la habitación.

Ya había guardado su ropa en el pequeño armario, saco el portátil sus nuevos libros y los dejo sobre el escritorio, y por fin había acabado con la mudanza, Sasha le grito desde el final de la escalera.

-Anya, la cena esta lista- le grito risueña.

Anya salió de la habitación y bajo las escaleras rápidamente.

-Que bien huele chicas, ¿Que habéis cocinado? - dijo Anya relamiéndose los labios, Sasha y Kim rieron a la paz.

-Filetes de ternera y verdura, te vas a chupar los dedos- dijo Kim con soltura, Anya se sentía como en casa parecía que conocía a esas chicas de toda la vida, sabía que su futuro pintaba bien.

Se quedaron charlando hasta tarde, las tres se contaban anécdotas de su infancia, hablaban de los desengaños amorosos y sus Hobbies.

-Bueno chicas es hora de ir a la cama, mañana empieza el nuevo curso de universidad y hay que empezar con las pilas cargadas -dijo Kim- Estoy de acuerdo - Sasha dijo para después bostezar, se fueron las tres a sus respectivas habitaciones con un pequeño buenas noches.

Anya está nerviosa, su vida acababa de comenzar y le estaba costando un poco, nuevas amigas, nueva casa, nueva universidad. Definitivamente su vida tendría que mejorar sí o sí.