«Piensa, Mely. Piensa como te enseñaron» —se dijo, forzando a su cerebro a cambiar de modo emocional a modo operacional, sintiendo cómo su pulso se estabilizaba y su visión se agudizaba. En el Programa Edelweiss, le habían enseñado que cuando una misión se complicaba, cuando los planes originales colapsaban como castillo de naipes, había que adaptar. Usar los recursos disponibles. Convertir obstáculos en oportunidades. Era la diferencia entre sobrevivir y morir en el campo. Y aquí, atrapada en esta mansión con un alcalde corrupto que la vigilaba a través de cámaras ocultas, había oportunidad. Información valiosa esperando ser descubierta. Respuestas sobre qué estaba tramando Nathaniel con los Kravchenko. Y tal vez, solo tal vez, información sobre su madre, esa mujer fantasma de la que no

