La carpeta temblaba en las manos de Mely mientras sus ojos verdes escaneaban cada línea con horror creciente que se expandía por su pecho como mancha de tinta. Las palabras se clavaban en su cerebro como cuchillos afilados: "virginidad preservada", "carnada de alto valor", "será mi esposa". Sus dedos se apretaron alrededor de los bordes del papel con fuerza suficiente para arrugar las esquinas, sintiendo cómo sus nudillos se ponían blancos bajo la piel. La furia asesina que había sido cultivada durante veinte años en el Programa Edelweiss despertó completamente, rugiendo en sus venas como fuego líquido que amenazaba con consumirla desde adentro. —Solo la crió para un propósito —susurró con voz que temblaba de rabia apenas contenida, con cada palabra saliendo entre dientes apretados—. Ven

