|Capítulo Uno: Prueba 1/2|

1480 Words
Octubre 11 del 2019. Barcelona, España. |Capítulo Uno: Prueba 1/2| Artemisa Bridget Fleming. Sabía que sera dificil para mi y para cualquiera intentar hacer que mi padre y que Abel acepten a Dexter. Aunque no quiera hacer más uso de mi poder, esta vez tendré que hacerlo. Siempre he creído fielmente en que las cosas que hago, son las correctas. Pero ahora mismo no lo sé. No sé que estoy haciendo... «¿Qué pasa si te equivocas? ¿Qué pasa si ese hombre resulta un problema para la empresa?» Eso es verdad. Él mismo dijo que podría traer problemas para la empresa cuando la gente se entere de estuvo en prisión. «Usted va a terminar perjudicada, creame.» Muevo mi cabeza, de verdad estoy tratando de no centrarme tanto en ello. Solo quiero pensar que estoy ayudando en el futuro de Adele y no en otra cosa, pero me resulta altamente difícil eso. Y ni hablar de los problemas que me traerá con papá cuando se entere de que he terminado contratando al señor Battle. En el caso, claro, de que sí posea todos los requisitos que necesita para el puesto. De lo contrario, no tendré un peso de consciencia, no tendré ningún problema con mi padre y Abel..., bueno, él no se comportará como un niño. Según una de las trabajadoras de recursos humanos, Dexter han llegado hace treinta minutos y quedamos que lo haría cuando yo le diera la orden. Por supuesto que intente convencer a mi padre y a Abel por mucho más tiempo, pero ninguno de los dos quiso escuchar y entender mis razones para contratarlo, por lo que ahora no me dejan más opción que tomar una decisión yo sola. Marcó el numero de recursos humanos desde mi celular y responden al segundo tono. —¿Señorita Fleming? ¿En puedo servirle? —pregunta una de las encargadas del departamento. —Hace rato hable con la señorita García, sobre el joven que espera por una reunión conmigo. —digo y espero una respuesta. —La señorita García se ha retirado hace unos minutos... —suspiro—, pero no se preocupe. Si me dice el nombre del... —la interrumpo. —Dexter Battle, ese es su nombre. Por favor, guíelo hasta mi oficina y por favor procure que cuando venga, no se tope con mi padre o con el Director de Operaciones... —digo claramente. Lo último que necesito es que se vayan a topar con alguno de ellos en el camino. —Pero, señorita... —Hago lo que le digo, por favor. —digo en tono serio. —Como diga, señorita Fleming. En un momento subimos. —dice ella, antes de colgar. Respiro profundamente, mentalizando y preparandome para no olvidar preguntarle algo a Dexter. Y quiero asegurarme de que él realmente no haya tenido nada ver, con lo que lo acusan las autoridades. Por si voy a arriesgarme a que mi empresa sufra las consecuencias de que un exconvicto este trabajando aquí, voy a hacerlo totalmente segura de ello. Escucho como alguien toca la puerta de mi oficina y digo en voz alta: —Pase. Después de eso, dos segundos después, puedo ver a la señorita Davis y al señor Battle pasar por la puerta. Él va vestido, de manera muy diferente a la con la que lo conocí hace unas horas atrás, en el orfanato. No muy elegante, pero lo suficientemente formal para trabajar aquí. —Señorita Fleming. Buenas tardes. Aquí esta el joven Battle. —dice la mujer. Asiento. —¿Hubieron contratiempos en el camino? —pregunto. Realmente el camino desde la sala de espera aquí, no es mucho, es aun menor, si se utilizan los ascensores. —No, señorita, no hubo ningún problema... —vuelvo a asentir, miro brevemente a Dexter, que sigue sin decir nada—. Me retiro, señorita, si necesita algo, por favor, no dude en llamarnos. —Esta bien. —es lo último que le digo antes de que ella desaparezca por donde entró. Me giro hacia Dexter... —Buenas tardes señorita Fleming. —le sonrío un poco. Cosa que no suelo hacer con el resto de mis empleados, excepto con mi padre y Abel. —Buenas tardes, señor Battle. —veo como hace una mueca—, ¿le molesta algo? —pregunto de manera directa. —No es usted, se lo aseguro. Es solo que hacia le decían a mi padre y... —hasta el momento había mantenido gacha la cabeza, pero en ese momento la levanta y me mira—. ¿Podría por favor no llamarme «Señor Battle»? —pregunta serio. —Bien. —es lo único que digo—. Toma asiento... —señalo, la silla delante de él. —¿Puedo discutir mi contratación con...? —lo interrumpo y no parece molestarle. —Sí, ya lo hice. —su rostro se ilumina por un momento—, sin embargo, ninguno de los dos estuvo de acuerdo con que usted trabaje para mí. —frunce el ceño y se levanta. Lo miro confundida. —Bueno, entonces, le agradezco verdaderamente que haya tenido la intención de darme trabajo y ayudarme con la custodia de Adele. —sonrío y niego con la cabeza. —Mire, yo no... —me interrumpe ahora él a mi. —No se preocupe señorita Fleming. —vuelvo a señalar al silla donde estaba hace un momento. —Por favor, vuelva a tomar asiento y escúchame antes de sacar conclusiones erróneas. —suspira y se sienta sin discutirlo—, como le decía, lo habla con ellos, pero no están de acuerdo y aunque hubiese sido preferible, contar con el apoyo de ambos. La que toma la decisión final soy yo. Y mientras usted me demuestre que es apto para este trabajo, puedo asegurarle que el trabajo es suyo. —tengo el gusto de volver a presenciar su sonrisa. —¿Todavía tengo la oportunidad...? —asiento—, muchas gracias... —lo corto. —No te emociones, suelo hacer preguntas muy serias y son preguntas que deberás contestar a la perfección, tanto laboral, como personal. Lo hago con todas las personas que vienen buscando un puesto en mi empresa y si pensabas que serías la excepción porque yo fui quien te ofreció el trabajo, dejame decirte que estas equivocado... —No se preocupe, pude ver desde que la conocí que no sería así. Y sé que estoy preparado, no dejaré pasar la oportunidad de encontrar un trabajo más común y que ayude con la tutoría de Adele. —inevitablemente sonrío más ampliamente a lo que dice. —Bien, pues comencemos con las preguntas. —él asiente, abro una carpeta sobre mi escritorio y empiezo con la primera—. Esta no es una pregunta en sí. Dexter, hableme de usted. ¿Quién es Dexter Battle? —Me llamo Dexter Battle, tengo veintiocho años de edad. Soy Licenciado en Secretaria Ejecutiva, hace tres años me gradué con honores de la universidad estadounidense Atlantic International University. —hace una pequeña pausa—. Trabaje en el periodo de prueba y dos meses más en la reconocida empresa «Sky Company» —escuchar ese nombre hace que sienta incómoda—, luego, por motivos que desconozco, me despidieron, desde entonces estuve dos meses buscando trabajo, hasta que un amigo mío, me ofreció trabajar de la manera en la que actualmente trabajo. —¿Cómo terminó envuelto con el caso de...? —me interrumpe. —Una tarde mientras me dirigía a mi trabajo, confundí a un hombre, que creí que estaba siendo asaltado e intimidado por otros dos, quise ayudarlo, pero justo en ese momento, y luego de unos cuantos golpes, llegó la policía y nos arresto a mí y uno de los que yo creía agresores del otro hombre. Cuando nos interrogaron, descubrí que el hombre al que yo defendía esta allí para hacer la entrega de un cargamento de droga, el hombre que fue apresado junto a mí dijo que solo esta intentando hacer que ese hombre se vaya y que dejarán a la gente de ese sector de la ciudad en paz. Y testifico que yo era cómplice del hombre, solo porque lo esta defendiendo- Así terminé estando hasta hace una semana en prisión. Ya que no encontraron evidencia para que mi condena fuera más larga. —me remojo los labios. —¿Cuánto...? —Cuatro meses y medio. Y eso porque tuve buen comportamiento y se redujo mi tiempo allí. —asiento lentamente. —Continuemos. —¿Por qué te interesa el puesto? —pregunto mirándolo fijamente y examinando de esa manera, también sus expresiones corporales. —Me gustaría decir que me interesa por mí, porque sería seguir el camino de la carrera que me gusta y hacer uso de licenciado, pero no es por ello, esa no es la razón por la que yo esté aquí. —...
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD