Inesperado

4418 Words
Inesperado Inesperadamente, terminé atrapada en la tormenta, solo estaba el prohibido refugio de sus brazos Nalla Otra vez mi mundo se había destruido, ya no quedaba nada, solo cenizas y me sentía incapaz de reconstruirlo. Había sido una tonta al pensar que las cosas mejorarían, que mi vida al fin recuperaría el sentido, pero la mayoría del tiempo no sucede como lo planeamos. El viento escucha nuestro deseo y se aproxima a crear una tormenta que termina destruyendo todo o quizás siempre estuvo, solo que no lo vimos. Me remuevo incómoda en la cama e intento dormir, pero no lo logro, no dejo de creer y se siente como si estuviera raspando una herida fresca, es doloroso y molesto. —Ya despertaste —menciona Britani acercándose a mí—. ¿Cómo te encuentras? —No he dormido nada y me siento derrotada —explico incorporándome de manera dolorosa, las heridas de los pies me están matando. —¿Qué sucedió? —pregunta Britani, tomando uno de mis pies. —No es nada —intento decir, pero me mira muy preocupada y mis palabras se quedan en el aire. —Sí que lo es, pero lo arreglaremos —me anima con una pequeña incómoda sonrisa. —Solo necesito descansar, mañana pondré todo en orden —menciono a punto de romper en llanto. Parece ignórame mientras busca en el armario un pequeño botiquín, se acomoda a los pies de la cama y sin prestar atención a mis lastimosos lamentos comienza a curar las heridas. —Llorar es una buena cura —menciona restándole importancia a mi llanto—, no te debes avergonzar o reprimirlo, al igual que lo que sientes, si quieres compartirlo, yo estaré aquí y no te juzgaré nunca. Me sientan bien sus palabras, llegan tranquilizarme y me hacen sentir más como en casa, como si mi madre me estuviera hablando. Aunque no quiero involucraría en esto, no puedo evitar llorar frente a ella y lo más adecuado es dar una explicación —Ellos me engañaron todo este tiempo que estuve ausente —explico limpiando mis lágrimas—, los vi juntos. —Oh dios que mal, pensé que tu amiga te estaba esperando —recuerda Britani mientras me abraza. —Yo pensaba lo mismo, quizás solo se olvidaron de mí —pensar en eso me hace sentir fatal y me culpo constantemente, pues por un tiempo yo también los ignore a ellos, pero en serio pensé que funcionaria. —Sé que apenas me conoces y que te puede molestar que te diga esto, pero puedes estar sintiendo que es el fin del mundo, pero aún no lo es, solo es el sentimiento que te deja abandonar algo del pasado. Llegaste aquí lata comenzar no para terminar llorando por un desgraciado —explica ella haciendo una mueca de horror, al final que termina sacándome una sonrisa. —Gracias por apoyarme, aunque no me conozcas —suspiró y miró hacia la ventana, ¿qué debería hacer? Desearía estar en casa, aunque Britani es una buena compañía, me gustaría que mi madre estuviera en estos momentos, ella sabría qué hacer o que decir. Seguramente se mantendría en silencio a mi lado acariciando mi cabello, una vez que esté más tranquila me diría lo importante que soy y me animaría a seguir adelante. Es muy difícil mirarte al espejo e intentar animarte tu misma. —Sabes que, es muy jodido quedarse callado en estos momentos —se levanta de un salto de la cama—, y como no podemos arrancarle la cabeza a ese desgraciado porque la ley lo considera asesinato, lo mejor es emborracharnos y gritar al aire —toma una botella de licor escondida en el fondo de su armario. —No bebo alcohol —menciono algo apenada, pues parece entusiasmada con la idea. —Hoy empiezas, te presento a tu futura amiga del desamor —dice agitando la botella frente a mí. —Vale, pero solo un poco. El tiempo se consumía de prisa, al igual que el líquido rojizo dentro de la botella, sería difícil adivinar a dónde fue, era imposible que yo o Britani lo hubiésemos bebido, pero lo cierto era que ya todo me daba vueltas y el aire tenía un embriagador olor a licor. La vida de me hacía más ligera entre copa y copa. —Son unos desgraciados, no vale la pena llorar por ningún hombre —dice negando exageradamente con la cabeza. —Me sentí como una estúpida —confieso completamente tumbada en el suelo. —Estúpidos ellos, tú eres genial —me consuela Britani. —No tenía que haber venido, esto solo empeora mi vida —me froto los ojos en un absurdo intento de estabilizar el mundo. Britani pega un brinco y se tambalea —Claro que no, esto te ayudará a sacar la basura, ahora sí puedes empezar con tu vida. Me lo pienso por un momento —Pero estoy sola. Britani bufa —gracias por mencionar que estoy pintada en la pared. Mañana te presentaré a mis amigos, no somos perfectos, pero es lo que hay —me toma la mano y me da un ligero apretón—. Solo deja que todo fluya libremente. Los ojos de Britani se cierran y se hace un ovillo en el suelo completamente derrotada por el sueño. Tomo una manta y la cubro con ella, me acomodo cerca de la ventana y abrazo mi cuerpo mientras miro a la nada y bebo de la última copa, esta ha perdido el atractivo y llega a mi boca con un sabor agrio y molesto, un sabor que me recuerda nuevamente el dolor que sentí hoy. Consigo pensar en las palabras de Britani y tomármelas en serio, no estoy aquí por Erick o por Evelyn, aunque ellos eran parte importante en mi vida, vine aquí para cumplir mis sueños y eso es lo que haré. Cuando amanezca la vida habrá empezado y me enfrente a los problemas, los superaré y avanzaré. Me despierto por las incansables notificaciones en el teléfono y con un horrible dolor en el cuello, definitivamente quedarse dormida en el suelo no es nada sano. Es muy temprano y Britani está profundamente dormida, como si en vez del frío suelo estuviera sobre las nubes. Reviso mi celular, tengo un montón de mensajes, uno de mi mamá dándome los buenos días y felicitándome por mi primer día, además de recordarme que salude a Evelyn y a Erick de su parte. Se me hace un nudo en la garganta, no creo poder contestar por lo que solo le doy los buenos días. El resto de los mensajes son de Erick y únicamente uno de Evelyn. Decido ignorar todos los de Erick, no me importa lo que tenga que decir, pero el de Evelyn en cambio si me interesa ha sido mi amiga por años y su actitud de ayer me dejo muy confusa. Me gustaría saber qué piensa de todo esto y la razón. Evelyn ''porque simplemente no te quedaste donde estabas, ¿tuviste que venir a echarlo todo a perder? Siempre lo haces, siempre intentas estar un nivel por delante de mí, siempre quieres ser la favorita. El día del accidente sabía que había llegado mi momento, pero lo arruinaste todo como siempre haces." Me duele leer su mensaje, no puedo suponer que Evelyn se sintiera de ese modo y que me hiciera algo así. Siempre la quise como una hermana, hubiera esperado un perdón o palabras de arrepentimiento, sin duda con el tiempo la hubiese llegado a perdonar. Britani gruñe al despertarse sin duda incómoda y no como yo pensaba —¿Estás bien? —pregunta ella al notar mi tristeza. No puedo hablar, temo que si lo hago empezaré a llorar, asi que solo le muestro el mensaje. Pasa unos segundos leyéndolo y luego suspira agotada. —Tranquila, hoy será un nuevo día —me anima con una dulce voz—. Vamos a arreglarnos y a desayunar. La noche de alcohol y lágrimas nos ha hecho parecer un desastre y a pesar de que me arreglo para intentar estar presentable en mi primer día, solo logro estar un poco mejor, los ojos hinchados y la nariz roja no parecen querer abandonarme por hoy. En cambio, Britani ha cobrado vida, nuevamente llena de color y tan fresca como una flor. Desayunamos algo ligero, mi estimado está bastante revuelto y hoy será sin duda un día difícil, nuevas clases y entrenamientos. —Hey tú, escúchame —se queja Britani agitando sus manos frente a mí. —Lo siento, me quedé en blanco —intento justificar mi distracción. —En blanco no, te quedaste pensando en tu ex y tu amiga, pero es entendible, así que te perdono —vuelve a sonreír de manera amigable—, ahora ven, te voy a presentar a mis amigos. Me lleva a toda prisa por los jardines sin dejar de hablar de sus amigos, al parecer tiene una relación muy cercana con todos al punto de, según ella, considerarlos familia. Señala entusiasmada a un grupo confirmado por tres hombres y una mujer, todos sonríen al verla y se acercan a nuestro encuentro. Me siento algo nerviosa y poco preparada, después de todo solo me relacionaba con Erick y con Evelyn, nunca tuve muchos amigos y en estos momentos me siento incapaz de hacer nuevos amigos. —Chicos, ella es Nalla —dice Britani mostrándome como si fuera un trofeo—, ella es Lory, Darían mi novio, el de los ojos bellos es Richard y el guapo del fondo Abel. Todos ríen por la exagerada presentación de Britani, en unos segundos ya me siento aceptada por todos ellos, parecen haberse dado a la tarea de que me sienta bien y lo están consiguiendo con su manera de ser tan natural y diferente. Ninguno es igual que el otro y a pesar de eso parece que encajan unos con otro a la perfección. Darían es bastante alto y de buen físico, rubio y de ojos oscuros. Al principio da un poco de temor con todos sus tatuajes al punto de parecer frío y distante, pero una vez que se expresa te das cuenta de que es un chico muy dulce y amigable. Es igual de carismático que Britani, solo que no tan espontáneo, parece tomarse su tiempo para pensar y habla en el momento justo. Richard es todo lo contrario, su cabello es un poco más oscuro y sus ojos son de un azul muy claro, se podría decir que es en extremo hermoso y encantador, además de ser muy coqueto. Parece ser el típico amigo que molesta a todos, pero aun así es indispensable. Abel es bastante serio, solo habla cuando se le hace alguna pregunta y mantiene una postura firme, aunque su mirada es algo tímida, no es desagradable para nada a pesar de su silencio, se esfuerza por ser amable con todos. Su piel está ligeramente bronceada y sus ojos son oscuros, pero llenos de vida como si tuviera millones de cosas por decir. Por último Lory al principio algo distante y cautelosa, poco a poco comenzó relajarse y parecía estar a gusto con mi presencia. Es bastante pequeña y delgada, su cabello está decorado con algunos mechones rosas y podría decirse que incluso parece ser delicada, pero una vez que hablas con ella te das cuenta de que tiene un carácter muy fuerte y decidido. —Nalla permíteme expresar que eres hermosa —expresa Richard con coquetería. —Eh tu idiota, ni se te ocurra es mi amiga —lo regaña Britani dándole un pequeño golpe en el hombro. La mira molesta frotando el lugar de manera exagerada —No es un pecado decir lo que sientes, mucho menos admirarlo. Nunca nadie me ha tratado de esa manera, al menos no desde hace un buen tiempo y me hace sentir un poco nerviosa e insegura. No me siento atractiva y eso me hace pensar que solo bromea. —Tranquila, así es él todo el tiempo tiene que decirlo o si no se muere —menciona Abel en voz baja. —Tengo que irme a mi clase, un placer conocerte Nalla —dice Lory con una enorme sonrisa—, Vamos Richard, llegaremos tarde. Richard hace una mueca disgustado por su partida, toma mi mano y me atrae hacia él con demasiada familiaridad —Ahora me voy con el pequeño poni, pero luego nos vemos linda, cuídate. Darian se ríe e imagino que es por mi cara, estoy a punto de morir de la vergüenza, que mosca ha picado a este chico. —No sería Richard si no intentará seducir a cuánta chica vea —dice Britani mirándolo con disgusto—, yo también tengo que irme, si tienes alguna duda puedes llamarme. —Lo haré, nos vemos luego —me despido de ella intentando sonar animada. A pesar de los problemas he conseguido relajarme y olvidarlos por un momento. —Tengo una tonta clase de anatomía ahora, ¿qué tienes ahora? —pregunta Abel mientras revuelve su cabello Reviso mi horario de clases el cual no parece tener ni un espacio libre —Una tonta clase de anatomía —menciono con una sonrisa. Abel me devuelve la sonrisa —En ese caso podemos ir juntos —con un ademán me invita a ir delante, puedo sentir sus pasos tras de mí y su suave voz guiando el camino. Una vez dentro me invita a sentarme a su lado. Echo un vistazo alrededor y me alegra no tener que encontrarme con Evelyn o con Erick, sé que terminaré encontrándolos en algún momento y seguramente Erick querrá hablar conmigo, no puedo esconderme para siempre de él, tendré que afrontarlo. Al menos esta vez no estoy sola, aunque lo conozco hace a penas unos minutos, me agrada su compañía y parece una buena persona. —¿Te gusta esta clase? —pregunta Abel lo bastante bajo para que no lo oiga nadie más. —La verdad es que no —confieso ocultándome detrás del libro. —Ya somos dos —sonríe copiando mi posición y quedando oculto de la mirada del profesor—. ¿Estás en el equipo de natación? —No, pero estaré entrenando con Britani —explico sin dar muchos más detalles. Parece complacido con eso —Genial, entonces te veré ahí también —sonríe volviendo si atención a la clase. Intento retomar mi lectora, pero me siento sumamente incómoda y no tarde en encontrar la razón cuando contempló mis alrededores. No muy lejos el chico al que casi ahogó anoche está sentado, cuando nuestras miradas se encuentran vuelve a centrarse en sus apuntes, aunque no por mucho tiempo, pues vuelve a mirarme y no puedo evitar sentirme dolorosamente avergonzado. Él estuvo ahí, me vio de una manera muy vulnerable y ni siquiera sé su nombre. Intento no mirarlo más y centrarme en la clase, pero es imposible y me arrepiento de no hablar de él con Britani. Ni siquiera me agradecí y me gustaría hacerlo correctamente. Vuelvo a mirarlo, se ve un poco enfadado y distraído, tiene el cabello oscuro semi despeinado, lleva una camisa y pantalones negros, chaqueta azul oscuro. Me doy cuenta de que Abel también lo mira, pero no de la manera curiosa que yo, lo mira con odio, su rostro se enrojece levemente y su mandíbula se tensa. —¿Lo conoces? —le pregunto sin rodeos. Vuelve a mirar su libro —Desgraciadamente lo conozco, es Noha —me mira con curiosidad y con algo de enfado, pero me gusta encontrar la razón—. ¿Te molesto? Niego rápidamente con la cabeza —No lo hizo. Me sorprende la pregunta de Abel, porque me molestaría ni siquiera lo conozco bien. Ayer se portó muy bien conmigo, pudo dejarme sola con Erick o enfadarse por haberle arruinado su entrenamiento, en cambio, se mantuvo a mi lado y paso un rato desagradable por mi culpa. —Yo diría que no es el tipo de persona a la que debas acercarte mucho. Lo mejor es que no te relaciones con él, no tiene muy buena reputación en este lugar —parece molestarle hablar de él, por lo que dejo la conversación a un lado a pesar de que me gustaría conocer la razón por la que tiene esa tan mala reputación. Vuelvo a mirarlo, parece triste y nervioso. Golpetear la mesa con su lápiz de manera constante, sin duda no parece una mala persona, al menos a mí no me ha hecho nada malo como para merecer mi desprecio. Todo esto se estaba convirtiendo en una llamada que me invitaba a querer conocerlo, mi curiosidad iba en aumento y cuando esto pasaba no había nada que hacer más que intentar complacerme, mientras más lo miraba más imposible se me hacía. Terminan la clase y tan pronto como acaba me levanto y miro a mis espaldas esperando encontrarlo, no está por ninguna parte, se ha ido demaciado rápido y tenía pensado agradecerle. —Vamos a encontrar a los demás —menciona Abel. —Está bien —acepto, pues no tengo otra opción, no saldré corriendo a buscarlo, seguramente lo encontraré más tarde. Nos encontramos con el resto justo donde nos habíamos separado, en el lugar más tranquilo y fresco de todo el lugar. —Al fin —chilla Richard—, estoy muriendo de hambre, ¿dónde estaban? —Solo llevamos esperando cinco minutos —lo regaña Darian poniendo los ojos en blanco. Britani se interpone entre ellos y los hace callar —Nalla, vamos a comer juntos antes de que Richard decida volverse caníbal, ¿vienes? —pregunta, tomamos mis manos. —Claro —la sigo acompañada por el resto. Todos mantienen una animada charla; sin embargo, no logro sentirme atraída por la conversación y decido permanecer callada pensando en mis problemas a pesar de que prometí no hacerlo. Es bastante imposible olvidarse de lo sucedido de la noche a la mañana, por mucho que intente distraerme es algo que me costará un montón superar. Y ahí estaban listos nuevamente para provocar otra oleada de llanto, tristeza y gritos. Erick y Evelyn se encontraban no muy lejos de nosotros y parecía que en cualquier momento se darían cuenta de mi presencia. Quería odiarlos y que supieran como me sentía y lo detestables que eran para mí, pero no tenía fuerzas para eso, en el fondo sabía que terminaría aún más destrozada. Suelto la mano de Britani antes de que siga avanzando, esta se gira sorprendida. —¿Sucede algo? —pregunta mirando a nuestro alrededor, como si supiera que algo me está molestando. —Olvide algo, te encuentro, luego —miento en intento marcharme. —Nalla —grita Richard lo suficientemente alto para que Erick y Evelyn se giren—, belleza, me estoy muriendo de hambre. Cómo puedes querer y odiar a una persona el mismo día en que la conociste, pues eso me acaba de suceder con Richard, ahora mismo me encantaría sellarle la boca. Erick se dirige hacia nosotros a paso veloz, le lanzó una última y lastimosa sonrisa a Britani antes de salir a toda prisa. No sé exactamente a dónde ir, tampoco quiero parecer una desquiciada corriendo por todo lados, así que entró a la biblioteca, paso entre los estudiantes concentrados intentando hacer el mínimo ruido hasta llegar a los pasillos repletos de estanterías. Con suerte Erick no me encontrará o no se tomará el trabajo de buscarme. Camino cautelosa mira si siempre a mis espaldas con temor a que aparezca, no debería tenerle miedo a la conversación que sin duda alguna día tendremos, pero tengo miedo. Tropiezo con algo y me tambaleó torpemente evitando caer. —Maldición —se queja una voz conocida. Noha está frente a mí, mirando todos los libros que le hice tirar. Me mira enfadado antes de agacharse y recogerlo, lo ayudo, pero este me esquiva haciéndolo solo él. —Lo lamento mucho, no era mi intención —intento arreglarlo, pero continúa ignorándome. Me siento avergonzada y el hecho de que el este totalmente en silencio solo lo empeora, camina por el pasillo pensativo y relajado mientras coloca los libros que lleva en su lugar y toma otros, parece muy concentrado, así que decido volver. —Nalla —me paralizó al escuchar la voz de Erick—, Nalla —vuelve a llamar cada vez más fuerte. Tomo a Noha y lo hago agacharse en el suelo, no quiero que lo vea a él, seguramente le supondrá un problema teniendo en cuanta que lo golpeó. —Niña que rayos haces —se queja en voz alta. Cubro su boca con mis manos, su cara está roja, su mandíbula se tensa y sus ojos irradian furia, siento que me está quemando con su oído ahora mismo. —Nalla, ¿estás aquí? —repite Erick cada vez más cerca. Tomo a Noha del brazo y lo arrastro hasta el otro pasillo, mueve sus pies de manera torpe intentando incorporarse, pero no lo logra, vuelvo a cubrir su boca. —¿Qué carajos te ocurre Sullivan? —pregunta en un susurra. —Lo siento mucho es que no quiero que se enfade contigo —explico muy nerviosa, él solo me mira como si estuviera loca. Asoma la cabeza con cuidado y luego me mira como eso estuviese agitado de todo esto, seguramente le parece inmaduro y ridículo de mi parte. —Ya se fue, ¿me puedo levantar? —pregunta recogiendo nuevamente sus libros esta vez con rabia. Asiento con la cabeza y me levanto detrás de él, no dice nada, solo se da la vuelva para irse, pero yo estoy muy avergonzada y necesito arreglarlo. —Noha espera —lo llamo, este se gira sorprendido. —No recuerdo haberte dicho mi nombre —menciona con una mirada acusadora, no sé si sea correcto mencionar a Abel, después de todo no sé con exactitud cuál es su relación con él—, mira, no tengo tiempo para esto, así que olvídalo. No entiendo nada, intento detenerlo antes de que pueda irse. Suspira con frustración y me mira directamente a los ojos, me siento pequeña frente a él, completamente anulada. —Solo quería agradecerte por ayudarme y pedirte disculpas, por lo que acaba de pasar —digo intentando calmarme y sonar lo más natural posible. —No es necesario —responde de manera fría. —Sí que lo es, pudiste meterte en un problema solo por mi culpa y…, —intento decirlo todo de una vez, pero me da la espalda y camina dando grandes zancadas. Voy tras él, pero esta vez no con la intensión de disculparme o dar las gracias, está siendo muy grosero y ridículo. Antes de que pueda llegar a su lado se gira de manera brusca causando que me sobresalté, me mira aún furioso y se inclina para estar más cerca de mí. — Solo te ayudé porque básicamente caíste sobre mí, arruinaste mi entrenamiento y porque el imbécil de tu novio tuvo la suerte de no agradarme, no soy tu amigo y estás muy lejos de ser mi tipo —dice en mi cara lo suficientemente alto para que los estudiantes que están sentados cerca de nosotros lo oigan. No me importa lo más mínimo la reacción del resto, podría decir que incluso parece satisfecho, yo, en cambio, estoy muriendo de vergüenza otra vez y no puedo decir nada mucho menos moverme. Con una pequeña sonrisa de gira y esta vez se marcha por completo del lugar, puedo escuchar los murmullos y las miradas acusadoras. Sin duda alguna no me quedaré así, no me humillará y se irá tan contento. Salgo corriendo tras él, ni siquiera de a dónde ha ido, pero estoy segura de que lo encontraré. Salgo corriendo a la cafetería, si encuentro a Abel quizás me pueda decir dónde está, claramente se conocen aunque su relación no sea muy buena. Nada más entrar lo encuentro en una de las mesas con los chicos, se sienta con toda confianza y salida de manera muy cariñosa a Richard y Britani como su los conociera de toda la vida, quizás si sea así, pero ahora mismo no es algo en mí que pensaré. Me calmo y camino hacia ellos intentando parecer serena. Richard me nota y alarga la mano —Noha te presento a la nueva integrante, Nalla. La cara de Noha se deforma de la sorpresa y se vuelve totalmente pálida, esta vez yo soy la que sonríe. Apoyo mis manos en la mesa y me inclino hacia él. —Jamás me fijaría en un hombre como tú —susurro en su oído—, lo siento chico pez. Tomo la botella de agua que tiene Richard sobre la mesa y la vierto sobre él, aprieta los puños sobre la mesa y me mira con tanto odio que podría dejarme muerta aquí mismo. El resto está tan sorprendido sobre él y solo soy consiente de lo que he hecho cuando la botella queda completamente vacía. Intentado no mostrar lo nerviosa que estoy camino muy decidida a la salida ignorando la mirada de todos los presentes en la cafetería, sin duda alguna esto será algo que recordarán por mucho tiempo, en cambio, lo más probable es que dentro de un par de minutos yo lo quería olvidar. —Sullivan —grita Noha a mis espaldas. No planeo girarme, pero antes de que me dé cuenta ya lo tengo cerca y me toma del brazo para girarme con brusquedad, se mantiene observandome fijamente mientras hunde sus dedos en la piel sensible de mi brazo. El corazón se me quiere salir y siento una presión horrible en él, cuando me atrae hacia él colocando una de sus manos en mi cadera y la otra en mi nuca. Va tan despacio que da miedo y lo peor es que me da la oportunidad de salir huyendo, en cambio, me quedo parada frente a el cómo una tonta mientras roza sus labios con los míos. Cierro los ojos al sentir si beso en mi labio inferior y me relajo, acaricia mi nuca con sus dedos enredando mi cabello en su mano. Mordisquea levemente mis labios y acaricia la piel con su lengua, deja suaves besos y cuando quiero que incremente más las caricias, cuando quiero perderme en su beso se separa alejándome de él. Me mira sorprendido, quizás incluso más sorprendido que yo, pero todo eso de desase cuando sonríe. —Tenía razón, no eres mi tipo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD