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Antes de conocer a mi señor, en mis anteriores relaciones intentaba evitar chuparla, pero cuando le conocí mi perspectiva cambio con él, ahora me encanta chupársela a mi señor haciéndolo como se que le gusta y como me gusta a mí, pero al final como su sumisa que soy mi objetivo es darle placer y hacer que disfrute, me gusta que me lo pida sin decir ni una sola palabra, solo agarrándome de la cabeza y empujarla hacia abajo, con ese gesto ya se lo que quiere, así que mi señor decide si me agarra del pelo para follarme la boca o me deja bajar despacio mientras beso todo su cuerpo y agarro con mi mano su m*****o para que este lo mas duro posible cuando mi boca llegue, me encanta sentirla dentro de mi boca mientras le oigo gemir y me pide que vaya más despacio porque no quiere correrse aún y pasar así a sus testículos para tocarlos, chuparlos y comerlos mientras mi mano sigue jugando, hasta que me pida que vuelva a metérmela en la boca en ese momento se que se va a correr en mi boca, algo que me encanta cuando me llena la boca con su corrida y sentir los espasmos mientras se vacía en mi boca.
También me encanta cuando me pide que me ponga a cuatro con los ojos tapados porque no se lo que mi señor va hacer y me da varios azotes mientras me toca y me pone lubricante en mi culo para después follarmelo mientras juega con mi clítoris y me sigue dando algunos azotes ya sea en mi culo o en mi clítoris.
Como he dicho al principio que os voy a hablar de algunos de los castigos que me manda, en anteriores relatos os he hablado de algunos castigos sexuales que me hace, pero no solo me manda castigos sexuales, por ejemplo, hoy y me ha prohibido que me meta en mis r************* o que vea series mientras estoy sin ropa interior durante toda la tarde o hasta que él me lo mandé y aunque mi señor no pueda controlar si de verdad cumplo o no los castigos, yo como su sumisa lo hago y cumplo sus castigos aun sabiendo que no me puede ver.
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Para ser exactos esta conversación la tuvimos mientras yo viajaba en tren, llevaba semanas sin tocarme ya que mi señor no me lo había permitido, todo empezó con la pregunta "¿ quien es mi perrita?" a la que yo conteste " yo soy tu perrita", entonces mi señor dijo que porque llevaba dos días sin saber que ropa interior llevaba su sumisa, asi que yo le dije que solo llevaba uno, llevandole la contraria, pero como su sumisa que soy aunque yo lleve la razón y mi señor se equivoque, tengo que humillarme a mi misma para darle la razón a mi señor, pero aunque parezca mentira, me encanta que mi señor me humille o haga que yo misma me humille ante él cuando hablamos. Pero no solo me gusta que me humille en las conversaciones por teléfono, sino también en persona que según entramos en la habitación empiece a darme ordenes y yo como su sumisa obedecerle en todo lo que diga, que me haga desnudarme y quedarme solo en tanga elegida por mi señor, que me tape los ojos con un antifaz y me diga que me suba a la cama y me ponga en cuatro para asi exponer mi culo a todo lo que quiera hacer con él, ya sea darme unos azotes mientras lo masajea después, poner lubricante e introducirme la cola de zorra para jugar mientras con mi clítoris e introducirme un vibrador para luego ponerse delante de mi, haga levantar mi cabeza para que me escupa primero en la boca y luego acercar su m*****o para que mi señor me pueda follar la boca mientras maneja el vibrador que llevo dentro y me prohiba correrme, mientras mi señor se corre en mi boca todas las veces que desea.
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nuestras conversaciones no solo se basan en mensajes escritos, sino también van incluidas fotos, que mi señor me pide que le mande con mensajes obligándome a que me humille en esos mensajes, haciendo que me llame perrita a mi misma, fotos muy íntimas, que mi señor tiene en su poder y donde puede verme las veces que quiera con un arnés, con la ropa interior que elige para mi o incluso completamente desnuda. Y ni os podéis imaginar lo que me pone pensar que me puede mandar en cualquier momento un mensaje pidiéndome que le enseñe que ropa interior llevo puesta para que luego me obligue a quitármela y que quiere pruebas de que su sumisa a obedecido, y luego me diga que “mi sumisa puede tocarse” “coge el satisfayer y aguata” mientras me sigue escribiendo especificando todas las cosas que me haría y que tendría que obedecer, porque sino me puede castigar, para que cuando le diga que no puedo aguantar más me diga “para y date 5 azotes en el clítoris y mándame video para que lo vea” y yo obedezca para luego decirme “ vuelve a ponerte el satisfayer y sigue aguantando” y así repetidas veces hasta que mi señor decida si me puedo correr ese día o me deja a medias.
También me pone pensar que puede ver esas fotos en cualquier momento del día, o saber que tiene en su poder esas fotos y que puede verlas a cualquier hora o cualquier día, mientras lee los mensajes donde me humillo y le confirmo que yo soy su sumisa.
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Mi señor me ha pedido que escriba sobre cuanto me gusta que él adorne mi culo, poniéndome ya sea una cola o un plug. Pues bien, en verdad me encanta que lo haga, la cola hace que sea más humillante, pero eso también hace que sea mas excitante y me pone mucho más que un plug normal, ya que representa que yo soy su perrita y la cola lo hace más real, pero me encanta que me trate como tal. Me encanta que me mande ponerme a cuatro encima de la cama, con los ojos vendados, para que no sepa lo que va hacerme ni donde está, notar que mi señor está detrás de mí, me acaricie el culo para después darme unos azotes y que se acerque a mi oído y me pregunte “¿Quién es mi perrita?” y tener que contestarle “yo soy tu perrita” y notar como pone lubricante en mi culo par después ponerme la cola y empieza a jugar con mi clítoris, mis pezones y con la cola, que tire de ella para que note como juega conmigo, para volver a darme otros azotes y seguir jugando conmigo, hasta que le pida que por favor me deje correrme y mi señor me diga "aguanta", sigue jugando con mi clítoris, mi cuerpo empieza a temblar avisando de que me voy a correr, pero justo en ese momento mi señor para, me da la vuelta, sube mis manos por encima de la cabeza y me empieza a follar la boca, hasta que se corre dentro de ella, dándole exactamente igual a mi señor si me he corrido o no, y yo, teniéndole que dar las gracias por permitirme tragarme su corrida y por dejarme sin correrme.