AMAYA Desperté con la tenue luz colándose por la ventana y un frío agradable entre las sábanas. Me estiré lentamente, con una tranquilidad extraña en el pecho. Zayn ya no estaba en la habitación. Por extraño que suene... sentí alivio. Haber hablado con él la noche anterior fue como abrir una válvula de escape. Ahora me sentía más ligera. Más... en paz. Los días pasaron sin complicaciones. Escuela, tareas, risas con mis amigos, y noches jugando con Elías. Era como si mi vida volviera a tener un ritmo sano. Un poco de estabilidad entre tanto caos. A veces, me encontraba con Zayn en la cocina durante los desayunos. La dinámica había cambiado, pero no del todo. Ahora se sentía como... una guerra de hermanos. Él me robaba el pan tostado, yo le escondía el café. Me decía que masticaba como ca

