ZAYN El aire frío de Suiza se coló apenas bajamos del avión. Era distinto, más seco, con ese olor a limpio que no recordaba haber sentido nunca. Ethan iba a mi lado, cargando la mochila con desgano, y juntos seguimos el flujo de gente hasta encontrar el taxi que nos llevaría a la residencia. El cansancio del viaje me pesaba en los hombros, pero lo que de verdad dolía era el hueco en el pecho. Nos subimos al coche, y en cuanto las puertas se cerraron, sentí la vibración del motor y la ciudad extranjera desplegándose tras el vidrio. Montañas lejanas, letreros que no entendía del todo, calles ordenadas que parecían sacadas de una postal. Saqué el celular. Tenía que hacerlo. Tenía que hablar con ella. Mis dedos se movieron solos, como si supieran el camino antes que mi mente: "Tormenta… ya

