Los ojos de Leidolf se abrieron en shock, su expresión pasó de la preocupación al miedo. —¡Estás loca! No puedes hacer eso. ¿Y si algo te pasa? No puedo permitir que te expongas a ese peligro. —No, no alfa , como creé ...está bromeando—intervino Convel—. la reina solo está nerviosa y dice cosas sin sentido y más que extraña a caliban, ¿verdad reina? la mirada de Convel se puso en mi, la verdad estaba nerviosa y si extrañaba a caliban, podía utilizar esas verdades a mi favor y asentí. —Si, estoy nerviosa y extraño a caliban. —Pero ella acaba de decirlo de una manera convincente—protestó Leidolf, su voz temblando—. ¿ acaso me estás ocultando algo convel? Por mi culpa Convel se metería en problemas, podía servir las emociones de Leidolf y no eran nada bonitas, podía escuchar como su pe

