Capitulo 1: Sospechas
Capitulo1: Sospechas
01/06/20
Ubicación: Los Ángeles
Hora: 11:49 pm
Rafael
El día de hoy había sido largo, pero ya estaba volviendo de visitar unos cuantos lugares. Dentro del elevador seleccione el botón que me llevaba al piso donde estaba mi departamento dentro de este enorme edificio. La espera era un fastidio, el simple hecho de no hacer nada me daba tiempo para pensar temas que eran de poco interés para mí.
Ya había pasado más de un año desde aquel día en que vi por última vez a Emmanuel ya los jugadores de la última generación. El elevador llegó a mi destino y caminé por la oscuridad del pasillo hasta la puerta de mi departamento, al entrar presione el interruptor de la luz, pero este no funcionaba. Me desespere, por lo que comencé a presionarlo una y otra vez pero no ocurría nada.
- Tal vez sea una falla en el fusible - Una voz que venía del centro de mi sala captó mi interés.
- ¿¡Quien anda ahí !? - Pregunté en medio de la oscuridad. Había silencio y tomé un bate de Béisbol que estaba justo a la derecha de la entrada, estaba ya dispuesto a herir a esa persona en caso de que mostrara hostilidad hacia mí.
- Descuida, encenderé una vela - Dijo la misma voz.
Una pequeña luz fue visible y era la de una pequeña flama, pero no fue una vela de dónde provenía ese fuego. Ese fuego salía de la punta de un dedo. Con la poca luz que daba ese fuego fui capaz de ver el rostro de esa persona, era Cesar quien estaba iluminado la sala de mi departamento.
- Tu habilidad - Dije en un susurro. - Tú también lo recuperaste ¿verdad? - Preguntó Cesar poniéndose de pie y yendo hacia mí.
— Tal vez si, tal vez no, ¿a ti qué te importa? — Ahora pregunté en un tono con algo de ira.
Cesar rodeó una de sus manos en su fuego carmesí, la misma mano donde tenía ese dedo encendido. Ahora toda su mano le rodeaba el mismo fuego y su mirada demostraba gran ira.
— Quiero que mires algo — Cesar decía lanzándome su celular.
Miré la pantalla del celular y vi que tenía abierto un vídeo que se encontraba en pausa.
— ¿Qué lo que quieres que vea? — Pregunté aún sin reproducir el vídeo.
— Míralo y lo sabrás, nos involucra a todos — Respondió Cesar.
Yo hice caso y quité la pausa del vídeo. Se mostraba un programa de noticias.
— Lo que al principio algunos tomaron como un truco de propaganda para una película y otros como una broma muy bien elaborada, ahora se ha convertido en una controversia de interés internacional, miren y juzguen ustedes mismos — La presentadora narraba un acontecimiento.
— Sigue mirando que viene lo importante — Dijo Cesar aún emanando fuego de su mano.
El canal de noticia mostró un vídeo en el que se mostraba cómo unos oficiales de policía trataban de mantener bajo control a un sujeto que aparentaba tener 30 años. Eran 7 policías contra una sola persona, los 7 se amontonaron contra el sujeto y sin previo aviso los siete cayeron temblando como si les hubiera dado un golpe epiléptico simultáneo.
— ¿Qué tratas de enseñarme? — Pregunté. — Solo sigue viendo — Respondió.
El sujeto que hace poco había sido sometido por 7 policías, salió corriendo dejando un rastro de luz azul tras de él.
— Vídeos como ese hay muchos, parecía ser alguien con la habilidad del rayo ¿o tú qué dices? — Preguntó Cesar. — Casos como ese hay en todo el mundo, vean el siguiente vídeo — La presentadora decía.
Esta vez era un vídeo aficionado donde aparecía una gran cantidad de personas en una calle cualquiera. Un auto fue a toda velocidad hacia una persona y el auto parecía que iba a matar a ese peatón, pero de un momento al otro el peatón desapareció sin dejar rastro. El siguiente vídeo mostraba a una casa envuelta en llamas y de su interior se podía ver a una personal que también era rodeada por el fuego. Unos bomberos logran romper la puerta de la casa y logran sacar a la persona que hace poco estaba en llamas, pero sin mostrar signos de quemadura alguna.
— Vídeos como esos hay de todas partes del mundo, algunos están en inglés, otros en español e incluso en japonés o c***o, tal parece que personas como nosotros hay en todo el mundo —Cesar decía.
Le lancé su celular y él lo atrapó para luego guardarlo en su pantalón.
— Ya es hora de que digas a qué has venido — Le ordené a Cesar, quien luego apuntó la palma de su mano hacia mí, emanando aún su fuego carmesí.
— Supongo que no estás enterado de nada, ¿desde cuándo recuperaste tu habilidad? — Cesar me preguntaba.
— Mi habilidad la recuperé hace 6 meses pero he decidido el no usarla a menos que lo necesite, desde que recupere la habilidad solo la he usado en una ocasión — Respondí con autoridad.
— Supongo que no sabías nada de la desaparición de Andrés, Juliet y Ruby, ¿o me equivoco? — Cesar cuestionaba. — Eso no me concierne — Respondí mostrándome molesto.
— Seré claro contigo Rafael, no sé desde cuándo, pero las personas como nosotros están siendo perseguidos y me parece raro que de un día para el otro 3 de la penúltima generación ya hayan sido atrapadas sin haber levantado la más mínima sospecha — Cesar decía teniendo una mirada seria dirigida hacia mí.
— ¡Se más claro porque no sé qué vienes a buscar de mí! — Le grité.
— Estoy diciendo que alguien de la penúltima generación es un traidor, y siendo sincero sospecho de una persona, esa persona eres tú Rafael — Cesar decía y daba pasos lentos hacia mi posición apuntando su mano hacia mí. Rápidamente me teletrasporté a su espalda y traté de darle un golpe con el bate, pero Cesar alcanzó a parar el golpe del bate con su mano encendida y eso al bate lo derritió.
Cesar tenía sus puños envueltos en fuego y trataba de darme golpes con estos, pero yo lograba esquivarlos teletrasportandome una y otra vez, le propiné un fuerte golpe a Cesar en la cara seguido de varias patadas en las piernas esperando a que él cayera. Pero en lugar de eso el comenzó a lanzar su fuego por todo el espacio reducido del departamento, él estaba destruyendo mi departamento y eso me enfadó.
Hice un clon de mí y ahora éramos dos contra uno. Tanto yo como mi copia nos teletrasportabamos una y otra vez mientras le propinábamos varios golpes a Cesar, el trataba inútilmente de contestar a nuestros golpes con algún ataque de fuego pero cualquier ráfaga de fuego ambos la esquivábamos sin dejar de hacer presentes nuestros ataques contra él.
Cesar no resistió tantas patadas en sus piernas e inevitablemente el cayo luego de algunos segundos. Tanto mi clon como yo paramos de golpear a Cesar que ya había recibido un enorme castigo, sabía que ya no necesitaba de mi copia y la hice desaparecer.
— Fuiste muy tonto al venir contra mí — Le dije a Cesar levantando su mirada jalándole de su pelo para que así él me viera directo a los ojos. Estaba listo para darle un golpe tan fuerte que podría noquearlo fácilmente.
Pero sin dar el más mínimo aviso yo fui lanzado al otro lado de la habitación yendo directo contra mi televisor y rompiéndolo en el acto. Me levanté lo más rápido que pude e intenté crear más copias de mí, pero por alguna razón no podía. Era como si me hubiera paralizado un rayo.
Levanté la mirada y la dirigí a donde estaba Cesar, pensando que vería a una persona más con él, pero todo lo que vi fue que mi departamento estaba ligeramente en llamas y no había nadie más que yo.
— Malditos — Susurre expresando mi ira.
07/01/20
Ubicación: Los Angeles
Hora: 00:15 Am
Kevin
Cesar y yo huimos de Rafael lo más pronto posible, yo sabía que si uníamos fuerzas Cesar y yo podríamos vencer a Rafael. Pero en estos momentos la actividad de personas como nosotros llamaría la atención muy fácilmente por el fuego y eso nos pondría en desventaja si llegaran a venir las autoridades.
Ahora Cesar y yo nos encontrábamos en una tienda abierta las 24 horas, teníamos que comprar algo para no levantar sospechas así que compré comida para ambos, luego de unos segundos salimos a unas bancas que estaban fuera del establecimiento y ambos nos sentamos. Puse entre nosotros la caja de donas que había comprado.
Cesar tenía varios moretones y tenía una mirada perdida viendo hacia el frente.
— ¿Qué, no te gustan las donas? — Pregunté. — Estoy seguro de que Rafael es el traidor — Cesar dijo apretando los puños.
— Tranquilo, comete una dona — Le dije a Cesar y el tomo una, al parecer le faltaba azúcar en su vida. — No sólo los de la penúltima generación corremos peligro, también Rafael podrá entregar a los de la última generación, todos estamos en peligro — Cesar decía enojado.
— ¿Has tenido contacto con alguno de la última generación? — Pregunté.
— No desde hace como 6 meses, Enma, Lucy y Lalo están en la misma universidad aquí mismo en la ciudad y Marco está con David en San Diego, escuché que Xiomara está con Vero en Londres, además Jenny y Leonora están aún en preparatoria aquí — Cesar respondió.
Por un tiempo él había tenido mucho contacto con los de la última generación.
— Podríamos pedirle ayuda a Enma, Lucy y Lalo, pero los demás suena un poco más difícil, además ¿tienes idea de donde está Carlos? — Analice y pregunté.
— Está fuera del país, pero no sé dónde, solo que es el único de la última generación que está solo, tal vez incluso ya lo atraparon — Cesar decía con duda y algo de ira.
— Hay algo que no dejo de preguntarme ¿qué le harán a las personas como nosotros cuando las atrapan? — Pregunté sin esperar respuesta ya que sabía que Cesar no podía responderla.
— Sea lo que sea lo averiguaremos, pero primero tenemos que advertir a los demás — Cesar decía levantándose. Tomé la última dona que quedaba de la caja y me la comí en dos mordisco.
— ¿Cuál es el plan? — Pregunté.
— No dejarnos atrapar, porque esta vez, todo el mundo está en nuestra contra — Cesar comentó.
07/01/20
Ubicación: Los Ángeles
Hora: 00:30 Am
Rafael
Luego de al fin arreglar el desastre de mi departamento había algo más importante que tenía que hacer.
Saqué mi celular y seleccioné a esa persona.
El sonido del celular fue presente por varios segundo.
— Hola — Respondió la voz del teléfono.
— ¿Dónde demonios estás? — Pregunté.
— ¿Qué necesitas? — Cuestiono el.
— ¡¿Dónde demonios estás?! — Pregunte enfurecido.
— En Rusia — Respondió.
— No puedo teletrasportarme tan lejos, ¿cuándo volverás? — Volvía a preguntar.
— Dentro de unos días — Respondió la voz.
— Siempre fuiste un bastardo, Andrés — Dije en un tono seco y di como finalizada la llamada.
Pronto lo de los Dicers saldrá a la luz pública y comenzarán a tener el apoyo del mundo entero.
Y entonces todos los usuarios correrán peligro.
07/01/20
Ubicación: Los Ángeles
Hora: 00:10 Am
Lalo
Hoy es el gran día.
Luego de tanto tiempo al fin mi sueño se había vuelto realidad.
Dentro de mi cuarto los posters que decían a gritos mi sueño eran presentes.
Al fin el día de hoy Enma y yo lo daremos todo en la cancha para ganar la final del ínter universitario.
Cada frase escrita en cada una de las ilustraciones que adornaban mi habitación era el motor de mi determinación.
Estaba impaciente por jugar.
Pero había un problema, cueste lo que cueste no tenía que usar mi habilidad de velocidad.
Si fuera a usarla en el juego eso jamás me lo perdonaría.
Ya han pasado algunos meses desde que recuperamos nuestras habilidades y me ha parecido difícil el controlarla.
Incluso ya no podía ni el correr con normalidad porque en solo medio segundo yo ya recorría 100 metros de distancia. Comencé a usar unas pesas en los pies para evitar que mi poder fuera tan notorio, pero poner unas pesas de 10 kilos en cada pierna aunque me frenaba al correr, no era lo mismo a como era cuando no tenía la habilidad.
Ahora aún con las pesas mi velocidad era notoria y tenía la desventaja de que al usar esas pesas mis saltos eran muy bajos. Enma podía controlar su habilidad del rayo como cuando estábamos en el juego, pero yo por alguna razón, he perdido el control de mi habilidad.
Ha sido muy difícil el mantener baja mi velocidad al correr incluso con las pesas.
Mi mente no estaba clara aunque pensaba en el importante juego de hoy, lo demás seguía pensando en Xiomara y como le estaría yendo. Ya hace 4 meses que se fue a Londres y aunque sigamos siendo pareja yo no quería el tenerla lejos.
La extrañaba y me hubiera gustado que me viera jugar, pero ahora mismo ella estaría en Londres con Vero estudiando en una universidad de gran prestigio. Estoy agradecido de que Vero le diera todo su apoyo para poder hacer posible el sueño de Xiomara de estudiar en Europa, no hay más personas como Vero en el mundo.
Dentro de algunas horas yo ganaré el juego y cuando Xiomara vuelva ella me verá como un ganador, y no como el perdedor que era.
Seré un profesional algún día………pero lo haré con el juego limpio, aún si tengo que usar pesas de hasta 50 kilos para frenarme los pies.
07/01/20
Ubicación: Londres
Hora: 09:35 Am
Xiomara
Mi clase de matemáticas había acabado y fui directo a la cafetería junto con una compañera de clase rumbo a encontrarme con Vero.
— Oye Xiomara ¿por qué usas guantes todos los días? — Preguntó una compañera.
Los guantes eran porque así podía controlar mejor mi habilidad de fuego azul.
— Son porque en mis palmas tengo unas quemaduras que tengo desde que era niña y son algo feas — Puse como excusa.
— Oh nunca me lo imaginé, bueno cambiando de tema, ¿por qué eres tan fría con los chicos? — Volvía a preguntar mi compañera.
— No es como si me desagraden, es solo que ya tengo a alguien esperándome en casa — Contesté yo pensando en Lalo.
— ¿Tienes alguna foto de él? — Salió con su tercera pregunta.
Yo saqué mi celular y bastó presionar un botón ya que la foto estaba como fondo de pantalla.
— Es él, su nombre es Eduardo — Dije mostrándole la pantalla.