Un despertar

947 Words
29 de agosto de 2013. Pasaron dos grises y dolorosas semanas desde la última cirugía de Dara posterior al accidente; la Tía Marlye recibe una llamada mientras está preparando el almuerzo. Ella estaba preparando un pasticho bien horneado con bastantes ingredientes para darle un toque especial. Aunque estuviera sola la Tía Marlye siempre cocinaba con la misma inspiración como si fuera a hacerlo para un batallón.  Ella de joven cocinaba para un campamento todos las vacaciones de verano, a ella le encanta la cocina y que manera de utilizar sus grandes dotes en un lugar tranquilo y donde cocinaría para cientos de niños y jóvenes, se sentía muy a gusto allá, las personas eran bastante amables y la trataban con mucho aprecio, a todos les encantaba la comida que hacía. Siempre que cocina está mentalmente allá, quizás por eso siempre tiene ganas de cocinar, ella ya quiere que Dara vuelva a la vida para cocinarle todo tipo de cosas. La conoce lo suficiente como para saber que comidas le gustan, Dara come lo que le den así que facilita mucho la situación, más bien Dara siempre le pide que cocine cosas nuevas para que así ella pueda experimentar nuevas delicias en su boca. Marlye sabe cocinar de todo un poco así que se ha puesto a hacerle hasta comida mexicana de todo tipo con tal de mantener feliz a Dara en todo momento.  Desde el accidente, ella ha ido religiosamente todas las tardes al hospital para visitar a Dara, a veces solo se sienta junto a ella y le cuenta historias y otras solo llora a su lado anhelando su pronta recuperación y vuelta a su estado de conciencia aunque teme del momento en el que la pequeña deba enterarse que ya sus padres no están y encima de eso del estado en el que su rostro ha quedado. Días atrás ya había sido revelado el rostro de Dara a la tía, su reacción fue tan fuerte al verlo que se desmayó nuevamente pero aún así ella decidió ser fuerte por su sobrina y le pidió al doctor con quién estableció una relación amistosa, que la dejara verlo a partir de esa vez cada día con el fin de que esto le sirviera para acostumbrarse y cuando la niña despertara actuar de manera normal para así no causarle más dolor, ella junto con la ayuda de una psicólogo clínico del hospital dieron ese gran paso por el bienestar de Dara. La breve llamada fue del hospital, avisaron que Dara ya había despertado del coma, el amor de la Tía Marlye es tan gran por su sobrina de segunda generación que se puso realmente feliz al escuchar tan grata noticia después de unos días realmente terribles, pese a la muerte de sus padres, saber que Dara había sobrevivido le da un poco de alivio. La Sra. Marlye dejó todo botado para irse corriendo hacia el hospital. Esta vez sí pudo irse manejando en su auto, ya que en vez de nerviosa estaba era impaciente por ver a Dara, aún sabiendo que quizá fuera bastante traumático verla llorando por sus padres. Al llegar al hospital preguntó rápidamente por la ubicación del cuarto de Dara, hace apenas tres días la habían trasladado a otro cuarto y aunque ya la tía había ido no recordó el camino, dicho cierto es el 111. En el camino se encontró con el Doctor Fill, le indicó estrictamente que debía ser llevarla con un especialista de la psicología y si requería medicación para dormir incluso con un psiquiatra ya que él proceso de recuperación será muy largo y complejo para la joven. Su primera recomendación fue la de la Doctora Maya, era la psicólogo personal del médico por lo que con toda seguridad la garantizó e hizo mucho énfasis en la calidad de sus procedimientos, terapias y su ética profesional. Posterior a haber terminado la pequeña charla con el doctor, la tía termina de cruzar un pasillo y finalmente llega a la habitación de su sobrina. Allí se encontraba ella, con su cara toda vendada a excepción de sus ojos y nariz. Al escuchar la puerta Dara voltea de manera lenta pero a la vez ansiosa para ver a su tía quien tiene una sonrisa triste en el rostro y ojos cristalizados. —Dara ya estoy aquí contigo, me alegra mucho volver a verte. —dice la Tía Marlye con los ojos llorosos. —¡Tía Marlye al fin puedo ver a alguien de mi familia! —a pesar de su voz tenue por la obvia y justificada a simple vista dificultad para hablar, la exclamación al ver a su tía fue inevitable—. ¿Dónde están mis padres? ¿Por qué le pregunto a las enfermeras y nadie me dice? Se que tuvimos un accidente pero o recuerdo que pasó y solo quiero ver a mi padres. —dice Dara desgarradoramente entre sollozos. La Tía Marlye empieza a llorar sin poderse controlar y ya Dara se espera lo peor… Sin estar muy consiente de lo que pasó en su cara posa sus manos sobre ella y se escuchan gemidos de dolor por todo el pasillo de hospital. Rápidamente las enfermeras intervinieron y la sedaron. La Tía Marlye es obligada a salir del lugar… Dara siempre ha sido una chica muy inteligente, por ende ya el llanto de su tía le dio respuesta a su pregunta y su desespero aumentó en ese instante, ya no sé podía distinguir a causa de qué tipo de dolor soltaba aquellos ensordecedores sollozos desgarradores. —Siempre estaré a tu lado y nunca te abandonaré. —promete la Tía con voz ahogada en llanto al salir de la habitación...
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD