El chico

1866 Words
     Dara se mantuvo en coma por muchos días, la Tía Marlye consiguió nuevas amigas en el transcurrir del tiempo lo cual fue muy bueno para ella; estás no han dejado de apoyarla en todo, desde falsas alarmas que le han diagnosticado a Dara hasta en los momentos que han creído encontrar la causa de sus problema. La Sra. Marlye nunca dejó de preocuparse por su sobrina, para ella está a sido una de las etapas más fuertes de su vida, la incertidumbre la ha atormentando cada día desde hace ya más de lo que pensé que podría aguantar, desde el principio solo quiso que Dara fuera feliz y sobretodo que las enfermedades no la siguieran persiguiendo. Aún no se sabía si era leucemia, solo oraba todos los días porque realmente no fuera eso y rogaba también por la paz de ambas, que se ha perdido...  Dara no soportaría estar en ese estado combinado al problema de su rostro, su vida ha sido demasiado dura como para que también hayan agravantes de otro tipo de mayor magnitud, como para que la vida le compré a aquella niña inocente por haber sido buena, dedicada, creativa, en su momento gran compañera familiar de sus padres y luego de su tía quien ahora también sufre en gran manera esperando ansiosa el día en el que esta pesadilla termine para poder continuar con su querida sobrina a la cual quiere como si se tratase de una hija.      Una noche en el hospital Dara despertó repentinamente, la habitación estaba oscura pero todas los objetos de la misma pueden verse con claridad de la luna que entra por una ventana cuyas cortinas había sido recientemente removidas… El despertar de Dara si resulta abrumador, la chica está muy agitada, como si estar en estado de sueño para ella hubiese sido una completa tortura de la cual estuvo intentando salir sin éxito hasta este momento. Puedo encontrarse con una fría y tenue habitación a excepción de una figura inusual, algo que no se esperó y que rompe con la concordancia de todo el habiente tan silencioso y de cierta manera tan uniforme; se trata de la figura de un joven a su lado, él está sentando acercándose cada vez más a ella como si tuviera la intención de decirle algo al oído, Dara aún no logra ver su rostro y siente miedo hasta que finalmente lo ve y todo aquel temor se desvanece por completo. Su aspecto en bastante aniñado, quizá tenga algunos 17 o 18 años, no cuenta ni con el más mínimo cabello que sea visible a simple vista, ni siquiera sus cejas están pero aún así se puede diferenciar dónde está las terminación de su frente por lo bien pronunciado que es esa parte de sus cara, le va bien el no tener cabello.      —No puede ser… ¡estás despertando, que alegría saber eso! Pero sobre todo ser la primera persona en verlo. La verdad no creo que hayas tenido que despertarte aún, los doctores se niegan a darme información sobre ti por más que se los pido y ya me estaba preocupando, sentía que eras como una princesa sumergida en un sueño eterno. —expresa con voz alegre.      Para Dara es inusual el hecho de que este chico le esté hablando pero sobre todo las palabras que dice. La irrealidad está a la mano con la mente de Dara que lo único que intenta es saber que ocurrió con ella.      —¡¿Quién rayos eres y por qué dices que llevo rato aquí durmiendo?! —Dara exige una respuesta, intenta adoptar una posición sentada en su camilla pero está demasiado débil para eso.      —Soy tu acompañante nocturno, para no sonar tan dramático, ya que lo menos que quiero es asustarte comenzaré de nuevo… ¡Hola! Mi nombre es Michael. —se presenta carismáticamente extendiendo su brazo para estrecharle la mano a Dara pero ella lo deja con sus brazos extendido, él lo comprende—. Te explico, digamos que te he visitado todas las noches e incluso te he leído algunos cuentos. Dicen que el dialogar con una persona que está dormida las ayuda a despertarse más rápido. —A Dara le causa un poco de gracia la manera de expresión del chico—. Y respondiendo la segunda pregunta, hasta donde tengo entendido, te desmayaste de repente y te quedaste como en coma, lamentablemente no pude obtener más información al respecto.      —Eso no es bueno, sólo espero que no haya algo malo conmigo porque es lo que me falta, sería el colmo. —Declara Dara con un pinchazo de angustia en sus pecho—. Me siento hasta un poco extraña, muy débil la verdad y para completar tengo un acosador en mi habitación, ni siquiera puedo gritar para que lo saquen de aquí que rabia.      —Que grosero de tu parte señorita, no soy ningún acosador, ¿Es tan malo querer hacerte compañía? —pregunta fingiendo que está ofendido.      En realidad Michael ya esperaba esa reacción por parte de Dara, para él más bien tomó una buena actitud ante su presencia justo cuando acababa de despertar, cualquiera se hubiera asustado.      —¿Por qué harías eso? ¿Acaso no ves mi rostro? Y además… ¿Que haces en el hospital? —cuestiona.      —Está mal que asegures que no mereces compañía solo por el estado de tu rostro. —dice Michael con el seño fruncido.      —Tu no sabes mucho sobre cómo es mi vida gracias a eso…      —A mi no me importa tu rostro, creo que lo superficial es importante sólo para aquellos que le dan relevancia, ¿no te has dado de cuenta como hay personas que incluso se hacen sentir miles de cosas solo por un chat a través de una computadora sin ni quiera verse? Sólo se dejan llevar por la fluidez de conversación, además te veía muy sola en las noches ya que tu tía pasa el día aquí pero en las noches se va a descansar y yo no tengo muchas cosas que hacer mientras me hacen mi tratamiento, además mírame no tengo cabello, por eso siempre uso gorra, me hace sentir más a la moda. —Michael bromea intencionalmente.      —Ja, ja, ja Tienes un muy buen punto, —afirma Dará entre risas que salieron gracias a las palabras de Michael—. Lamento mucho lo de tu cabello, imagino que debes tener cáncer y si es así lo siento mucho de verdad. —expresa Dara conmovida.      —No tienes por qué lamentarlo, ni siquiera yo lo hago; las desgracias de la vida funcionan al azar y siempre decidí pensar que pasa por algo, después de todo, todos moriremos algún día, lo bueno es que me empezaron el tratamiento a tiempo y puede que tenga más probabilidades de vivir, esa es mi esperanza algunas veces, no tengo una sola, si te aferras a ellas necesitarás muchas. —confiesa sin la más mínima pizca de dolor ni pesar.      —Creo que me identifico mucho con lo que dices, siento que mi vida ha sido desgracia tras desgracia pero aún así me niego a perder las ganas de seguirme impulsando hacia el futuro, quizás algún día acaben dichas desgracias ¿No crees?… Y por cierto, ¿cómo pudiste entrar aquí sin que te vieran? La verdad me intriga. —Dara expone una curiosidad divertida.      La chica ha bajado la guardia considerablemente permitiendo que una interesante conversación fluya entre ambas partes, incluso dejando que el nuevo chico le callera realmente bien; su carisma, actitud y gestos dejan a Dará conmovida.      —Siempre me escapo mientras les hago creer que duermo, hago hasta cosas por ti y tú llamándome acosador, no me diste una buena impresión señorita Dara Jones. —mofa Michael con voz falsamente seria—. Que nombre tan bello por cierto, suena bastante como a protagonista de películas de Hollywood, si combina con tu personalidad, imponente, ocurrente y obstinada. —asegura Michael entre una radiante sonrisa que contrasta con la habitación algo oscura que empieza a aclararse con la luz del sol saliente que entra por la ventana.      —Bueno, tu nombre no es tan feo. —dice Dará intentando contener una sonrisa que hace fuerzas por salir, a Michael le causa gran gracia.      —¿Eres mala verdad?      —Puedo serlo a veces un poco cuando me lo propongo. —contesta la joven sumamente divertida. Ambos chicos sueltan unas cuantas carcajadas tras su interesante conversación llena de ocurrencias y buenas vibras que conectaron muy rápidamente.      —Gracias por hacerme compañía de alguna manera, aunque no te lo pedí pero agradezco el gesto, de verdad. —Dara se sinceridad bastante conmovida.      —Bueno debo irme, llegó mi hora de devolverme a mi habitación antes que me atrapen, buscaré la manera de avisarles a los doctores que ya despertaste. Cuídate, espero volver a verte mañana, ya que sería una decepción que el comienzo sea rápidamente una despedida. —dejó una hermosa indirecta en el aire… Dara simplemente asintió con la cabeza y Michael se marchó pero en el fondo Dara estuvo llena de grande emociones que jamás en su vida había sentido, él la hizo sentir muy bien por primera vez en mucho tiempo, le hacía feliz que el chico no era cordial con ella por el estado en el que estaba sino que él era así naturalmente por su real interés por convivir con su nueva “compañera nocturna”, fue lo que más le gustó a Dara.      Dara no logró moverse pero luego de que él se fue nos lo siguió intentando, solo se quedó allí, inmóvil meditando en lo que había pasado, para la joven es demasiado sorprendente que Michael le haya dado importancia ala compañía que debía tener por las noches aunque ella en realidad nunca escuchó ninguna de sus historias ni nada de lo que dijo, le hizo feliz enterarse que había recibido tanta atención por una persona. Dara sintió por primera vez lo que era que un chico tuviera gestos bonitos hacia ella y eso por un momento salir de su dura realidad.      Desde un par de años atrás ya Dara empezó a creer que no tenía derecho a ser feliz o a tener tranquilidad, la cruel sociedad tampoco ayudó para que se convenciera de aspectos contrarios ya constantemente la señalaban con acusaciones tale como: “!No deberías salir así a la calle niños, soluciona tu problema!, Hijo no la mires porque puedes asústate, no deberías estar en lugares si necesitas comprará algo puedes pedirlo en línea” y nunca pararon los despanaste y comentarios ofensivos e hirientes. Hoy Dara se olvidó de todo eso, comprendió que está bien ser diferente y que si hay quieres aprecian eso.      «¿De dónde habrá salido ese chico? Está realmente loco», piensa Dara sin poder dejar de divagar en lo sucedido, en su mente todo se siente bien y por ese momento hasta olvidó el motivo por el cual había estado dormida, según declaraciones de Michael.      «Quizá si valga la pena vivir la vida por muy dura que sea, había olvidado por completo lo que se sentía lo buenos gestos provenientes de nuevas personas».
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