Apoyo sincero

2497 Words
—Debo contarles algo, aquí nadie extraño nos escucha. —señala Dara. Ciertamente el lugar no está muy lleno y ellos eligieron puesto cercanos al área de niños pero alejados de todas las mesas con personas para poder hablar tranquilos. —Recibí un mensaje que me ha estado perturbado, es fue la verdadera razón por la que me desmayé. Fue una amenaza, hablaba… —Dara hace una pausa, le cuesta progresar… —Tranquila, nadie te está apresurando, tomate tu tiempo para hablar. —Michael se acerca hacia ella para darte aliento. Posiciona un brazo alrededor del cuellos de Dara, al principio se ve nervioso al notar que quizá no fue lo más apropiado pero Dara a percibir esto asienta con su cabeza pese a su harán angustia y termina de confirmarle abrazándolo. Luego de un par de minutos y muchas exaltaciones profundas, Dara se dispone a terminar de contar lo que sucede. —Disculpen, la verdad me ha costado bastante procesar rato e incluso desde que me desmayé no había querido pensar más en el tema, es muy difícil para mí. —expresa Dara absolutamente cabizbaja. —Tranquila mi niña, estás en un lugar seguro, aquí puedes expresarte y tomar tu tiempo para hablar, sea lo que sea te comprenderemos y sobre todo ayudaremos a avanzar y solucionar todo lo que sea necesario. —Rebeca toma la Mano de Dara para hacerla sentir más segura. Mientras tanto Michael no la ha soltado ni un momento. Sim duda alguna se nota una mejoría en el semblante de Dara gracias al apoyo que le brindan sus buenos amigos. —Gracias de verdad. —Dara hacer notar su gratitud, no tanto con su palabras, es su voz ronca a punto de llorar que expresa sus verdaderas emociones de gratitud—. En ese mensaje decía que le choque del accidente donde murieron mis padres fue provocado… —Dara no aguanta más y se prende en llanto… —Tranquila, desahógate. —indica Michael paciente. De un momento ha otro llega Mary para ver qué sucede. —Mamá… ¿Qué le pasa a mi amiga? —pregunta preocupada. Dara no le da la cara, ni siquiera pudo escucharla o notar su cercanía debido a los fuertes sollozos que emite en los brazos de Michael. —Corazón, sé que te preocupa pero es un asustó de adultos por lo no es bueno que te incluya. Te prometo que lo resolveremos y cuando tú amiga Dara se sienta mejor, ella misma te va a informa, ¿Te parece? —propone la Madre de Mary con mucho cariño y paciencia. —Comprendo mami, bueno… Ya casi seré adulta así que cuando lo sea también les ayudaré a resolver sus problemas. —dice Mary empáticamente. —Esperaremos que ese momento llegué pero mientras tanto tienes muchísimas cosas de niños que vivir y esas son muchísimo más divertidas, quiero volver a ser niña y no puedo, disfruta el momento que pasa rápido. —Como toda una madre ejemplar, Rebeca le da un gran consejo a su hija sin necesidad de disminuirla ni mucho menos humillarla—. Ahora bien señorita , es hora de que vayas a jugar, debes aprovechar porque mañana es día de tareas. —¡No, por favor no! —pide Mary con falso drama—. Iré a aprovechar mi tiempo, por favor dile a Dará que espero que se mejore para que juegue conmigo. —Se lo diré. —dice Mary con una sonrisa de boca cerrada. Le da un pequeño beso en la frente a su hija y está rápidamente se devuelve a la zona de juegos donde ya hizo una amiga. Dara ya había estado escuchando la conversación que tenía Rebeca con su hija y de una forma y otra eso le trajo un poco más de paz, recordó a su madre quien le hablaba de la misma manera. —Que lindo que le tengas tanta consideraciones Mery, mi madre también era igual. —exoresa Dara ofreciéndole una sonrisa triste. —Los niños también merecen comprender las situaciones difíciles, a su manera. Mary es muy inteligente. —Si definitivamente lo es; felicidades. —una gruesa lágrima recorre la mejilla de Dara—. Está bien si les sigo contando? —Por supuesto. —responde Rebeca con gracia. —Se que tú puedes. —Michael le da ánimos. —Bueno, la verdad no sé quién envío el mensaje porque el número no estaba registrado en mi celular y honestamente me da miedo llame o algo así. —confiesa la chica de manera un poco más calmada. —Confirmo, no es buena idea. —dice Michael y todos están de acuerdo con eso. —Creo que fue a raíz de unas investigaciones que he estado haciendo con respecto a el accidente, en el mensaje también decía que si seguía investigando tendría consecuencias y que todo fue causado por mi padre, es decir, al parecer el tenía una extraña información que iba a revelar. —termina de relatar Dara. Tras las palabras de Dara todo se quedan en silencio, no de forma incómoda, sino más bien cada uno en sus pensamientos preocupados. Pasan alrededor de 5 minutos y Michael reacciona. —¿Piensas que el incidente del hospital tenga que ver con eso? —pregunta Michael abiertamente. —Yo si lo creo, fue demasiado extraño. —agrega Rebeca. —Creo que debemos buscar a alguien de confianza que pueda aconsejarnos al respecto más bien. —opina Michael. —¡No! Quizá sea demasiado arriesgado. —reprocha Dara realmente preocupada. Debido al estado tan alterado de Dara Michael y Rebeca decidieron no dar más opiniones al menos que realmente fueran opciones seguras con más probabilidades de que Dara la aceptara por lo menos como una opción pero eso no pasó por alrededor de 10 min, al principio fue incómodo para pero ya luego se acostumbraron un poco más. —Recordé algo más… —dice Dara con voz tenue. —Cuéntanos. —pide Michael con ansias. —Una vez cuando era niña… Mi madre tuvo que salir para una entrevista con un cliente, era fin de semana y mi padre no trabajaba así que me quedé con el. Todo iba realmente normal, hice mis tareas y luego bajé para comer, mi padre también solía cocinar, sobre todo los domingos. Siempre esperé encontrar lo mismo de siempre, algo normal mejor dicho pero no fue así, mi padre no estaba solo en la cocina escuchando música; habían unos tipo acompañándolo, el tenía un ojo morado. Justo cuando los tipos me vieron sonrieron y se marcharon. Yo desesperada corrí hasta donde se encontraba mi padre y le pregunté sobre lo que había pasado que por qué estuvieron esos extraños con él, si repuesta fue una mentira ahora que lo pienso. —afirma Dara. —¡Papá! ¡¿Que te sucedió? —dijo Dará desconcertada—. ¿Que hacian esos tipo aquí? —Nada hija, solo eran unos amigo y accidentalmente me golpee el ojo, venía de garage y tropecé, el golpe me causó el moretón. —explica Lucas Jones. La pequeña niña va inocentemente a buscaré hielo a su padre para que así pueda poner en su ojo tan hinchado que se le resulta imposible abrirlo. —Hija... Necesito que me hagas un favor... —¿Si papá? —No le cuentes a tu madre sobre mis amigos ¿si? —¿Por qué? —A ella no le agradan, ¿podría ser nuestro secreto? —Guardaré nuestro secreto. —responde Dara ofreciéndole un sonrisa que solo emana inocencia pura. —¿Dara...? ¿Estás allí? —pregunta Michael. Dara se había quedado completamente totalmente ida. —Si, lo siento... —Te comprendemos. —asegura Rebeca. —Creo que por hoy ya no debemos hablar más sobre el tema, hay que pensar más con cabeza fría. —aconseja Dara sabiamente. —Creo que todo estamos de acuerdo. —dice Rebeca al notar que nadie se opone. —Por favor no le digan nada a Tía Marlye sobre esto, ella ya no aguanta más noticias malas y solo no quiero que sufra también por esto. Ya estoy grande y es m*****o de resolver mis asuntos sola. —No sola, estarás con nosotros. —corrige Rebeca. —Y tranquila que no le diremos nada a tu tía. —promete Michael Rebeca abandona la conversación que ya va menguado en su intensidad y se distrae con su teléfono. —Discúlpenme, ay pero que mal educada soy. —dice un poco apenada por el gesto. Dara y Michael en realidad no sé molestaron ni incomodaron por el gesto, simplemente les pareció normal. —Tranquila, la verdad estamos tan idos que no nos dimos cuesta ja, ja, ja. —expresa Dara. —Exactamente Rebeca. —reafirma Michael. —Bueno, causalmente el mensaje es de tu tía, me pidió el favor de comparar un poco de pan y vino para la cena, es que ella está muy cansada. —explica Rebeca en una acción empática hacia su amiga Marlye. —No hay problema, la verdad podemos ir a compararlo antes de llegar. ¿Qué les parece? —propone Dara. —La verdad no tengo problema. —contesta Michael. —A mi me parece bien, solo que bueno… Digamos que tengo una obsesión con el pan, o sea no sé asusten, no soy tan rara ja, ja, ja. —el cometario accidental de Rebeca provoca que todo se suelten una carcajada—. Cuando estaba pequeña mi padre tenía una panadería dónde se vendían los mejores panes, eso me hizo muy exigente en cuanto a su calidad, me gustaría comprarlo en una panadería específica de la ciudad dónde hasta ahora han cumplido todas mis expectativas. —Woow, me parece bien, ya sé que cuando vayas a visitarnos nunca haré pan casero con semejante crítica del pan ja, ja, ja. —bromea Dara. —Claro que si puedes hacerlo cariño, estoy muy lejos de ser un crítico culinario o algo parecido aunque admito que siempre fue una de mis sueños frustrados; en cambio me convertí en psicólogo y también abogado, es una de esos sueños que las personas realmente anhelan pero nunca se atreven a cumplir, más o menos así pero tampoco me arrepiento de las carreras que elegí, ambas también me apasionan. —confiesa Rebeca sintiéndose en confianza—. Lo siento, no quiero aburrirlos, a veces Mary dice que parezco una adolecente y que no soy una mamá normal pero que a ella le resulta genial eso ja, ja, ja. Dara y Michael sonríen, para ellos es lindo escuchar ese dato gracioso sobre Mary quien es una niña sumamente inteligente para su edad. —Ja, ja, ja, Mary tiene unas cosas que terminan sorprendiendo a todos definitivamente y hay algo que no se me puede pasar, nunca pienses que nos aburres, al contrario, es muy genial que nos cuentes sobre tus carreras y habilidades, es muy cool. Créeme que yo también quisiera dedicarme a varias cosas y hasta ahora no me he decidido por completo, un día digo que quiero estudiar música y al otro dibujo artístico pero también me gusta la fotografía y termina siento una elección bastante difícil. Lo bueno es que aún falta para mi operación y es luego de eso que deberé tomar una decisión, siento que voy a terminar estudiando varias carreras. —confiesa Dara emocionada. —Eso es muy hermoso cariño, créeme que las aspiraciones no llevan muy lejos y estoy segura que tu llegarás muy lejos. —asegura Rebeca tomando a Dara de la mano como un gesto de sinceridad. —Y tu también Michael, recién nos conocimos pero me caes muy bien. —declara Rebeca con una sonrisa de boca cerrada. Michael y Dara se siente a gusto con esta conversación. —Gracias Rebeca, en algunas cosas me recuerdas a mi mamá; Dará me habló maravillas de ti y Mary y realmente tuvo razón. —dice Michael con toda su sinceridad. Las personas llegan a un punto en el que ya no les importa nada que no sea sincero, el estar al borde de la muerte o sentir que por un momento casi puedes aquello que más amas te cambia, hace que tu vida de un giro de 180 grados y tus perspectiva por las pequeñas cosas, como cumplidos, atención a ciertos detalles y obsequios se conviertan en algo grande; comprendes que eso que parece diminuto en realidad es la vida misma. —Bueno Chicos, créame que no se desharán de mi tan fácil, yo siempre estaré para apoyarlos en todo. Y pese a la difícil situación de a la que te enfrentas Dara, aún hay solución un juntos la encontraremos. —plantea Rebeca con fijeza. —Gracias de Verdad Rebeca, Dara necesita nuestra ayuda justo ahora y no dejaremos que le hagan Daño. —afirma Michael. Dará se levanta para abrazar a sus dos buenos amigos y poco después Mary se integra nuevamente. Ese momento le brinda mucha más tranquilidad a Dará, no se siente sola y desprotegida. —Chicos, volviendo al tema de pan... En el lugar que le plantee no venden vino, ¿Les parece si voy yo por el pan y ustedes por el vino en el sitio que mejor les parezca para luego encontrarnos en la casa de Dara? —propone Rebeca. —Me parece bien Rebeca, creo que es una gran idea, entonces iré con Michael y luego nos encontramos allá. —responde Dara. —Prefecto, vamos. —pide Michael con una sonrisa optimista. Todos toman sus cosas y piden un Uber por separado. En poco tiempo estos llegan y el nuevo equipo toman camino diferente por la ciudad. Durante el trayecto Dará no dice ni una sola palabra, solo mira por la ventana del automóvil, ni siquiera está detallando las cosas que ve a su alrededor, su mirada está fija en un solo punto. Michael acerca su mano hasta la mano de Dara y tras un pequeño roce de aprobación la toma por completo. Para Michael estuvo claro que Dara no necesita nada más que una buena compañía y apoyo, él está dispuesto a eso. —Todo estará bien. —enuncia Michael con esa seguridad que Dara tanto necesita. La chica deja caer un cabeza en el hombro de Michael. —Me gusta que estés conmigo. —contesta Dara. —No me iré, lo prometo. —manifiesta Michael casi en un susurro. El sitio a donde irían a comprar el vino estaba un poco lejos así que en el camino Dara cayó en un profundo sueño. «Ella es diferente, tiene sinceridad y algo que me cautiva por completo. No sé que de que se trate pero vela triste me destroza mientras que verla feliz me da vida, justo allí siento que el aire que respiro es más fluido y que todo estará bien. Es inevitable no quedarme con ella, justo aquí, en ésta posición en la que me cede toda su confianza siento que es mi lugar».
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD