Un cumpleaños diferente

1928 Words
Hoy es un día importante para Michael... Una cita que su doctor le dirá como va su evolución con respecto a su enfermedad, hasta ahora todos y cada unos de los comentarios que ha escuchado por parte de la enfermeras y compañeros de quimioterapia han sido bastante reconfortantes para él, su piel se ve distinta, sus ojos brillan más y cada uno de sus movimientos son más ágiles; además de esto las náuseas y mareos lo han menguado considerablemente haciendo que su esperanza de recibir una buena noticia crezca aún más. Durante el amanecer se despertó algo nervioso por la charla que tendrá el médico hacia él pero su actitud si no menguó, por lo contrario, se encontró más radiante que nunca al pensar en las probabilidades. El ver a Dara también es algo que le ayuda a subir sus ánimos porque siente que existe un gran entendimiento entre ambos, algo que no había encontrado con otra ninguna persona, fue algo que floreció de la nada, sin una razón aparente y mucho menos en medio de un ambiente de hospital donde se supone que la mayoría tienen algún problema casi siempre de gravedad; en conclusión de ese punto no es precisamente el lugar más agradable para charlar o hacer amigos, las personas suelen estar más enfocados en recuperarse. Michael se encuentra pensativo en su cama, analizando aquellas cosas buenas que ha tenido últimamente, él no lo describiría como un acontecimiento en específico, solo que en los últimos días se ha sentido feliz, tranquilo y acompañado; así, como en esos momentos de la vida en los que sientes que puedes salir adelante, progresar y tu personalidad es invencible, muchas veces ese sentir no tiene un motivo, solo te sientes así y ya, lo malo del panorama es que también sucede lo mismo con la tristeza, incluso más que con la felicidad haciendo que sea un punto complejo del día a día de cada persona, no todo el tiempo las personas tienen razones específicas o quizá no todo el tiempo las saben y eso también está bien y es comprensible. Interrumpiendo su profunda meditación suena su teléfono, a Michael le parece bastante extraño ya que apenas son las 7 AM y no pasó tanto desde que abrió sus ojos por primera vez en ele día pero aún así decide contestar con buena disposición. —Buenos días, ¿con quién hablo? —pregunta con voz ronca, esa típica voz de recién despertado. —¡Muy buenos días Michael! —expresa la voz dulce de un anciano muy cordial—. Soy el señor Fernando, el de la tienda de deportes que visitaste el otro día. Quería informarte que te enviamos un paquete de regalo por tu cumpleaños, sé que no tenías como comprar ese artículo así que quisimos hacerte feliz en tu día. —dice el Sr Fernando con emoción. La cara de sorpresa de Michael es indescriptible, a simple vista se logra entender que no puede creer lo que acaba de escuchar y le conmociona el hecho de que hayan recordado su cumpleaños. —¡Wow! muchas gracias Sr Fernando, realmente le agradezco el gesto, de seguro me llegará pronto. Le prometo que en cuanto salga de esta enfermedad le daré cada centavo. —asegura con determinación ignorando la aclaratoria del Sr Fernando explicando que se trata de un regalo. —Los regalos no se devuelven chico, así que disfrútalo, ten lindo día. —desea en voz alta transmitiéndome buenas vibras a Michael. Esa llamada le dio mucha felicidad a Michael ya que no se esperaba un regalo tan grande en su día de cumpleaños del cual muy poco se habían acordado reduciendo aún más el círculo de amigos del chico. El no suele darle tanta importancia a los cumpleaños, más bien siempre la pasa un poco triste porque la mayoría de las veces está solo ese día. Michael no ha tenido muchos cumpleaños buenos en su vida pero este está empezando bastante bien y le ve potencial para ser uno muy bueno que realmente le permita sentirse vivo, valorado y amado. Hasta el momento sus mejores regalos han sido unos cupcakes de chocolate por parte de la Sra. Eva, su vecina y enfermera, asistente de quimioterapia. Ella siempre está atenta de la salud de Michael, cuando lo necesitó fue su representante y ambos mantienen una relación muy buena dónde se ayudan mutuamente. Es una Señora muy amable que todos, no solo Michael, aman porque es realmente agradable y le gusta empatizar con los pacientes de oncología que tanto lo necesitan, Lamentablemente tiene ciertas dificultades para caminar así que usa un bastón, también es por su edad ya que tiene 80 años ya se conoce que la edad se ve reflejada en las articulaciones. Eva se encargó de darle los cupcakes un día antes a Michael para que así pudiera empezar su cumpleaños con ánimo, la indicaciones fueron muy claras de su parte, dijo que debía guardarlo y solo comerlos en la mañana. Michael se da una rápida ducha por lo tarde que se le ha hecho al haber pasado tanto tiempo en la cama pensando. Desayuna velozmente, más de lo que debería, un cereal con frutos secos, es su favorita y se encamina para tomar el autobús que va al hospital. Ya que aunque se encontraba en uno muy bueno debía ir con un Doctor aún más especializado en su enfermedad.  Durante el camino se encuentra a una que otra persona que le piden indicaciones con respecto a direcciones y en poco tiempo llega al hospital. Al llegar se encuentra como de costumbre al portero Félix tomando un café mañanero. Su uniforme es impecable y luce una apariencia pulcra que da una excelente impresión acompañándola de su actitud carismática intachable. —¡¿Qué tal Félix?! ¿Cómo te va? —pregunta Michael con bastante aprecio en forma de saludo. —¡Feliz cumpleaños chico fresita! —Félix dice una mofa que suele exponer pero está vez haciendo alusión al cumpleaños de su amigo. —Gracias Sr. Cara de papa… —Ayyy chiquillo, respeta a tus mayores. —advierte Félix también en tono de broma. Este hace que Michael suelte una estruendosa carcajada. —Ja, ja, ja, gracias por recordar mi cumpleaños amigo. —Como no hacerlo si eres el único que se escapa del hospital a las 3 AM. —plantea el recordatorio como base de su argumento para hacer de el gran cariño que le tiene a Michael un argumento personalizado. —Creo que no era necesario recordar eso… el médico de guardia aún me mira feo. —expone con gracia. Ambos amigos se carcajean ante el recuerdo que en sus momento fue bastante caótico pero en la actualidad es parte de un chiste amistoso que solo ello entienden y por supuesto el más afectando… el médico de guardia de ese día que aún no le dirige la palabra a Michael. Se supone que él debió haber sedado a Michael por órdenes del internista, Michael se encontraba en un estado bastante mal y su salud mental no era la mejor para tomar decisiones así que por la negligencia del médico Michael se escapó y luego tuvo que regresar a al hospital con heridas graves que le causó el arroyamiento de un auto. —Bueno Félix, nos vemos. —Michael se despide. Al ver la hora recordó que tenía que ver cómo está su amigo Bob y luego dirigirse al consultorio de su doctor así que hace una mueca de disgusto cuando observó que iba 5 minutos tarde a todo. —Cuídate amigo, nos vemos luego ¡Y compórtate! —exclama con hincapié el la conducta de Michael. El joven rápidamente se dijere al cuarto de Bob, luego de haberle ofrecido una última sonrisa a Félix; gracias a la magnitud del hospital se demoró otros 5 minutos en llegar y finalmente se para frente a la puerta; Bob permite que despierte en el una gran sonrisa al ver a Michael. —¡Amigo! No me vayas a regalar pero voy tarde de nuevo para la cita del médico, ¡ah! Cierto, es mi cumpleaños y no puedes regalarme. —bromea. —Feliz cumpleaños tonto. —¡GRACIAS! —grita Michael —Ja, ja, ja, estás loco, —dice Bob entre carcajadas. —¿Como te sientes amigo? —La verdad, la verdad.. —Se serio, sabes que no me gusta bromear con estas cosas. —expresa Michael con una ligera cantidad de molestia en su voz. —Bueno, bueno… Es solo que es tu cumpleaños, no quiero hacerte sentir mal… —No me harás sentir mal amigo, además no es tu culpa. ¿Acaso crees que me sentiré bien si no me dices? —cuestiona con preocupación el cumpleañero. —El médico me dijo que el cáncer se extendió y que debe hacer más estudios pero que me encuentro en una estaba difícil… —dice con voz cortada Bob. —Ayyy amigo… Todo estará bien, saldremos de esta. —afirma Michael con bastante seguridad. Michael se acerca para darle un fuerte abrazo a su amigo. —¡Epa! Pero hoy no es día para ponernos tristes, te acaba de llegar un paquete, parece ser un paquete muy especial. Casualmente fui al correo del hospital a buscar algunas cosas que compré en línea y me tomé la atribución de traer ese paquete también por ti. —explica un poco nervioso por su reacción. —¡Si! Muchas gracias por entregármelo, realmente te lo agradezco. —dice Michael con insistencia por la gran emoción que le causó su nuevo regalo de cumpleaños que en realidad siempre había querido. Michael tiene cierta dificultad para hacer largos recorridos, últimamente está haciendo frío en la ciudad así que le recomiendan que no ande saliendo mucho, mientras más tranquilo esté es mejor para él pero en este caso le tocó ir a sus cita y Bob le ahorro el largo trecho hasta la oficina del correo. Justo ahora tiene una felicidad muy grande en su rostro, el de la tienda de deportes le envió algunos guantes de béisbol, una pelota de futbol y otras cosas de deportes variados, Michael es fan de coleccionar ese tipo de cosas y al verlas también le motivan a salir hacia delante. Su sueño siempre fue ser beisbolista profesional así que espera algún día por lo menos volver a jugar libremente, allí se encuentra su mundo feliz y despeje de la dura realidad en la cual está acostumbrado a vivir. —Bueno amigo, te dejo por ahora, debo ir a mi cita, ¿Podrías guardarme mi regalo mientras regreso? —consulta Michael conociendo la repuesta de su amigo. Durante el recorrido por el hospital, otra enfermera se le acercó a Michael y le regaló un chocolate grande, comunicó su buenos deseo y dijo que esperaba no verlo más en la sala de hospitalización. Todo iba realmente genial en su gran día, y en lo que más pensaba es que visitar hoy a Dara, quizás hoy podría evolucionar esa charla que ayer no pudieron terminar… Ese día antes de dormir Michael le dijo a Bob que les avisara a los doctores que Dara ya había despertado como cosa de él, luego Bob le contó como había sido todo enviándole un mensaje y bueno saber que todos se pusieron felices por haber salido del coma lo puso realmente feliz, para Michael lo más importante era su salud, visitarla esos días hizo que hubiera una gran conexión entre ambos, lo que el temía es que Dara no hubiera sentido esa misma conexión.    
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