Capítulo 9

2064 Words
Cuando llegamos al apartamento me di cuenta de que ya casi estaba anocheciendo. Parecía que pasábamos más y más tiempo juntos el domingo. Me duché, me puse el pijama y me preparé un sándwich, la única comida que sabía cocinar. Me senté en el sofá y encendí la televisión, aunque no estaba prestando atención a nada. Estaba un poco nervioso por la conversación con Samantha. Ella debería serlo aún más. Pronto salió de la ducha y se sentó en el sofá a mi lado, con las piernas en alto, vistiendo una bata de baño y una toalla envuelta alrededor de su cabello húmedo. - Bueno, Ari, ahora cuéntame todo lo que hablaste con Jonathan. Incluso estaba un poco confundido. ¿Sabía ella lo que había pasado? - ¿Como asi? – Pregunté un poco desconcertado. - ¿Qué dijeron de mí? preguntó ansiosamente. Respiré un suspiro de alivio. Por un momento pensé que ella podría haber sospechado algo. - Sí, hablamos de ti. - Entonces no me dejes así... Hablemos pronto. – preguntó mirándome a los ojos. - Bueno... Es complicado , Samantha. - Entonces, ¿eso significa que Jonathan todavía no ha cambiado de opinión sobre mí? - Creo que no. - Dije que no estaba seguro de qué estaba hablando exactamente. - Estoy preparado para cualquier cosa. Quiero que me des detalles de lo que dijo de mí. - Bueno, yendo directo al grano: creo que alguien le está gustando mucho. - Todo menos eso. - Dijo tirando su cabeza en el sofá y cerrando los ojos. Guardé silencio. No sabía si continuar o no. Después de todo, realmente había ido directo al grano, sin perder el tiempo en otras cosas que dijimos que no importaban. - ¿Quién es ella? - preguntó Samantha mirándome de nuevo. - ¿Como yo voy a saber? ¿Crees que me lo diría? - ¿Ni siquiera preguntaste? - Por supuesto que pregunté. Por supuesto que no me dijo. - Necesito averiguarlo. - Creo que está enamorado por primera vez. Pensé que lo que dijo era sincero. Nunca lo he visto hablar de nadie de la forma en que lo hizo. Sabemos muy bien cómo se involucró con cada mujer suya que se cruzó en nuestro camino. - Ella me tendrá en su camino. Va a ser difícil para él superarme como piensa. - Samantha, creo que será mejor que lo dejes... No tiene sentido que hagas eso. Siento que realmente ha terminado. Y necesitaba escuchar eso de él para asegurarme de que realmente no había más oportunidades entre ustedes dos. - Ari, rechazada sí, pero cambiada por otra, nunca. - dijo furiosa. – No aceptaría nada. - Pero... Ya pasó, ¿no? Cuando lo viste con otra mujer. Sobre esto me explicó que entre ustedes nunca hubo ningún sentimiento... Sólo atracción física... Sexo. - ¿Dijo que? preguntó ella perpleja. - Y dijo que sabía que era así. Que tenías una relación abierta. - Sí... No puedo mentir que era así y yo lo sabía. Pero nunca dejé de pensar que cambiaría de opinión, que llegaría a gustarle, Ari. Nos incendiamos juntos. - Dijo sonriendo con picardía. la escuché decir eso. Ni siquiera sé qué pasó por mi cabeza, pero no fue un buen sentimiento. Pensar en ella y Jonathan juntos en la cama no me agradaba. Y sé que esto ha sucedido muchas, muchas veces. Pero solo ahora lo sentí. ¿Por qué no lo sentí antes? Y también, ¿por qué nunca quiso escuchar los detalles cuando trató de contarlos? ¿Por qué no quería saber sobre las intimidades entre ella y Jonathan incluso antes de lo que pasó entre nosotros dos ese día? Estaba confundido. - Yo... estoy diciendo lo que él me dijo. Ahora quien decide lo que vas a hacer eres tú. - Yo solo dije. - Creo que fui ingenuo. - ¿Ingenuo? - Me reí irónicamente. - No, Samantha, si hay algo que nunca has sido, es ingenua. - Pero esperaba que le gustara... Sé que al principio prácticamente lo obligué a quedarse conmigo. Pero la primera noche fue maravillosa. Entonces vino a mí. Pero pasó el tiempo y me di cuenta que yo era la única que lo buscaba y que si no hacía eso no nos veríamos más. No hablamos de una relación seria. Sabía que se juntaba con otros, aunque nunca lo vi. Y también me quedé con otros hombres. - ¿Cómo estás seguro de que estuvo con otras mujeres? - No estoy seguro, pero creo que sí. Siempre me decía que no quería perder su libertad ni meterse en nada serio, ya que su único interés era terminar la universidad y viajar. - Así que no te engañó. Él era sincero. - Lo sé... Pero siempre tuve esperanza. Hice todo para ser linda, atractiva, complacerlo en todos los sentidos... Me enamoré, ¿sabes? Y no lo planeé. - Entiendo... Pero al mismo tiempo, no tiene sentido perder el tiempo persiguiendo lo perdido. Creo que se acabó Samantha y deberías seguir con tu vida. Se acostó en el sofá y dijo: - Creo que solo se puede amar una vez en la vida. - ¿Y tú crees que Jonathan es el amor de tu vida? – pregunté, casi riendo, porque la había escuchado muchas veces pensar que estaba enamorada. - Yo creo que sí. - "Él piensa"? - Estoy seguro. - ella dijo. Realmente no podría importarme lo que ella sintiera por Jonathan. Tal vez ella realmente lo amaba y tendría que aceptarlo. De nada servía tratar de convencerla de que no debía gustarle, insistiendo y todo. Su sentimiento podría ser real y tenía que aceptarlo. Pero lo que no pude hacer fue mentirle. Me estaba sintiendo muy mal. Incluso esperaba que ella aceptara el hecho de que le gustaba otra persona, pero no lo hizo. Si ni siquiera estaba feliz de que su corazón tuviera dueño, imagínate ella, que había estado involucrada con él durante mucho tiempo. Elegí contarle lo que había pasado en el club. Y así lo hice. Le hablé de haber visto a Therry y todo eso. Pero no podría decirte que besé a Jonathan. De ninguna manera salió de mi boca. Me sentí como un traidor, porque le había ocultado la peor parte. Pero al mismo tiempo sabía que no volvería a suceder. Había sido un desliz y eso fue todo. Así que intentaba dormir en paz conmigo mismo, aunque sabía lo difícil que sería. La miré esperando una reacción y me dijo: - Oh, desearía haber sido tú esta mañana. - ¿Te gustaría ver a tu novio engañándote? – pregunté asombrado. - No... Me gustaría hacer la escena de los celos con Jonathan. – dijo guiñando un ojo. - Y hubiera aprovechado para besarlo y apretar ese hermoso cuerpo. Huele a masculinidad. Su toque enciende cada llama en tu cuerpo y... - Samantha, creo que eso es todo por hoy. - dije levantándome. - Estoy cansada. No iba a escuchar todo de nuevo acerca de sus intimidades. El día ya había sido muy turbulento y más allá de la traición y la mentira sabía que tendría que dormir recordando cada minuto que pasé con mi cuerpo junto al suyo. - ¿Fue un buen actor en la escena de los celos? ella preguntó. - Bien, sí. – dije un poco torpe. “Hacía tanto tiempo que no hablaba con él hasta entonces. Es un chico agradable. - Confesé. “Y aunque su idea era infantil, fue una manera que encontró para tratar de ayudarme de alguna manera. - Cuídate, Ari. Es muy fácil enamorarse de Jonathan. - ¿Estás loca, Samantha? No digas eso. - Perdon. Solo quería que supieras que no estoy enamorado por nada, que es real... Es un hombre muy apasionado. Iba a mi habitación, pero alguien llamó a la puerta y fui a abrir. Era Gisa y estaba llorando. - Gisa? ¿Qué paso? Le pregunté y ella ni siquiera respondió. Ella simplemente entró y se sentó en el sofá, sin dejar de llorar. Samantha fue directamente a la cocina a preparar un poco de té, como se podía ver que estaba muy nerviosa. - Gisa, ¿qué pasó? Yo pregunté. - Fabio y yo rompimos. - ¿Pero por qué? Me pareció que lo estaban haciendo muy bien hoy. - Dijo que pensaba que nuestra relación ya no funcionaba... Y acepté. No respondí... No tuve el coraje de saber por qué. - Gisa, creo que también sabías que no sería para siempre. - yo dije. - Pero me gusta, Ari. - No es lo suficientemente bueno para ti, Gisa. No regreses. - ¿Regresar, yo? Nunca, mi orgullo es lo primero. Por mucho que me guste, nuestra relación nunca fue muy madura y yo siempre sufrí, ¿sabes? Nunca me dio seguridad. Quizá ahora mi vida vuelva a la normalidad y empiece a hacer las cosas que me gustan y no sólo las que a él le gustaban. - Dijo ella aun llorando. Samantha llegó con una taza de té relajante y la hizo beber todo. Teníamos el té para eso: relaciones rotas. Suena a mentira, pero realmente funcionó. Al menos durante una hora, mientras hablábamos. - Me alegro de que pienses de esa manera. - yo dije. – Eres una mujer hermosa, inteligente y encontrarás un hombre que te merezca. - No... No quiero saber nada de nadie. Voy a vivir mi vida como yo quiero, sin nadie pegado a mí, tratando de cambiar mis planes, mis gustos... Somos mujeres fuertes, no necesitamos un hombre para hacer realidad nuestros sueños y ser contento. Fábio solo se interpuso en el camino de mi vida. - Estoy de acuerdo con usted. - yo dije. Gisa estaba siendo muy sensata. Realmente no necesitaba a Fabio para nada. Ni siquiera era guapo. Un chico, sin ataduras, que en mi opinión simplemente lo usó. - Cómo me gustaría tener tu seguridad y tranquilidad, Ari. Hoy, Samantha y yo todavía estábamos hablando de cómo logras tener todo bajo control todo el tiempo. Me reí: - No sé cómo puedes verme de esta manera. Sí, tranquilo trato de estar, pero también tengo mis problemas, créeme. Y no son fáciles de arreglar. Sabía muy bien de lo que estaba hablando y si se lo revelaba, sé que también entenderían lo complicada que era mi vida. Y no fue Therry. - ¿Qué está pasando en el mundo de los sueños de todos modos? Me he estado preguntando esto desde hace algún tiempo. No sé cómo ni cuándo, pero creo que terminamos involucrándonos demasiado... Pasamos de simples amistades y parece que no nos está haciendo ningún bien... Ni siquiera para nuestra socialización. . - dijo Gisa. - Tal vez... Pero piensa en lo felices que somos juntos, Gisa. No puedo ver mi vida sin el almuerzo del domingo con todos. Las fiestas que organizas son tan perfectas. Al final, creo que es así. Nos involucramos, luego cortamos los lazos... Y tal vez más tarde los volvamos a unir. Gisa, tu vida acaba de empezar. - Es correcto. Y tengo todo por delante para sufrir por Fábio, un chico de 20 años. Me reí: - En cuanto hables. Le sequé las lágrimas y noté que ya estaba sonriendo. Yo pregunté: - ¿Seguirá viviendo aquí? - Sí, no tiene adónde ir. Pero ahora tendrá que pagar el alquiler. dijo con firmeza. - No entiendo, estuviste muy bien en la mañana. - Dijo Samantha. - Bueno, para que veas, Samantha, cómo están las cosas. Un minuto todo está bien, al siguiente llega el tipo y dice que no funciona. Entonces el mundo se derrumba sobre tu cabeza. si se por que? No. Pero yo tampoco quiero saber... No me importa. Al final, la vida es una... Y hay que disfrutarla. - Eres fuerte, Gisa y vencerás. - ella dijo. Intenté cambiar de tema con ellos. No más hablar de Jonathan y Fabio o quien sea. Empecé con el viaje que Gisa quería hacer fuera del país, que siempre había sido su sueño, e incluso pensé en la posibilidad de acompañarla, lo que la emocionó mucho. Samantha, a su vez, escuchaba atentamente, pero hablaba poco. Sabía que su mente estaba justo allí, en el mundo de los sueños, en un hombre fuerte, alto, moreno y guapo que besaba mejor que nadie.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD