Dama de compañía

No ha sido nada fácil todo esto, mis ojos están tan hinchados de tanto llorar por días, a penas unos vecinos de buen corazón me acompañaron al entierro de mi madre, regreso a casa de nuevo cansada y con un dolor fuerte en el pecho, mi madre lo único que tenia acaba de fallecer a causa de la diabetes, sufrió mucho pero estoy tranquila, se que ahora esta descansando. Me recuesto en el pequeño sofá de la sala, mientras me aferro a una fotografía, la ultima que nos tomamos ella y yo antes de que fuera hospitalizada. No se cuanto tiempo estuve así, despierto son casi las dos de la mañana y no he comido ni bebido nada en días, me levanto, a duras penas muevo mis pies y me dirijo a la cocina para prepararme algo ligero. El dolor es grande, la pérdida de lo único que tenia es tan dolorosa, mi padre falleció cuando yo tenía apenas diez años y desde entonces mi madre se esforzó más por mi trabajando arduamente. Todo ha sido tan difícil, ahora lo primordial es conseguir un empleo para poder sufragar los gastos de la casa. No se a quien mas acudir, no tengo familia mas que solo a mi prima, que aunque prácticamente crecimos juntas, nos distanciamos de adolescentes, siempre ha sido un dolor de cabeza como se diría. Paso días enviando mi curriculum, voy a las empresas para poder postular a un trabajo, no ha sido nada fácil, me llaman para una entrevista pero siempre salen diciendo "la llamaremos luego", ya no se que hacer, debo hacer mis gastos y a penas si me alcanza para sobrevivir a fin de mes. Ahora que no se que hacer, acudiré a Dayana mi prima, ella trabaja desde hace tiempo en una compañía, solo espero pueda hacer algo por mi. —Hola Dayana digo al unísono del teléfono. —¡Andrea! —Mira... no se como decirte digo y apenas me sale la voz. —Anda, dime ¿que sucede?, sabes que somos familia, mas ahora con lo que paso... solo nos tenemos una a la otra, responde consternada. —Gracias prima, mira, no se que mas hacer he buscado trabajo y quería saber si tu... —Mira Andrea, claro cuenta conmigo, ahora mismo hablo con Yessenia la encargada y veré que hago por ti dice junto con una sonrisa. —¡enserio, muchas gracias!, prometo pagártelo contesto con emoción. —No digas eso nena, mira te dejo que ya comenzó mi turno, yo te llamo al rato dice para luego cortar la llamada. Estoy nerviosa, solo espero que me digan que si. Ese día pase con muchas ansias, espere por la respuesta de mi prima y por fin la llamada. —Nena, ¡estas contratada! habla con emoción mi prima. —¡No lo puedo creer! muchas gracias prima. —Mira nena, llego mañana contigo y te contare todo, inicias el sábado contesta con ansias. —¡gracias Dayana! —y me despido de ella. No puedo creerlo aún, estoy en shock, solo espero todo salga bien. Se que mi prima trabaja en una compañía que presta un servicio, pero se ve que es ajeno a todas esas cosas malas que se oyen o ven. El día viernes llega mi prima a casa, preparo un café para tomar y me mira con fascinación. —Mira nena, Yessenia me dijo que el sábado habrá un súper evento y varias de las chicas asistiremos, asi que tienes que lucir bella. —¿como... no entiendo? yo no tengo… apenas digo. —Eso no importa, te prestare uno de mis vestidos y yo misma te maquillo habla mientras come una galleta de chocolate. Y asi fue, esa noche me contó mi prima todo lo que la compañía para la cual ella trabaja hace, su servicio mas importante es prestar el "acompañamiento" a sus clientes mas ricos e importantes del país, desde abogados, políticos y empresarios de renombre, solo es acompañar a los clientes como ellas les llaman a sus eventos, únicamente es hacer eso. Cosa que vi demasiado fácil de hacer, pero a no tener nada prefiero hacerlo, además no le veo nada de malo. Me pagaran solo por prestar mi "compañía" aunque admito que me pone nerviosa. Ese mismo viernes mi prima me dijo que debía de enviar dos fotografías mías para ponerlas en un catalogo y así mi "cliente" me reconocería al instante y no se equivocaría de compañía al llegar yo al evento, acepte además tenia un par de fotos mías, y esas fue las que envié al correo que me dió mi prima Dayana. —Bien nena, ya sabes el siguiente sábado das inicio, además la paga es muy buena, será cuestión de un par de horas y tendrás tu cheque dice Dayana con complicidad, a lo que asiento con la cabeza. —entonces seré como.... una dama de compañía susurro. —¡por supuesto! solo somos eso, después cada quien a su casa contesta ella para luego sonreír. —nuestro deber es solo acompañar y sonreír a todo mundo nada más.