Durante mi tiempo por el colegio traté siempre de mantener un perfil bajo que no llamara la atención de los demás, aun así, nunca me libraba de los niños que ansiaban hacer de las suyas contra indefensos estudiantes. Recuerdo como uno de ellos solía molestarme sin cesar esperando que reaccionara de formas que solo a su mente maquiavélica le gustaría disfrutar, si no mal recordaba, su nombre era Julián y pese a su rostro angelical siempre encontraba oportunidades para humillarme cuanto pudiese, sin embargo, siempre terminaba frustrando sus planes al no mostrar el más mínimo interés en seguir sus violentos juegos, los cuales de hecho me parecían tan infantiles que ni siquiera me intimidaba. Ángel por su parte siempre saltaba a enfrentarse a los niñatos molestos en defensa de mi persona, clar

