Capítulo 12: Lo Que No Digo, Pero Siento No esperaba encontrarlo en el gimnasio. Fue un golpe directo a mis pensamientos, un choque con la realidad que no supe manejar en el momento. Apenas lo vi entrar, mis ojos se detuvieron en él. Su forma de caminar era inconfundible, pero había algo distinto. Su paso, normalmente pausado, parecía más apresurado, como si estuviera buscando algo. O tal vez alguien. Me bastó una sola mirada para saber que no venía de caminar, como dijo. Lo conozco demasiado bien. Y, sin embargo, no dije nada. Preferí que se quedara con la duda. Y si en sus ojos hubo un leve destello de fuego… un destello de celos, que los tuviera. --- Una Caminata Que Se Siente Diferente Caminamos juntos hasta mi casa, como tantas otras veces. Había algo tan natural en nosotros

