Luciana.
—Bueno Luciana, nos tenemos que ir, —la miro con ganas de gritarle a la señora que no me deje—. Aca vas a estar bien, todo va a ir bien vas a ver. —lo miro a Federico, el comisario del pueblo que tiene mirada cálida, comprende porqué estoy aca y su esposa me sonríe con una tranquilidad que me hace estar tranquila—. Aca no te va a encontrar, solo hazle caso a Federico, a Leonardo y a Isaac, ellos te van a mantener a salvo Luciana.
—Si, gracias por todo. —les doy un abrazo a los dos—. Voy a hacer las cosas bien.
—Cuando tengamos noticias de la audiencia te venimos a ver.
—A buscar mejor dicho.
—Si, a buscar.
—¿Seguros que voy a trabajar tranquila y él no va a saber que estoy aca?.
—No, por pedido del juez es secreto y archivado, tu tranquila.
—Bien, un poco tranquila me quedo. —Federico con su esposa se ponen a mi lado y los vemos partir.
—Bueno Luciana, entremos asi ves donde te vas a quedar y después el hospital.
—Me gustaría mucho. —entramos a la casa pequeña y se ve bastante nueva.
—Pasa, esta es tu llave. —me da la llave de la casa—. Este mes todo es gratis, el otro ya debes abonarlo, no es que seamos malos... —la señora habla sonriendo—. Proporcionamos trabajo, hasta el primer sueldo costeamos todo... Las casas son nuevas, tenemos cinco a disposición para resguardo... Puedes comprar tus cosas sin problema, es mas, si el día de mañana no quieres irte te podemos ayudar a conseguir casa para que te quedes, ya hay varias chicas que no se van.
—Yo quiero que todo se resuelva y poder irme a mi vida de nuevo.
—Bien, si compras algo y luego te vas nosotros nos encargamos de llevarte todo.
—Ah bien, esta bueno eso.
—Mira... —vamos al pasillo donde hay un panel—. Ante una urgencia aprieta cualquier botón, llamas a casa o donde Leo, y venimos enseguida. —miro el panel que me hace caer en la realidad, estoy escapando—. Ahora si, recorre tranquila, esperamos aca.
—Voy a ver.
—Te esperamos para ir al hospital. —salen de la casa y miro la casa, una cocina, una heladera pequeña, la abro viendo comida, abro las alacenas y lo mismo.
—Wou. —una mesa con cuatro sillas, una radio, voy al baño donde esta abastecido de todo y dos habitaciones con camas, una grande y en la otra dos individuales, dejo la mochila en la cama grande y salgo viéndolos, Federico apoyado en la camioneta envolviendo por las nalgas a Antonella y se hablan cerquita—. Disculpen.
—Ah si, disculpa. —Federico rodea subiendo y Antonella se pasa la mano por la boca cosa que me da risa—. Vamos asi te presentamos.
—Cuando vayamos me pueden dejar asi vuelvo caminando y conozco el lugar.
—¿Segura que vas a saber volver?.
—Si, el árbol tiene mandarinas, de ahi me ubico porque las otras casas no.
—Genial, ya te vas ubicando, no somos un pueblo grande. —llegamos al hospital enorme y bastante moderno por afuera—. Bien, ¿con quién tengo que hablar?.
—Pide hablar con Sergio, él te esta esperando, es el director del hospital.
—Bien, muchísimas gracias, son muy amables.
—Tienes nuestros números, y el de Isaac con la pastora.
—Si, espero no molestarlos mucho no mas.
—No es problema, ve y comienza de nuevo hasta que se solucione todo. —se van y yo miro todo el lugar super bien cuidado, entro al lugar sintiendo olor rico y fresco, nada a lo que en realidad huele un hospital.
—Hola. —una chica sale de un cubículo sonriendo
—Hola, busco a Sergio, el comisario Federico me envió.
—Ya lo llamo, ¿Cómo te llamas?.
—Luciana.
—Ya lo llamo. —me acerco a la pared donde hay carteles de las especialidades, los días de atención, las guardias y controles de embarazo y pediátrico.
—Hola, buen día. —aparece Federico mas joven—. Sergio, mucho gusto.
—Luciana, Federico me dijo que venga a verlo.
—Me avisó que venias también, ven, vamos a hablar mientras te enseño el hospital. —esta con ambo y guardapolvo—. Dime, ¿eres pediatra?.
—Si, recién recibida, ¿no sé si hay forma de aprender con alguien o no atender chicos enseguida?.
—Si, en realidad aca para resguardarte vas a ser enfermera pediátrica, ese va a ser tu titulo, pero vas a poder atender en consultorio, en guardia y medicar, vas a ser mi alumna un tiempo hasta que vea si eres apta.
—¿Eres pediatra?.
—Soy todo aca. —se rie abriendo una puerta con sensor—. Todas las puertas tienen sensores de seguridad, ya te vamos a dar la tarjeta.
—¿Cómo que eres todo?.
—Bueno, vamos mas despacio asi te cuento todo, soy clínico de base, luego me especialice en gineco obstetricia, en pediatría y ahora estoy especializándome en cirugía.
—¿Qué edad tienes?.
—Cuarenta, solo que bueno, no hay muchos que quieran venir a trabajar para estos lados y debemos tener especialistas, ahora estoy esperando que una sobrina se reciba de dentista, necesitamos dentista. —sonrío porque tiene razón—. Bien, este lado es de internación, son dos habitaciones, mujeres, hombres, las puertas con sensores... Aca tenemos el sector de pediatría que es en el que vas a estar. —pasamos la puerta donde hay dos pasillos—. Para allá gineco, en esta pediatría, vamos a ver gineco primero. —entramos al lugar donde esta la mesada de recepción, hay una chica—. Ella es Dalma, la única ginecóloga que tenemos por el momento, hacemos turnos, pero contigo ya vamos a tenernos menos turnos laborales.
—Gloria a Dios tio.
—No me imaginé que fueras el tío.
—Si, es casi un hospital de la familia. —la chica se rie sin dejar de anotar unas cosas en la compu—. Ahora tenemos una chica recién parida por eso ella esta aca, cuando se vayan nos ganamos todos en la entrada para no aburrirnos, la limpieza es dos veces al día y nos encargamos nosotros, no contamos con limpiadores. —señala las puertas—. Estas dos habitaciones para pacientes estables, dos camas en cada una, habitación para intensivos y sala de partos... Vamos al otro lado. —vamos al otro pasillo—. Lo mismo, recepción, guardia pediátrica... Dos salas para estables, dos salas para intensivos y quirófano solamente equipado para establecer y trasladas.
—¿A dónde se traslada?.
—Al centro militar donde tienen equipamiento... Vamos por aca. —lo sigo y por ahora no sé dónde estoy, ya voy a ubicar todo—. Rayos... Futuro laboratorio.
—Crei que había por la magnitud de tecnología que veo.
—Aun no puedo traer a nadie si no tengo qué ofrecerle... Estamos planeando una ramada y los fondos son para el laboratorio... Aca tenemos tomografía, y aca tenemos curaciones. —señala una puerta—. Y ahi volvemos a la entrada, ¿estás perdida?.
—Un poco.
—Es normal, ven. —vamos a la entrada donde hay una chica en el escritorio—. Ella es mi esposa Morena, More, ella es Luciana, —la chica me saluda de un beso muy amable.
—Un gusto, soy la secretaria del hospital, —alza el cuaderno del escritorio.
—¡Ah bien, que bueno!.
—Ven, aca tenemos la farmacia. —entramos a la farmacia que el único acceso es del cubículo de descanso—. Tenemos de todo.
—Wou, que maravilla trabajar asi.
—Voy a ser claro. —asiento viéndolo—. Llevo un control de todo, llevo quienes del pueblo toman medicina y cuanta, viene gente de otros pueblos quienes son atendidos pero no medicados, solo en la urgencia, y si tienes una adicción o de la nada desaparece algo voy a saber si fuiste tu, tienes acceso a todo esto con confianza, me desaparece asi sea una buscapina no vas a ingresar mas... —no me siento tocada para nada porque sé que lo dice porque ya pasó una situación asi—. Cada análisis, muestra y medicación la vas a poder solicitar, yo lo reviso y analizo si es lo correcto, no voy a decirte nada mas que no se puede o que ya fue enviado, y no vas a poder medicar sin que lo compruebe, mi reputación esta en este lugar, si las cosas salen mal es mi culpa, y espero no se te olvide que trabajas con personas, que seamos de un pueblo muy pequeño no quiere decir que las afecciones sean menores.
—Entiendo, no se preocupe. —salimos de ahi donde la mujer sigue con unos papeles.
—Bien, entonces... Comienzas el lunes asi tenemos tiempo de armar tu cronograma con las guardias incluidas, no hay color de ambo, usa los colores que quieras, aca te proporcionamos de las herramientas con las que debes estar, te vamos a dar un casillero y comida... Espero verte.
—Siii, obvio, creo que piensa que me asusté con todo pero no, ya quiero venir.
—Entonces nos vemos el lunes, que te vaya bien.
Vuelvo a la casa que me dieron para esperar el juicio viendo todo, intentando de ubicar a mi mente y decirle a mi corazón y nervios que se calmen, que aca no estamos en peligro, que nadie sabe de este pueblo, no sale en los mapas, sale solo en satélite y parece abandonado, todos mis datos esta protegidos, simplemente no existo. Sonrío al ver a nenes jugar en el parque y son libres, unas jovencitas tomando mates, aunque es una vista linda no es mi mundo, y nunca va a ser mi mundo para nada, es solo el lugar seguro ya que en la ciudad no había lugar seguro, al llegar aca fue un trueque, te damos seguridad y tu nos das tus conocimientos, y me pareció justo, porque al menos me van a pagar.
—SEÑORITA. —parada en el portón veo trotar al hijo de Leonardo viniendo a mi—. Señorita disculpe, no me envió mensaje.
—Uh discúlpame, no me di cuenta.
—Mañana a la mañana la vengo a buscar, ¿Cómo a las nueve le parece bien?.
—Si, es una buena hora, ¿tardaremos mucho?.
—Mmm como una hora como mucho, solo las cosas importante del pueblo tengo que mostrarte, y nada mas, —sonríe y la verdad es un chico apuesto, sonriente y cansado, es apuesto—. No voy a decir quién vive en cada casa.
—Bien, si me quieres decir no hay problema. —le devuelvo la sonrisa—. Mañana a las nueve te espero entonces, gracias por aceptar.
—No pasa nada, nos vemos mañana entonces, que descanses.
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Bueno, ahora sí, a esperar novedades.
Besitos!!!
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