Con toda la gracia que pudo, se mantuvo firme, su cuerpo temblando bajo su mirada oscura. —Estás hermosa, Ellie. Quiero verte completa, sin falda ni blusa, despacio —dijo él, reclinándose en su silla y observándola mientras ella se llevaba las manos a la blusa y comenzaba a desabrocharla. Lentamente, se encogió de hombros, dejando que la chaqueta se deslizara de sus hombros mientras el último botón se soltaba y la blusa transparente se abría de par en par, revelando sus pechos. Al bajar la cremallera de su falda, se balanceó de una forma que esperaba fuera seductora, de modo que la falda se deslizó por sus piernas, acumulándose a sus pies. Se la quitó lentamente, dejando que la blusa se deslizara por sus brazos y también se acumulara en el suelo. Tembló y miró hacia arriba, a sus ojos ardi
