"Lo tengo bajo control."
Me sentí como una sanguijuela. "¿Estás segura? Mi bolso sigue en la moto, pero yo..."
"No te preocupes por eso. Lo tengo."
"¿Me regañarás si te doy las gracias?" pregunté suavemente.
¿Por qué no lo intentas y lo descubres?
"Gracias", dije simplemente.
Sonrió. Tenía una sonrisa agradable. "De nada."
Después de pagar, salimos a paso ligero. El sol brillaba, y abrió la alforja donde estaba mi bolso y sacó unas gafas de sol. Rebusqué en mi bolso e hice lo mismo.
"Veo que tenemos el mismo gusto en gafas", dijo mientras me ponía mis gafas de sol.
"Ya veo."
Lo que no dijo fue que las gafas de aviador le quedaban muchísimo mejor a él que a mí. Sonreí, me di la vuelta y empecé a ponerme el casco, por si acaso me veía ponerme colorada. Era la primera vez que lo veí
