La oscuridad Acecha (Parte 1)

1412 Words
Las noches en la guarida se habían vuelto más tranquilas desde que Sky comenzó su entrenamiento bajo la tutela de Eldrin y los Guardianes de la Luna. Sin embargo, esa calma aparente solo servía para intensificar la tensión que flotaba en el aire, una tensión que Kael podía sentir en cada fibra de su ser. Sabía que la tranquilidad era solo la calma antes de la tormenta, el preludio de la batalla que estaba por venir. Sky, ahora más fuerte y más segura de sí misma, pasaba las horas perfeccionando sus nuevas habilidades. Había aprendido a invocar la luz de la luna con un simple gesto, a crear barreras que repelían la oscuridad y a canalizar la energía de los cielos nocturnos para potenciar sus hechizos. Los vampiros la observaban con atención, corrigiendo su técnica cuando era necesario, pero también mirándola con respeto y algo que Kael solo podía describir como admiración. Eldrin, siempre calmado y en control, dedicaba mucho tiempo a Sky, hablándole sobre la historia de los Guardianes, de su lucha eterna para mantener el equilibrio entre la luz y la oscuridad. Le contó cómo habían jurado proteger el templo lunar y su poder, incluso cuando su propia existencia estaba en peligro. Había algo casi paternal en la manera en que Eldrin se dirigía a Sky, como si viera en ella no solo a la elegida, sino también a una continuación de un legado que había temido perdido durante siglos. Pero a pesar del progreso, la sombra de Selena y el Señor Oscuro seguía al acecho. Cada noche, mientras Sky dormía, Kael vigilaba el horizonte, esperando señales de movimiento, algún indicio de que sus enemigos estaban cerca. Y cada noche, su preocupación crecía. Sabía que Selena no era alguien que esperara pacientemente en las sombras. No, ella atacaría cuando menos lo esperaran, cuando creyeran que estaban a salvo. Una noche, mientras Sky descansaba después de una sesión agotadora de entrenamiento, Kael recibió la visita de uno de los vampiros, un guardián llamado Thorne. Era más joven que Eldrin, aunque sus ojos cargaban con siglos de sabiduría y dolor. —Kael, hay algo que necesitas saber —dijo Thorne en un susurro, como si temiera que las paredes del templo pudieran escuchar—. Hemos detectado movimientos inusuales en el oeste. La energía que hemos sentido es… poderosa y oscura. Creemos que Selena está reuniendo sus fuerzas, preparándose para un ataque. Kael asintió, aunque sus entrañas se revolvieron al escuchar esas palabras. —Lo sospechaba. Sabía que no permanecería en las sombras por mucho tiempo. ¿Cuántos son? Thorne bajó la mirada, como si las cifras que tenía que dar fueran una sentencia. —Muchos más de los que esperábamos. Selena no solo ha invocado a sus criaturas habituales. Está despertando a los antiguos, a aquellos que han estado dormidos durante eones. Las fuerzas que enfrentaremos no serán como nada que hayamos visto antes. Kael sintió que el peso de la responsabilidad recaía aún más pesado sobre sus hombros. No solo tenía que proteger a Sky y a Jaden, sino también asegurarse de que el templo lunar, y todo lo que representaba, no cayera en las manos equivocadas. —Tenemos que prepararnos —dijo Kael con resolución, apretando los puños—. No podemos esperar a que nos ataquen. Tenemos que adelantarnos a ellos. Thorne asintió, su expresión tan sombría como el tono de su voz. —Eldrin y los otros Guardianes ya están preparando sus defensas. La única manera de detener a Selena será enfrentándola directamente. Pero hay algo más que debes saber, algo que podría cambiar el curso de esta batalla. Kael lo miró con atención, sus ojos entrecerrados. —¿Qué es, Thorne? —Hay un ritual —comenzó a decir Thorne—. Un antiguo ritual que se realizaba en los tiempos más oscuros, cuando la luz y la oscuridad estaban en un frágil equilibrio. Este ritual podría liberar a Selena del control del Señor Oscuro, devolviéndole su verdadero ser. Pero también es extremadamente peligroso y requiere un sacrificio significativo. Kael sintió que un nudo se formaba en su estómago. —¿Qué tipo de sacrificio? —preguntó, aunque ya temía la respuesta. Thorne mantuvo su mirada fija en Kael, su expresión grave. —El ritual no solo requiere el poder de la luna y la luz que Sky posee, sino que también demandará parte de su esencia vital. Sky podría perder su fuerza, su poder, e incluso su vida en el proceso. Pero si se realiza correctamente, podría ser nuestra única oportunidad para liberar a Selena y derrotar al Señor Oscuro. Kael sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Sabía que Sky no dudaría en aceptar ese riesgo si pensaba que era la única manera de salvar a Selena y proteger a su familia. Pero para Kael, la idea de perderla era insoportable. —¿Ella lo sabe? —preguntó Kael, su voz tensa. Thorne negó con la cabeza. —No, aún no. Pero debes decírselo, Kael. Ella tiene derecho a saber lo que está en juego, a tomar esa decisión por sí misma. Kael asintió lentamente, sabiendo que Thorne tenía razón, pero también consciente de que la conversación que tendría con Sky podría ser la más difícil de su vida. —Gracias por decirme esto, Thorne —respondió Kael finalmente—. Hablaré con Sky. Pero si decide hacer el ritual, ¿cómo podemos asegurar que tenga éxito? Thorne suspiró, su mirada llena de una sabiduría que solo el tiempo podía otorgar. —El éxito del ritual depende de la fuerza de Sky, no solo física, sino también espiritual. Su conexión con la luna y su capacidad para mantener su luz pura será crucial. Pero, Kael, recuerda esto: en el momento más oscuro, cuando todo parezca perdido, será tu amor y tu apoyo lo que podría marcar la diferencia. Kael apretó los puños, decidido a hacer todo lo posible para proteger a Sky y guiarla a través de lo que estaba por venir. —No la dejaré caer —prometió. Esa noche, después de que Sky terminó su entrenamiento, Kael la encontró en la sala principal del templo, donde la luz de la luna llenaba el espacio con su resplandor suave. Sky estaba de pie junto a una ventana, mirando el cielo estrellado con una expresión reflexiva. —Sky —llamó Kael suavemente. Ella se volvió hacia él, con una ligera sonrisa en su rostro. —Kael, ¿qué sucede? Pareces preocupado. Kael tragó saliva, sabiendo que no podía evitar más esta conversación. —Hay algo que necesito contarte, algo que Thorne me dijo. Es sobre un ritual… un ritual que podría salvar a Selena, pero que también implica un gran riesgo para ti. Sky lo observó en silencio mientras Kael le explicaba todo lo que Thorne había revelado. Cuando terminó, la habitación quedó sumida en un silencio pesado, roto solo por el susurro del viento que entraba por la ventana. —Entiendo —dijo Sky finalmente, su voz tranquila pero cargada de una determinación férrea—. Si este ritual puede salvar a Selena y detener al Señor Oscuro, entonces lo haré. No puedo ignorar esa posibilidad. Kael sintió que su corazón se apretaba. —Sky, no quiero perderte. No quiero que tomes este riesgo sin pensar en lo que podría pasar. Sky se acercó a Kael, tomando sus manos entre las suyas. —Kael, sé lo que está en juego. Pero también sé que no puedo quedarme sin hacer nada. Si hay una oportunidad de salvarla, de salvarnos a todos, tengo que intentarlo. Y no estaré sola. Te tengo a ti, a Jaden, a los Guardianes. Con ustedes a mi lado, sé que podemos hacerlo. Kael la miró a los ojos, viendo en ellos la misma luz que lo había atraído a ella desde el principio. Una luz que brillaba con fuerza, incluso en los momentos más oscuros. —Prométeme que si algo sale mal, si en algún momento sientes que no puedes continuar, te detendrás. Prométeme que no te sacrificarás innecesariamente. Sky asintió, aunque ambos sabían que esa era una promesa difícil de cumplir. —Te lo prometo, Kael. Con un suspiro, Kael asintió, aceptando su decisión, aunque su corazón seguía pesando como una piedra. —Entonces hagámoslo —dijo—. Pero no sin antes prepararnos al máximo. Reuniremos todo el poder que podamos, y cuando llegue el momento, lo enfrentaremos juntos. Sky sonrió, apretando sus manos con más fuerza. —Juntos.
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