Lyricka llegó tarde ese día a su trabajo, su jefe estaba de muy mal humor ese día, había planeado unirse a los demás ciudadanos en el parque central y ver el eclipse, pero como Lyricka no llegó, él tuvo que atender las calderas.
Estuvo gritando por cerca de veinte minutos antes de preguntarle a la muchacha el porqué de su retraso, Lyricka empezó a sollozar, entre hipo e hipo contó cómo casi la atropella un caballo, ella había estado dirigiéndose al trabajo cuando se percató que toda la gente en la calle estaba con máscaras, eso le había asustado tanto que no vio al caballo lanzarse encima de ella en la calle.
- No luces herida, ¿Me estás mintiendo?
- No. No le mentiría jamás señor Dunyers, alguien me jaló del brazo y me sacó del camino... yo... hum...
En ese momento entró en el patio Ditier el mozo de cuadras, venía del parque central y traía noticias frescas.
- Señor Dunyers, ¿a qué no sabe que escuché?
Dunyers miró con mala cara al mozo, el muchacho era bueno en su trabajo, pero su lengua larga le había causado más de un problema en el pasado y sabía que algún día le causaría a él, un problema en el futuro.
- El carruaje de cuatro caballos del señor Augustus casi atropella a una boba en plena calle, dicen que si no fuera porque un joven logró halarla, el señor Augustus se hubiera perdido el eclipse.
Dunyers frunció el ceño y miró a la muchacha, ella tenía buenas cartas de recomendación a pesar de ser una boba, la joven se sorbía los mocos mientras escuchaba el chisme del mozo.
- Lo ve, señor Dunyers, no fuí la única, hoy estaba muy peligrosa la ciudad.
Los hombres la miraron con incredulidad, no se dio cuenta de que hablaban de ella, Dunyers le gruñó que fuera a trabajar y que pensaba descontarle las horas que no vino.
«Fue una suerte que no la atropellara» pensó mientras el mozo le seguía poniendo al corriente con las noticias, si el carruaje la hubiera alcanzado y la hubieran relacionado con él, probablemente hubiera tenido que vender la mitad del negocio para compensar las perdidas del señor Augustus, uno de sus caballos vale más que cualquier muchacha huérfana.
Lyricka empezó a trabajar en las calderas, suspiró con impotencia, no solo se había perdido la comida, ahora tendría que usar sus ahorros para completar la cuota del día siguiente.
Abrió los ojos con espanto, había olvidado comprobar si su dinero continuaba en su bolsa, estaba tan feliz de que sus documentos estuvieran completos y tan apurada por salir de ese lugar, que no había revisado el resto del contenido de su bolsa.
Con cuidado y cruzando los dedos, levantó su bolso y lo sacudió junto a su oído, escuchó el tintineo de las monedas al fondo, sintió tanto alivio que parte del hambre que sentía desapareció.
....
Arenth llegó a la dirección señalada, estaba media hora tarde, se acomodó el cabello y golpeó la puerta.
Una doncella albina le hizo pasar y lo guió al salón en dónde lo estaban esperando, todos los demás miembros de la reunión estaban presentes.
Arenth empezó a disculparse, pero Hilma lo detuvo, al parecer no fue el único que tuvo inconvenientes para llegar a tiempo, con él presente la reunión podría dar inicio.
Hilma Zahorg, es una bruja que ha vivido por más de trescientos años, cuando el tratado de paz se estableció hace doscientos cincuenta años, ella se ofreció como mediadora, su hogar fue declarado zona neutral y desde ese día, cada año un delegado de cada facción asiste a una reunión para poner quejas, demandas o propuestas.
Está vez, sin embargo la reunión era un poco diferente, solo los lobos fueron convocados, había un representante de cada una de las siete manadas principales, el asunto era delicado por lo que todos habían enviado a un representante.
Libna Búrka miraba con arrogancia a Arenth, sus clanes siempre fueron rivales, incluso después de firmar el tratado, Arenth lo ignoró y tomó asiento junto a un lobo no mucho mayor a él.
Conocía a casi todos los lobos presentes, a algunos solo por fotografía y a otros los conocía por reuniones previas, pero al lobo sentado junto a él, no recordaba haberlo visto antes.
Mientras Hilma daba el saludo formal, Arenth empezó a analizar a los representantes, estaba Vodika Foscor, hija mayor del clan Myrcur, su clan maneja los puertos del Sur.
Sasha Lannwit, beta del clan Nactis, ellos controlan la frontera este.
Limber Felhos, del clan Wolkig, controlan la frontera norte.
Libna Búrka, del clan Llewyrch, manejan el transporte al sur del país.
Lilia Kintana, beta del clan Zetwal, su clan maneja el comercio con los vampiros.
El único clan que quedaba aparte del suyo, era el clan Hariva, un clan guerrero, antes del tratado era un clan de mercenarios, después se convirtieron en la fuerza pública y privada de varias ciudades importantes.
Arenth no lograba ubicar al representante del clan Mesíc, conocía a todos los miembros importantes del clan, el lobo a su lado no era ninguno de ellos.
Hilma Zahorg, comenzó al fin la reunión, el saludo siempre duraba diez minutos, se aclaró la garganta y su voz cantarina atrajo la atención de los presentes, en realidad nadie prestaba atención al saludo inicial.
- Como se abran dado cuenta, hoy hubo un eclipse de sol, es el tercero en poco más de seis años, el último eclipse natural fue hace veinte y un años, la comunidad mágica está preocupada.
Arenth sabía muy bien al igual que los demás que los eclipses de sol ocurren cada veinte y un años, ni antes ni después, en el último eclipse él y su hermana nacieron.
Los lobos siempre nacen de noche, pues toman la fuerza de la luna, no fue su caso, su madre es humana y entró en labor de parto mientras se dirigía al castillo del clan Valgus, hogar del alfa Therma Lichtz, su padre.
El día en que nacieron los bebés fue un día de eclipse solar, él tuvo suerte fue el segundo en nacer y cuando lo hizo la luna cubría totalmente al sol, se puede decir que nació en una noche clara, su hermana no tuvo tanta suerte, ella nació antes, cuando el sol estaba en lo más alto, murió poco después de nacer.
Tres eclipses en tres años, era comprensible que los ancianos estuvieran preocupados, la luna fortalece a los lobos, una luna en pleno día puede cambiar el orden de poder en el mundo mágico.
- ¿Qué esperan que hagamos nosotros, los lycans no gobernamos sobre la luna?
Libna dijo de mal humor.
Lilia:
- La luna no solo afecta a los lobos, los vampiros también disfrutan de su protección y no los veo aquí reunidos.
Hilma:
- Los vampiros no fueron convocados, porque parece que este asunto concierne únicamente a ustedes, los lobos.
Sasha:
- Señora Hilma, si está hablando sobre los rumores sobre el nacimiento de la luna, me temo que nos está haciendo perder nuestro tiempo.
La reunión terminó cerca de media noche, Arenth no había participado mucho durante la reunión, el único que no había dado ninguna opinión fue el representante del clan Mesíc.
Hilma miró al lobo del clan Mesíc, y se dirigió a él con amabilidad:
- Qamar, ¿Tienes alguna opinión que dar en nombre de tu clan?
El muchacho se sentó más recto y dijo son voz neutra:
- Informaré al alfa sobre lo que se ha hablado en ésta reunión, si tiene algo que decir, les estaremos informando.
Libna:
- ¿El clan Mesíc nos ve de menos que no piensa compartir sus pensamientos con nosotros?
Qamar sonrió de medio lado y contestó:
- Un bastardo como yo, no es digno de hablar en ésta reunión.