Qamar seguía inconsciente, se encontraba tendido en la cama de una habitación lujosa, las cortinas estaban corridas pues afuera el sol brillaba con fuerza.
Sus heridas habían sido limpiadas y su ropa había sido reemplazada por un traje nuevo, al igual que el anterior era ropa de lycan.
En una silla cerca de la cabecera de su cama, una doncella con el rostro cubierto montaba guardia, tenía órdenes de cuidar del invitado en todo, la doncella miraba de reojo al joven, definitivamente era su tipo, esperaba que al despertar las órdenes del invitado fueran placenteras.
La tarde llegaba a su fin, posiblemente el invitado pronto despertaría, los lobos son criaturas nocturnas después de todo, la doncella acomodó su escote y mordisqueó sus labios para que se vieran más carnosos.
El frío de l
