Pero la hora del almuerzo llegó más deprisa que los dos días anteriores. Jellier, Allyson y Barbie ya estaban en la mesa cuando llegamos, y, antes de que me diera tiempo a sentarme y a rumiar todas mis conclusiones, ésta última ya me estaba preguntando por Eliot. - ¿Sabes si va a venir esta noche al Oshenside? – me preguntó sin cortarse un pelo. Para encima, Olga me echó una mirada con intención, instándome a saltar a escena, y funcionó. Sí, llevaba razón, Barbie iba a por todas. Ahora que ya sabía que me gustaba Eli, algo en mi interior me decía que no se lo pusiera tan fácil. No pude evitarlo. Me daba igual que sólo fuera atracción, eso era suficiente para pararle los pies. - No, no va a ir – le dije, tajante. - ¿Cómo lo sabes? ¿Te lo dijo él? – quiso saber, un tanto irritada. - He

