Capítulo 59. Si te acercas como Salvatore, la destruyes.
Salvatore Colombo
La noche ha caído, pero el sueño me esquiva. Estoy sentado frente a la ventana de mi habitación, observando la oscuridad que envuelve el paisaje. Hace unas horas, mi vida dio un giro que no esperaba. Ocho años. Ocho años perdidos como si alguien hubiera arrancado las páginas de un libro que apenas estaba empezando a entender.
No puedo dejar de pensar en todo lo que Estéfano me dijo. Me casé con Grazzia, la misma niña que siempre me seguía con su risa contagiosa y su infinita curiosidad. Cuando supe que me había casado con ella me senti tan feliz, pensé que me había vuelto a encontrar con ella y el destino como siempre nos había unido de verdad, una buena noticia. Pero no lo era.
Porque la forma en que sucedió...
