Llegamos al famoso antro, para ser martes el ambiente esta al cien y las personas super activas bailando y tomando.
Nos acercamos a la barra ,pedimos la primera ronda de trago y nos disponemos a bailar en la pista de baile.
Armando se mueve tratando de seguirme el paso al compás de la música, reímos mientras nos movemos.
Volvemos a la barra, pido un shot de tequila y Armando pide un trago de whisky.
Observo todo el lugar y me detengo al ver en una mesa en el balcón VIP a Kevin el cual conversa y ríe con una elegante mujer.
Tomo otro shot, observó a su dirección y parece darse cuenta de mi mirada porque mira directamente a mi dirección.
Armando coloca su mano sobre mi cintura y se acerca susurrando algo a mi oído. Kevin se levanta de su silla, se sujeta del barandal del balcón y mira a mi dirección.
Niego , me acerco a Armando enrollando mis manos sobre su cuello y le sonrió sin saber que fue lo que me susurro.
Observo hacia donde está Kevin, sonrió y miro fijamente Armando besando sus labios de manera apasionada.
Rápidamente me responde, enrolla sus manos sobre mi cintura y acerca mi cuerpo al suyo dejándome sentir su notable erección.
Me separó de el, muerde la comisura de mis labios y bebe otro trago de su whisky.
—Iré al baño —Susurro sobre su oído —. No me tardo nada.
Asiente, camino hacia el baño. Entro y busco un tocador vacío.
Hago pipí, salgo y lava mis manos para luego checar que mi maquillaje y peinado sigan intacto.
Cuando me giro retrocedo llevando mi mano a mi cuello.
—¿Qué diablos haces aquí?
—Tratando de desestresarme un poco ¿Y tú?
—En lo mismo, debo regresar.
Cuando retomo mi camino, me sujeta por el brazo y me gira quedando frente a frente.
—¿Quién es el tipo al que beso tan apasionadamente?
—¿Quién es la mujer con la cuál ríe tan amenamente?
—Yo pregunte primero.
—Es un viejo amigo —Asiente —. ¿Quién es la mujer que lo acompaña?
—Una de las mujeres más importantes de mi vida y que amo infinitamente.
—¿Su novia?
—No, te equivocas —Se acerca sonriendo y negando —. Es mi bella hermana.
Me quedo en silencio unos segundos. Debo admitir que por mi cabeza pensó que era una conquista, su novia pero menos su hermana.
—Bueno, yo...
—Tu pensabas que era una conquista —Interviene negando —. La única conquista que me interesa la tengo frente a mi pero últimamente me esquiva.
—No me interesa tener sexo con un hombre que tiene sexo conmigo por el día y en la noche con otra mujer —Espetó molesta y me mira asombrado —. Te vi Kevin, te vi teniendo sexo con una mujer ese día y desde entonces lo único que me provocas es asco.
Salgo del baño dejándolo allí solo, me acerco rápidamente a la barra y tomo de la mano a Armando.
—¿Podemos irnos?, mañana tengo que estar en la oficina temprano.
—Claro.
Salimos del antro y rápidamente buscamos su auto para regresar a casa.
Llegamos a mi apartamento, al entrar no hay rastro de Amaya lo que es más que claro que pasará la noche con su prometido.
—Gracia por ayudarme a salir del aburrimiento —Le entrego su chaqueta —. Me hizo muy bien distraerme.
—Gracias a ti por aceptar —Me da un casto beso —. Me la pase increíble.
—Yo también —Le regreso el beso —. ¿No te gustaría quedarte?
—Me encantaría —Susurra suavemente —. Pero si me quedo me volvería loco por tenerte a mi lado y quiero ir despacio Kassey.
—Armando en estos momentos no me interesa tener ninguna relación amorosa con nadie, solo me interesa pasarla bien y si tu no puedes con ello lo entiendo.
Me mira fijamente unos segundos, entra cerrando la puerta de un tirón y me besa a la vez que sus brazos me alzan y enrollo mis piernas sobre au cintura.
Sus manos buscan el cierre de mi vestido a la vez que mis manos retiran su polera y camina conmigo sobre el en dirección a mi cuarto...
***
La alarma timbra una y otra vez, sujeto mi cabeza y abro los ojos acostumbradome a la luz.
Apago la alarma observó a mi lado y no veo rastros de Armando. Me levanto, entro al cuarto de baño y me quito mis bragas entrando a la ducha.
Llego a la oficina, dejo a mi secretaria encargada de algunos asuntos mientras voy a la empresa Vance a reunirme con su dueño y jefe.
Al llegar una de las recepcionista me entrega un cafete y me indica el número de piso, al llegar una señora bastante mayor me recibe.
—Señorita Brooks, el señor Vance la espera en la sala de juntas,por favor acompañeme.
Se levanta de su puesto y camino con ella por el pasillo que me indica.
Al llegar a la sala de juntas abre la puerta dejándome pasar y veo a Kevin sentando en el cabezal de la mesa de juntas sumergido en algunos documentos que lee con suma atención.
—Señor Vance, la señorita Brooks ya está aquí.
Levanta la mirada, me mira y sonríe levemente.
—Gracias Marta, si te necesitamos te lo hago saber.
—Con su permiso.
Se retira dejándonos a solas, Kevin se levanta y me ayuda a tomar asiento a un lado de él.
Camina a una mesita y coloca frente a mi una botella de agua y dos analgésicos.
—Gracias, las necesitaba.
Tomo los dos analgésicos y los tomo junto al agua. Ha decir verdad el dolor de cabeza me estaba matando pero tenía que llegar pronto a esta cita o Jorge me mataría.
—Señor Vance, aquí traigo la propuesta para que la revise y nos diga finalmente si acepta firmar si o no.
—Kass, primero que nada si me sigues tratando de usted automáticamente me negaré a firmar cualquier cosa con ustedes.
—Estamos en nuestros trabajos y debemos ser profesionales en cuanto al trato.
—Cuando me siento en confianza me gusta ser tratado de tú y no de usted —Golpea la mesa con su bolígrafo —. Ya sabes mi condición tú decides.
Suspiro y niego.
—Kevin, aquí traigo la propuesta para que la revises y finalmente nos des una respuesta.
Toma la carpeta, la abre y empieza a leerla en sumo silencio.
Lo observo fijamente y no puedo evitar mirarlo y mucho menos negar lo atractivo que es.
—La propuesta esta perfecta y se que si firmo no me estaría equivocando —Cierra la carpeta y me la entrega —. Pero tengo dos condiciones.
—¿Cuáles?
—Una es que tu seas también relacionista publica de mi empresa, ganarías un sueldo igual o un poco más del que ganas ya oses que tendrías dos sueldos por el trabajo de uno.
“Dos sueldos”
Esa idea no suena nada mal para mi gusto.
—No creo que Jorge o la junta tenga problema con ello y yo menos.
—La segunda propuesta y la última es que aceptes salir conmigo un mes.
—¿Qué? —Río sarcástica —. ¿Es una broma?
—Para nada Kass, si aceptas salir conmigo durante un mes yo firmo ese contrato con los ojos cerrados y sin ningún pero —Me sonríe ladinamente —. En tus manos esta la decisión de cerrar un gran contrato...