Apartamento de Mara 00:00
El silencio tras su frase era tan denso que podía cortarse con un cuchillo. Ella no apartó la mirada, pero sintió que el aire en la habitación se había vuelto más pesado.
—Si has venido hasta aquí para provocarme, Francisco, lo has conseguido —susurró Mara, sin retroceder un milímetro.
—No vine a provocarte —replicó él, sin levantar la voz—. Vine porque me llamaste, porque me acusaste, y porque estoy cansado de que lo nuestro sea un campo minado de suposiciones.
—¿Lo nuestro? —ironizó, pero su voz no tenía fuerza—. No existe un “nosotros”.
Francisco sonrió apenas, con ese gesto que era más un desafío que una burla.
—Claro que existe. Solo que tú has decidido enterrarlo… como enterraste a Laura.
Mara se tensó, pero no apartó la vista.
—No tienes idea de lo
