Capítulo 1 El brillo de sus ojos azules son los que cautivan

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Esta prohibida la reproducción parcial de este libro sin autorización del autor. Este libro está registrado bajo el código  2109249343782con certificado de respaldo. Queridos lectores tambien  Pueden pasar a leer mis siguientes novelas de categoría +16. Amor único y puro (novela completa). Que nadie se entere (novela completa). La consentida del jefe ( novela completa).  Embarazada de mi jefe billonario (novela completa). Sofia lleva 2 años casada con Mateo, al principio todo era amor, besos, un hombre muy atento, pero solo duro 1 año el resto no le fue muy bien a Sofia, y después de eso, se enfrentaría a la cruda verdad,  donde pasaron 6 meses, y Sofia pensó que cambiaría su esposo, pensó que solo era estrés por el trabajo pero empezaron  los problemas entre ellos,  pasaron otros 6 meses y estaban cada vez más fuertes, el amor estaba muriendo, discutir era parte de sus vidas, Mateo lastimaba verbalmente a Sofia y el empieza a  comportarse  muy cortante con ella, los besos de su esposo eran tan fríos que podían congelar todo su cuerpo.    Sofia al ver que él era cortante, que se alejaba cada vez de ella, se empieza a sentir  vacía por dentro, al ver que siempre llega noche a casa, empieza  sospechar que quizá anda con otra mujer llorando sufriendo por amor, preguntándose ¿seré realmente la mujer de su vida?, mientras sus lágrimas rodaban y caían al piso, noches durmiendo sola, con el dolor en su alma, una tarde ella, decide empacar sus maletas y largarse de la casa y pedirle el divorcio a Mateo; ya no aguantaba más su desprecio y frialdad, se prometió ella misma a aguantar y tener una esperanza de que el cambiara, ella tenía aun la esperanza de que este nuevo año entrante fuera a cambiar su manera de pensar, pero pasaron los 6 meses del tercer año y nada cambio fue aún más difícil.   —Es tarde, deberíamos estar en el hotel ahora mismo, porque no estas lista, me vas a hacer quedar mal con todo el mundo —le dice Mateo un poco molesto.   —No quiero ir —contesta Sofia muy cortante.   Sofia se sienta en la cama, pone su maleta para que Mateo pregunte, que es lo que sucede, pero no se dio cuenta, el solo se concentraba en fruncir el ceño, mover los pies, de impaciente.   —¿Por qué me hablas tan cortante? —Pregunta Mateo.   —¡No te das cuenta de nada verdad, no sabes lo que está pasando! —Exclama Sofia.   —Deja de hacer drama, que tengo hambre, cámbiate de ropa, que así no iras al hotel más lujoso del país, solo porque ayer te deje sola todo el día, me estás haciendo drama, tengo que trabajar, y no sé qué pasa, tú eres la que está allí sentada en la cama, aburrida, no me importa irme solo, pero la gente dirá cosas; tienes 10 minutos Apúrate, vendrás te guste o no —le dice Mateo molesto.   Sofia por dentro se siente destruida, guarda silencio, no dice nada, pero tiene su propio plan, se levanta de la cama, Mateo se va para esperarla, lo que no sabía es que ella le daría una sorpresa.   Sofia se pone una ropa la más sexi que tiene, se pone su vestido rojo, tacones rojos, se maquilla, se suelta su cabello, se pone su labial rojo, se perfuma, agarra su cartera pequeña donde solo cabe su celular, baja las gradas de la casa y Mateo esta justo en la sala, sentado en el sillón, alza la vista, levanta una ceja, la está viendo.   Sin decir una palabra, Sofia, sale de casa junto con mateo, se meten al auto, y entre ellos no hay comunicación, 2 horas después llegan al hotel.   Sofia baja del auto con cuidado, caminando por el pasillo del hotel, con su cabeza en alto, sintiéndose fuerte por afuera, aunque por dentro se sienta destruida.   Todos en el hotel observan a Sofia, hombre y mujeres que estaba caminando sola por el pasillo, aproximándose a la mesa 5 donde están todas sus amigas, con una sonrisa de que todo estaba bien.   —Amiga, que bueno que estés aquí, ¿Dónde está tu esposo Mateo? —Pregunta Vanesa.   Antes de que Sofia respondiera, alguien por detrás, toca su espalda, esas manos desconocidas, ese toque que fue con una electricidad, de aquellas que hace tiempo no sentía, esas manos desconocidas que hicieron que Sofia perdiera la cabeza, poniendo su piel eriza, y sonrojándose sus mejillas, poniendo a Sofia muy nerviosa, hasta al punto que se queda por un momento quieta.   Sofia voltea a ver, muy despacio y un mesero simpático, guapo y atractivo ojos azules, cabello castaño, con una energía y brillo en sus ojos un joven con carisma le dice —Buenas tardes, bienvenida, quería saber si —¿Quiere Champaña o vino? —le dice con una sonrisa en su rostro.   —Hola joven, me asusto, pero si quisiera vino, me puede traer una botella completa, y un vaso con hielo por favor —le dice Sofia devolviéndole una sonrisa.   —Ya se la traigo, señorita —le dice el joven.   La música romántica de fondo empieza a sonar, y todo desaparece alrededor, Sofia puede sentir una conexión única, sintiendo un escalofrío en su piel, nunca sentido, las miradas del mesero y Sofia se atraviesan hasta el alma, esos ojos azules, ese brillo en sus ojos es único, ambos saben que entre ellos hay atracción, pero intentan simular.   —Está bien solo no tarde porque tengo sed —le dice Sofia con una voz dulce.   —No se preocupe, ya regreso —le dice el joven con una voz dulce.   El mesero se queda viendo un momento los ojos de Sofia antes de poderse retirar, le tira un guiño de ojo, mientras ella se le queda viendo seriamente, dirigiendo su mirada al piso, evadiendo la sensación, de la mirada del joven mesero, ya que producía unas ganas de besarle, aunque eso sería atrevido y prohibido.   El mesero se retira, y Mateo se queda viendo, muy molesto, se acerca donde esta Sofia, toma su mano, y al oído le dice algo que molestaría a Sofia.     —Sofia es el colmo contigo, en casa hablamos de esto que acaban de ver mis ojos, recuerda que eres mi mujer, no eres de nadie más, así que deja de pensar que saldrás con ese tipo, más que ya vi que te está mirando mucho —le dice Mateo molesto.   No quiero hablar contigo, aparte que el que me dejo sola fuiste tú, te calmas porque no armare escenas y menos armar un drama en el hotel, que vergüenza debería darte a ti, porque vienes un minuto tarde, pero imagino, fuiste a ver a otra chica verdad —le dice Sofia a Mateo en el oído, suave, mientras toma asiento.   Mateo guarda silencio y se sienta a la par de Sofia.   Sofia voltea ver un momento donde está la cocina de chef, y mira al mesero,  que está poniendo vino en los vasos, por un momento el mesero alza la vista mirando fijamente a Sofia,  el joven sonriente mirándole fijamente,  y los dos estaban  mirándose, con esos ojos brillosos, con una sonrisa dibujada en sus rostros, disimuladamente Sofia agarra su celular para checar algo, luego eleva la mirada de nuevo mientras y se queda perdidamente enamorada viendo esos ojos azules, que la cautivan desde las primeras miradas, no hace falta hablar, solo mirar, y dejar que el lenguaje de las miradas comunique, y transmitan lo que se quiere decir.
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