Volver a vivir capítulo 4

1594 Words
*-. Solo escuchar reír a mi hermana me hace tan feliz, mi hermana y yo somos muy unidas, nuestro hermano se marchó hace aproximadamente cuatro años y no ha vuelto, hablamos con él sí pero muy poco ya que por cuestiones de trabajo siempre está ocupado, siempre debemos esperar que sea él el que nos llame porque cuando lo hacemos nunca nos contesta las llamadas. Después de haber pasado una tarde maravillosa regresamos a casa y me vine directo a mi habitación a tomar una ducha, hable con Bastián y vendrá por mí a las nueve de la noche para ir a tomar una copa o eso le dije a mi mamá. Un rato después salgo de la habitación y voy directo a la cocina ya que sé que allí encontraría a mi madre. - ¡Vaya! hasta que te dignaste a salir de la habitación. - Basta mamá, se que estas molesta porque decidí salir con Bastián, pero iremos en su auto, no tienes de qué preocuparte. - ¿Molesta? ¿Acaso estás enamorada de él que no puedes estar sin verlo? - ¿Enamorada mamá? por Dios, es solo un amigo. - Tu papá y yo también lo éramos, hija, quiero a Bastián como un hijo, pero cuidado con lo que haces. - Se bien lo que hago, ahora, déjame estar feliz al menos en este momento que estoy con ustedes ¿Sí? - Me alegra que estés feliz al menos en este momento aunque no sea de un todo cierto. - Vale mamá, no empieces con lo mismo ¿Si? Vengo a casa a pasarla bien con ustedes y con algunos amigos, no a recordar los fantasmas del pasado. - Kendra no le hables así a tu mamá. - Lo siento papá. - ¡Ay hija mía! cuando quieras podemos hablar. - Seguro papá. Horas más tarde. *-. ¿Por qué todo tiene que ser así? ¿Por qué todo me tiene que pasar a mi? todo es tan injusto y siento que estoy mezclando las cosas, pagando mis frustraciones con quien no debería, mi familia no tiene la culpa de lo que me pasa, me devolví a la habitación porque no aguantaba las miradas de todos en la cocina, un rato después llaman a la puerta. - Adelante —digo—. - Permiso hermana, ¿puedo pasar? - Claro Paola, la pregunta está de más, pasa y ponte cómoda. - ¿Podemos hablar? - ¿Eso hacemos no? - Kendra, sabes que debes aprender a controlarte un poco, sé bien por todo lo que has pasado, pero debes tener autocontrol. - Paola lo sé, estoy trabajando en ello creeme, pero con tantas cosas y cada día una más no es fácil, esto —señalo mi pie— me tiene desesperada. - Si hermanita lo imagino, pero sabes que son cosas que pasan. - ¿Por qué todo me tiene que pasar a mi? - No te frustres por eso ¿Vale? Recuerda que siempre lo mejor es lo que pasa. - Lo sé Paola, lo sé. - ¿Sabes que te amo verdad? - También lo sé —siento como caen las lágrimas por mis mejillas—, claro que lo sé tonta, pero todo es tan difícil, justo cuando pienso que todo está bien llegan los recuerdos y resulta que todo esta mal, ya no quiero estar así, solo quiero ser feliz. - Eres tan buena Kendra, mereces ser feliz, no permitas que el pasado arruine tu presente. - ¿Cómo lo evito si el pasado siempre está presente? - Trata de no pensar en él. - Trataré —lloro más—. - Shhh, —mi hermana me consuela—, no quiero que mamá y papá te vean así, mira que cada vez que me llaman me dicen que se sienten mal por tí, porque aunque digas que estás bien ellos saben que en el fondo no lo estás, ellos sufren por ti Kendra, eso de que siempre quieres estar sola y estar aislada de todos no es estar bien. - No quiero agobiarlos con mis cosas. - No lo haces nena, por Dios, somos tu familia, siempre estaremos para tí. - Lo sé hermana, ¿Pero cómo hago? ¿Qué hago? ya no se lo que es estar bien, odio tanto al imbécil de Tony —digo entre dientes—, ¿Cómo pudo marcarme tanto? Quiero ser feliz —sigo llorando—. - Bueno, ¿Y por qué no serlo? ¿Qué tal el chico que te escribe ahora? - Apenas y lo conozco Paola, es un total extraño. - Eso no tiene que ver, todos en algún momento fuimos extraños en las vidas de las personas, deja de ser tan fría con los demás y date una nueva oportunidad a ti misma. - ¿Una nueva oportunidad? ¿Crees que es fácil? - Puede ser si tratas de rehacer tu vida Kendra, si quitas esa armadura que siempre tienes delante de ti. - Stevens me asusta Paola, si, dije que no quiero ningún tipo de relación, pero a veces me siento tan sola. - ¿Qué te asusta de él? - Es muy directo Paola, dice cosas que me dejan pensando mucho y sobre pensar me hace poner vulnerable, no se que es lo que quiere, pero cuando vaya a tomar el café que me invitó lo sabré. - ¿Y si te dice para tener una relación? - No lo sé, no estoy preparada aún. - ¿Y entonces cuándo? - No lo sé Paola, siento miedo. - Arriesgate una vez más. - Insisto, no lo sé, siento que me gusta si, pero no lo sé, no quiero tropezar y caer otra vez, es mi jefe recuerda, no quiero perder mi trabajo si las cosas salen mal. - Bueno Kendra, si no lo intentas no lo sabrás, olvídate de eso de que es tu jefe. - Vale vale está bien, luego decidiré. - Está bien, ahora, ¿Cuándo me visitarás? - Mandame la ubicación y el día menos pensado te caigo. - ¿Seguro? - Si, seguro. - Vale, lo haré, ve a hablar con papá, lo necesitas. - Claro, ya voy. *-. Paola tiene razón y mucha razón en las cosa que me dice, debo aprender a controlarme y mucho, nadie tiene la culpa de lo que me pasa más que yo misma, debo superar ese trauma ya y empezar una nueva vida sin hacerle daño a nadie, le pediré una disculpa a mamá por lo de hace un rato y bueno, en realidad ahora tampoco puedo dejar de pensar en ese hombre, lo bueno de todo es que cuando pienso en él no pienso en nada más, debo analizar bien las cosas no quiero más confusiones en mi vida. - Hola papá —llego a su despacho—. - Hola hijita, adelante. - Tanto tiempo sin venir a casa y el tiempo pasa tan rápido cuando estoy aquí. - Ven más seguido —me dice cruzando las manos sobre su escritorio y mirándome fijamente—. - Trataré papá, cuéntame ¿Qué quieres que hablemos? - Tratarás no hija, hazlo. - Vale papá. - Ahora bien hija, quiero la verdad ¿Cómo haz estado? ¿Cómo te va ahora que cambiaste de residencia y estás sola? - Estoy bien papá, acostumbrándome a mi nueva casa y a mi soledad. - Vale, y en cuánto a lo otro ¿Puedes contarme? - Estoy bien papá te lo aseguro. - No me mientas Kendra. - No lo hago. - Mirame —lo hago y nota mis lágrimas—, hija a veces es bueno hablar, llorar, desahogarse, si guardamos todo allí dentro —señala su pecho— nunca podremos avanzar, no me gusta meterme en sus vidas, pero creo que ya es tiempo de soltar y avanzar, conocer nuevas personas y empezar una nueva vida, date la oportunidad de un nuevo amor. - Ya no quiero llorar más papá, pero sabes que si, ha pasado tanto tiempo que creo que ya es hora, haré lo que me dices, me daré una nueva oportunidad. - Muy bien hija, hazme feliz con tu felicidad. - Seguro papá, te amo tanto —llego hasta él y lo abrazo—. *-. Horas más tarde ya le pedí disculpas a mi mamá y todos estamos bien, estamos a punto de cenar, ya mañana debo regresar y en realidad no quisiera hacerlo, el tiempo vuela, no he sabido nada más de Stevens pero igual lo pienso y mucho ¿Qué va a pasar con esto que estoy sintiendo por él? no lo sé, pero debo solucionar eso. - Me encanta compartir la mesa con ustedes. - A nosotros también hija. - Bueno, voy a venir más seguido, y tú también debes hacerlo Paola. - Yo siempre vengo. - Bueno si tú lo dices. - La que se pierde eres tú. - Si lo sé, eso cambiará, bueno, iré a cambiarme, Bastián está por llegar. - Espero que no abuses del alcohol. - No lo haré mamá, igual solo será un rato, recuerda que mañana debo viajar. - Bueno hija ya lo sabes, como lo vea tomado como la última vez que vino no saldrás —como olvidar esa vez, río dentro de mi—. - Vale mamá pero recuerda que no soy una niña. - Eres mi niña pequeña, nada de motocicletas. - No mamá, vendrá en auto. - Bueno, te comportas. - Lo haré mamá, tranquila. - Mucho cuidado Kendra. - Siempre mamá.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD