Diego despertó, pensó en llamar a Austin para pedirle los pasaportes, pero, era el pretexto perfecto para visitarlo, ya sabía dónde vivían, desde el día que siguió a Sofía, tenía que desengañarse y comprobar de una vez por todas, la relación que había entre ellos. Llegó al edificio y estuvo a punto de retroceder, pero no podía seguir viviendo con esa incertidumbre, respiro y entró, bastó con decirle al hombre del ascensor que iba al penthouse del señor Austin y lo llevaron al piso correcto. Caminó por el pasillo pensando en que quizá, estaba cometiendo un error, tal vez Austin, se iba a molestar, por tomarse el atrevimiento de ir a buscarlo directamente a su casa y no en su oficina, pero ya estaba ahí, respiró profundamente antes de atreverse a tocar el timbre, una vez que presionó el b

