Las miradas sobraban entre Bob y Holly, incluso, hablaban más que ellos mismos. Dann por un momento los estudios y le pareció bastante aburrido que Bob se hubiese quedado parado como un saco de papas.
—¡Holly!—dijo saludando.
—Chiiii—puso Jimmy su dedo en la nariz—. Su nuevo nombre es Anna. Ya saben... por lo de...
—Aaah—. Anna. Te reconocí de inmediato cuando te vi, convivimos un tiempo.
Holly se rió, bajó la mirada y abrazó a Dann.
—¿Te vas a quedar ahí parado Bob?—consultó con picardía Jimmy.
Bob carraspeó formando con un mano un puño.
—Me alegra verte. Fueron muchos años.
—Seguro.
Las palabras de Bob fueron concisas, frías, lejanas. Apartó su mirada y se sentó al lado de Jimmy, Dann al lado de la pelirroja.
Había un silencio sepulcral, uno como si nadie supiera de que tema hablar.
—¿Como has estado? Hooolly—resopló el nombre como si fuera un secreto—. No sabía que eras repostera.
—Y una de las mejores—apoyó Jimmy.
Ella sonrió.
—Pues el día de la boda juzgarán.
—Estoy segura de que lo harás bien, con solo pensarlo me dió hambre—se tocó Dann el estómago.
—A mí tambien—murmuró Jimmy que se unió a una risa con Dann.
Bob seguía serio, inescrutable.
—¡Hola, buenitas!—saludó otra persona, Holly levantó su mirada para encontrarse con un tipo algo canoso, con bigote hitleriano y una camisa manga larga.
Todos se levantaron como si fuera un coronel del ejército y lo abrazaron.
Jimmy volteó a ver a Holly.
—Anna—carraspeó—. Él es Lois. Un legendario policía, amigo, casi como un padre, que en sus tiempos era el compañero del padre de Richard.
Holly tragó grueso.
—Un placer señor Lois.
—Dígame Lois. Es usted una dama muy hermosa—Bob se le quedó mirando a Holly, los halagos de Lois sobre su belleza no eran mucho de su agrado porque lo conocía y sabía que donde ponía el ojo en una mujer la quería para él y Holly no era cualquier mujer.
Ella sonrió con timidez.
—Por aquí no vemos a muchas pelirrojas tan hermosas como usted—suspiró—. Si usted está invitada a esta reunión es porque conoció a nuestro querido compañero Richard white
Escuchar su nombre dolía aún.
—Un par de veces.
Lois se le quedó observando, analizando de dónde había visto ese rostro que se le hacía familiar.
—¿Nos hemos visto antes?
Jimmy tragó saliva. Sabia que no era buena idea delante de Lois revelar la identidad de Holly. Ya que, Lois odiaba con toda su alma a los Campbell, creía fielmente que por su culpa su compañero había muerto, además, de que se había enterado de todo el asunto del cazador y la relación de Richard con Holly. Y lamentó grandemente la pérdida de su amigo Richard.
Cuando Jimmy iba a protestar, Bob intervino.
—No la conoces...Anna fue una antigua novia de Richard antes de... Mónica—Lois sonrió y su rostro se formó en nostalgia. Suspiró, sentándose al lado de Bob.
—Otro año más, otro año donde Richard se fue... aveces pienso en él y lo extraño—dijo con angustia en su voz.
Bob suspiró, sirviendo el whisky, una vez todos tuvieron los vasos llenos; Bob lo levantó como siempre lo había hecho.
—¡Por Richard!
—¡Por Richard!—dijeron todos. Era el aniversario de Richard White, y cada año siempre se reunían y compartían en honor a su antiguo colega y amigo que se había convertido para ellos como un hermano.
Holly no pudo levantar el vaso, hacerlo era sinónimo de despedida, y eso era lo que Holly menos quería, soltarlo, dejarlo ir.
Sus lágrimas salían súbitamente, y por más que se las limpiaba, su rostro demostraba una evidente tristeza por el hecho de recordarlo.
—¿Estas bien preciosa?—preguntó Lois
Cerró los ojos, parpadeó un par de veces y sonrió.
—Lo siento, lo extraño.
Hubo silencio en la mesa. Bob inició una conversación con Lois en voz muy baja. El oficial bigotudo lo miraba de forma solemne, por más que Holly estuvo atenta a su modulaciones con la boca, solo comprendió de que estaban hablando de un caso y de alguien muy conocido para ella: Anónimo.
Fingió demencia, cuando toda la conversación cambió en risas, burlas, y algún caso complicado. Holly se dió cuenta que el tiempo los había cambiado, que los años no pasan en vano. Se sintió que no formaba parte de ellos, que ya los mismos Dann, Bob y Jimmy que conoció, se habían cambiado.
La chica quiso levantarse e irse cuando una música sonó, romántica, suave. Jimmy se estiró de su asiento, e invitó a su esposa a bailar. Lois no dudó en levantarse y extenderme la mano a Holly.
—Me concedería bailar conmigo.
Ella lo vió atónita, le dió una mirada a Dann y otra a Bob. Asintió, estaba haciendo calor, por lo tanto, no dudó en ese momento en quitarse en abrigo y demostrar su espalda descubierta. Le tomó la mano a Lois y se fueron a la pista a bailar.
Bob sentado los miró. Observó como Lois colocaba su mano en la espalda descubierta de Holly, como estaban tan cerca ambos. Se dijo asimismo: "Si supiera con quién está bailando, de seguro, su rostro se le llenaría de repulsión y no de encanto". Todo este tiempo había aprendido a conocer a Lois, a saber lo mucho que le gustaban las mujeres y en como insistía para lograr acostarse con ellas, para Lois, era como si usara un desechable, después de que se las saboreaba, las dejaba a un lado como si no valieran nada.
Bob no se había metido en sus relaciones desechables, hasta ahora, que le incomodaba como veía a Holly, su interés por ella era muy obvio y eso le daba un vuelco al corazón.
Se les quedó mirando con impaciencia. Lois le susurraba cosas al oído a Holly, y ella se reía. Por más que queria mantener su rostro inescrutable no podía esconder que encontrarse a Holly nuevamente fue una verdadera sorpresa, y más que eso era una removida directa al pasado.
Recordó como se la había llevado esposada para recuperar a su esposa e hija.
Recordó lo mucho que la odiaba.
Recordó como le gustaba y se odiaba por eso.
Recordó ese beso... beso que había atesorado por años en su corazón.
Podía sentir la calidez de sus labios con los de él. Su respiración entre cortada, su mirada confusa. Podía incluso palpar hasta el aroma que Holly tenia ese día. Los sentimientos, las emociones que sintió al descubrir que todo ese odio concentrado se habua transformado en un gusto impresionante.
Recordó como ese dia que la besó se había olvidado de que llevaba un hijo de su mejor amigo y se dejó influencia por sus descabellado corazón. También sintió la bofetada que ella le dió.
10 años habían pasado y la veía tan hermosa como el día en que la conoció. Sus ojos seguían siendo los mismo, su pelo rojo, su sonrisa, su lunar cerca de sus labios.
Evitó esos pensamientos, o le daría un ataque.
Enfócate Bob, estás saliendo con otra persona... porque tenía que aparecer justo ahora que había decidido hacer las pases con la vida.
Dann miraba a Holly preocupado, y a todos sus compañeros con angustia, como si supiera que reunir el pasado fuera un ave de mala muerte.
Bob tamborileó con sus dedos hasta que se levantó de la mesa. Fue directo a donde estaba Holly y Lois bailando.
—Creo que se le acabó su turno amigo. ¿Me deja bailar con la señorita?—dijo tan educadamente que Holly formó una O en su boca.
Lois sonrió.
—¡Por supuesto!
Bob le extendió la mano a Holly y ella dudó en tomarsela. Observalo era una cosa, tocarlo era otra.
—¿No vas a bailar conmigo?
Ella estaba roja como un tomate.
—Si.
Bob la tomó de la cintura y a la atrajo hacia su cuerpo, sus manos tocaron la piel de su espalda mientras bailaban una canción lenta.
—¿Estas bien?—Holly quiso decir que no, pero asintió en silencio. Estaba sufriendo miles de infarto solo por un baile.
—¿Cuanto tiempo estarás en Olerfin?
—Solo unos días más. Debo regresar con Susie.
—Susie... claro. ¿Como está ella?
—Bien, ya es toda una adolescente.
—Si.
—¿Por que no le dicen a Lois mi nombre real?
Bob suspiró.
—Te metería a la cárcel. Odia a los Campbell.
—Ya... entonces, no sabe quién soy. Vaya. Es bastante encantador.
—Lo es con las mujeres que le gustan.
—¿Le gusto?
—Por supuesto...
Holly peló los ojos desconcertada, solo había conocido a Lois una hora atras y ya sus compañeros se habían dado cuenta de su coqueteo.
Ella solo había aceptado bailar con él por ser amable y no porque también le gustara o quería rejuntarse a pasar una noche desenfrenada con él.
—Se ven que lo aprecian mucho.
—¿A quien? ¿a Lois?... si, es un buen policial aunque con las mujeres es... un rompe corazones.
—Vayaaa...
Se quedaron un rato así, pegados, juntos, bailando bajo aquella música romántica son saber que decir. Solo disfrutando la presencia del uno al otro, de unos viejos amigos que se habían encontrado nuevamente.
Cuando la canción terminó volvieron a su asiento. Holly miró su celular y tenía dos mensajes. Abrió el de Susie donde le informaba que estaba bien y se quedaría en casa de Hanna y el otro de Meghan:
Follate a alguien esta noche.
Blanqueó los ojos. No sé follaria a nadie porque simplemente no tenía ganas de hacerlo.
Después de un rato, Jimmy se levantó se estiró bostezando.
—Los dejo. ¿Anna vienes conmigo?
—Yo la puedo llevar—le sorprendió la rapidez con que le salió las palabras. Todos se le quedaron mirando.
—Okey. ¿Estas de acuerdo?
Holly miró a Bob y evitando encontrarse con sus ojos azules asintió.
—Gracias Jimmy.
Ellos abandonaron la mesa, luego Dann, después Holly y Bob. Lois los miró con curiosidad, supuso que Bob al igual que él le había gustado y se la quería follar. Sonrió y los dejó ir.
Había silencio total en el auto. Holly nos estaba preparada para situaciones donde ameritaba quedarse con un hombre a solas en un auto. Con el único que había estado era con Richard y nadie más.
Bob tamborileaba sus dedos en el volante, analizando, pensando en que decir...
—Me alegra que hayas venido a Olerfin
—Me alegra haberlos visto a todos.
—¿Te mantienes oculta?
—Si. Donde estamos, estamos bien.
—¿Se les hizo difícil adaptarse?
—Más que adaptarnos fue el superar el pasado.
Silencio...
—¿Aún lo recuerdas?
—¿Que?
—A Richard...
—Cada minuto—dijo con un suspiro.
—¿Lo sigues amando?
Holly se quedó callada, nunca nadie le había preguntado eso.
—Si. De hecho, tu me recuerdas mucho a él—soltó y después de decirlo se arrepintió
—Ya...
Hubo silencio sepulcral otra vez.
—¿Holly?
—¡Si!
—¿Quieres acompañarme a un lugar?
—¿Que lugar?
Bob le sonrió.
—A mi lugar favorito.
Holly lo miró divertida y curiosa al mismo tiempo.
—¿Me asesinaras?
—Tal vez...—se echó a reír—. ¿Alguien te espera... un amigo... un novio... un esposo?
—Nadie, nadie me espera. Solo una amiga que no le importa si llego tarde—bajó la mirada.
—¿Y a ti? ¿tú novia te espera?
Bob parecía sorprendido. Bufó.
—No.
—Me alegro que te hayas dado la oportunidad.
Suspiró.
—Solo estamos saliendo, no es nada formal, ni de casamiento, solo es eso... al ver si somo compatibles el uno con el otro.
—¿Lo son?
—Aún no lo sé.
—¿Por que lo dudas?
Bob no supo que responder. Se quedó callado.
—¿A donde vamos?—preguntó Holly mirando a la ventana.
—Ya te lo dije, a mi lugar favorito.
—¿Que vamos hacer ahí?
Bob sonrió de medio lado y se dijo dentro de sí...
De todo...
☆☆☆
Griteeeen ???jajaja