XIII

1337 Words
Susie se sentó al borde de la cama pensativa, se mordía las uñas frenéticamente analizando lo que había ocurrido horas antes en casa de Emily. Por alguna razón, se sentía mal por todo el desastre causado, habían maneras de arreglar el asunto si... desordenar su casa, sin humillarla, y claro, sin matar a su gato. Fue una pésima idea llamar a Pedro, él era un chico muy temperamental y difícilmente se podía controlar, por un instante, Susie lamentó compartir el secreto más grande de su vida porque por su culpa habían llegado a donde estaban. La chica no se fue a su casa, si no motivada por sus amigas, decidió quedarse en casa de Hanna junto a Laura. Toda esta situación la tenía de pelo de puntas, además, de no sentirse bien en su corazón. Examinó cuidadosamente la idea de llamar a Holly, de decirle que Jeremy se había suicidado, que le había ocultado cosas cuando su compromiso era ser leal la una a la otra, y que por favor regresara con el simple propósito de abrazarla. Vió la pantalla de su celular y le escribió un mensaje corto, conciso. Regresa... te extraño. Lo leyó y suspiró. Holly necesitaba también ser feliz, salir de la burbuja donde estaba metida solo porque ella estaba en problemas. Tenia que aprender a lidiar con sus dificultades, porque Holly no siempre va a estar. Borró el mensaje y cambió el contenido del mismo. Estoy bien, he decidido quedarme en casa de Hanna. ¿Como tu vas?... te extraño. Iré a dormir. Envió el último mensaje y colocó un colchón que Hanna guardaba bajo de su cama para ocasiones donde sus amigas se quedaban. Todo estaba en completo silencio. Laura se echaba iuna pequeña capa de crema en la piel, mientras que Hanna se desmaquillaba. —Todo saldrá bien—dijo Hanna suspirando. Sentándose en su acomodada cama. Susie la miró con nostalgia. —No hicimos las cosas bien hoy. —Creo que deberíamos dejarlo. Lo que pasó ya pasó Su...—repuso Laura. La chica suspiró. —Okey, somos amigas, no los contamos todos chicas y no podemos dejar que este incidente nos separe o cambie nuestro ánimo—expresó Hanna con una sonrisa. Laura se le quedó mirando, tratando de creer que su amistad en verdad era fuerte porque en realidad no se habían contado todo, y lo que ella miraba como unidad o hermandad estaba construida en una montaña de secretos. Se cuestionó asimisma por no ser sincera, y en decirle que todo este tiempo ha estado mintiendo, ha guardado uno de los tantos secretos que en ocasiones no la deja respirar. Susie sonrió. Suspiró un par de veces analizando las palabras de Hanna "en realidad se lo ha contado todo". Ninguna de sus dos amigas sabían su origen, su pasado, el cazador, la familia Meyer, su medio hermano hijo de los Meyer a quien jugaron un juego y ambos pudieron salvarse. Y la verdadera historia tras el secreto de sus hombros, lo que realmente sucedió con el profesor Fisher. Susie parpadeó un par de veces, fingió una sonrisa y asintió con la cabeza. Se preguntó asimisma si Laura y Hanna eran transparentes con ella, y eso la hizo sentir mal porque evidentemente, ella no lo estaba haciendo. Hanna abriendo sus manos como si fueran alas, cubrió con un abrazo afectuoso a sus amigas, y después de eso, se fueron a dormir. ☆☆☆☆ Un delicioso desayuno, una conversacion chicas en la mañana antes de irse al colegio no fue suficiente para detener el molino de nieve que se avecinaba. Susie era una abeja, la reina del grupo, la que mantenía unidas a este par de amigas sin nada en común. Susie era un Ángel y a la misma vez podía ser muy cruel, una personalidad muy concurrida de un antepasado que ella no conoció pero formaba parte de su historia por más que Holly lo haya querido cambiar. Laura era introvertida, calmada, llena de paz, positiva, callada, en cambio Hanna, era todo lo contrario a su otra amiga. Eran el típico cliché de secundaria de grupo de tres, donde sólo eran ellas y nadie más, donde creían que su amistad perduraria para siempre. Caminaban por el pasillo como si fueran reinas, como si el mundo les debiera algo. Susie estaba en medio de ambas, le enviaba un mensaje que Holly cuando percibió que todos miraban sus celulares, que todos se reían de ellas, que no dejaban de mirarla. Se detuvo por un momento cuando vió a Pedro acercarse, por el ceño fruncido que tenía y la manera en que su mandíbula se tensaba, supuso que nada estaba bien, de que ocurría algo y eso le dió miedo porque su mente la llevó a aquella noche. —¿Que pasa?—preguntó Hanna. Laura miraba a todo el mundo riéndose. Susie observaba a la multitud, en especial, a Pedro. —¡Eres un zorra!—arremetió contra Hanna dándole una fuerte bofetada en la mejilla. La chica rubia cayó al suelo con las mejillas ardientes y desconcertada. Laura se apresuró a ayudarla a recogerla mientras fulminaba con la mirada a Pedro. —¡¿Te has vuelto loco?!—gritó Laura. Susie desconcertada, miró a Pedro y lo empujó. —¿¡Que carajo te pasa!? como se te ocurre... como la golpeas así pedazo de mierda—escupió con evidente ira en sus ojos. —¡Es una puta de lo peor!. Nos ha estado mintiendo, engañando a todos...¡Zorra inmunda, miserable! —¡Maldita sea Pedro cállate de un maldita vez!—vociferó Susie. Era un verdadero espectáculo en el colegio. Emily que observó todo el escenario desde un rincón se alegró. Su corazón hacia una fiesta porque ese grupo se iba a desintegrar, ya uno había muerto, era cuestion de días para que los cayeran por su propio peso. —Si supieras lo que hizo esta zorra no estarías defendiendola—escupió Pedro como un veneno mortal. Los profesor llegaron de inmediato a colocar orden. Pedro sacó su celular reproduciendo un video. —Juzga a esta zorra—le dió el teléfono y Susie al tomarlo sintió como el alma se le venía a los pies. Acontinuacion, no era más que un video casero, donde la cara de Hanna se evidenciaba igual que la de Jeremy. Ambos mantenían relaciones sexuales. Hanna estaba curveada, en la posición del perrito gimiendo a medida que Jeremy se ahondaba en ella con movimientos rápidos. La expresión tan fría, e inescrutable de Susie fue una verdadera confusión para Laura, que al mirarla le dió miedo su paciencia y a la misma vez su ira. Ella no había visto el video, pero escuchaba los gemidos y reconoció la voz de su amiga que se encontraba a su lado asustada. Susie se abalanzó hacia ella y le dió otra bofetada, fuerte, potente. —¡Eres una zorra!—la jaló por los cabellos a medida que Laura se interponía para separarla. —¡Somos amigas por dios!—exclamó Laura, a Susie no pareció importarle. Un maestro tomó a Susie de la mano y con fuerza la arrastró para llevarse de ese lugar mientras que Susie declaraba palabras demenciales. —¡Te voy a matar pedazo de puta! confie en ti, me traicionaste. Ojalá te mueras en tu propio vómito, puta de mierda. Fueron las últimas palabras de Susie antes de ser llevada a rectoría. Hanna se quedó inmóvil, con las mejillas ardientes, con las lágrimas a flor de piel. Una acción de sexo con el novio de su mejor amiga había desembocado un caos completo. Todos se reían de ella, comentaban, y no tuvo más opción que salir huyendo, corriendo de ese lugar, tan deprisa, con las lágrimas aún brotando. Corrió tanto que llegó a un lugar donde el pacto era nunca más pisar. El lugar donde juraron cuidarse los uno a los otros. Evidentemente, esa promesa, estaba rota. ☆☆☆☆ Nos estamos acercando a los secretos de cada uno de los personajes.
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