Holly abrazó con fuerza a Jimmy que esté sintió como su cuerpo se pegaba al de él. Una lágrima se deslizó por su mejilla a medida que seguía reconfortandose en los brazos de un viejo amigo.
—Me da mucho gusto volverte a ver.
—A mi también, a mi también—le acarició la espalda con delicadeza. Holly dejó de abrazarlo secándose la lagrima que había salido sin su permiso.
—¿Quieres un café?—señaló adentro donde se encontraba Dann.
Ella negó.
—Allá están hablando de boda y todo eso—se rió de medio lado—. Además, Dann no me reconoció.
—¿Enserio?—hizo un gesto de sorpresa.
Holly asintió.
—Son 10 años, en ese tiempo es demasiado para cambiar. Pero tú... no envejeces, ¿acaso tienes un pacto con el diablo o algo así?
Ambos se echaron a reír
—Entonces. ¿Quieres ir por una hamburguesa?
—Estaría bien.
—A unas cuantas cuadras de aquí, venden unas hamburguesas que están... mmm... para chuparse los dedos.
La chica sonrió.
—Entonces, ¿que estamos esperando?
Los dos viejos amigos se condujeron hasta un carro rodante con unas cuantas mesas. Holly se puso cómoda, mientras que Jimmy hizo el pedido. Luego, se sentó relajado y satisfecho por lo que pidió.
—Pedí la hamburguesa especial. Es una cosa así de monstruosa—hizo con sus manos el tamaño de la hamburguesa—. Bob y yo siempre venimos y comemos en este lugar.
Holly que tenía una sonrisa, se desvaneció, se mortificó en el hecho de pensar que en algún momento vería a Bob.
—¿Como está él, Bob?
Jimmy se cruzó de brazos.
—Muy bien. Esta trabajando de detective, resolviendo casos... ya sabes... era su pasión, la de él y bueno...—curveó sus labios hacia abajo—. Y el de Richard... ahorita esta subordinado por Lois, no se si lo conoces, yo creo que si.
Ella levantó una cejas.
—¿Lois?
—¿Te suena el nombre?
Holly buscó en su baúl de recuerdo el nombre de Lois, pero nada, ese nombre en absoluto se le hacía conocido.
—No... ¿quién es?
Jimmy suspiró.
—El mejor policía, amigo, y casi como un padre para nosotros y lo fue para Richard. Lois fue compañero del padre de Richard, ¿te acuerdas?
Holly hizo su mayor esfuerzo, trató de viajar al pasado, no obstante, su memoria parecía tener un bloqueo a lo doloroso, no le permitía viajar más allá de un Richard sonriente.
—No.
—De pronto, lo conozcas y te acuerdes de él. Pero de resto... Bob está bien. Esta saliendo con alguien y por lo menos ya visita la tumba de Richard cada vez que puede y no todos los días.
La chica sintió un escalofrío recorrerle la piel, el nombre de Richard aún le dolía en el alma.
—Y tú como haz estado, ¿qué haces en Olerfin?
Holly sonrió.
—Estoy bien, bueno... Susie y yo estamos bien. Ella ya es una adolescente, y yo su guardiana. Soy repostera y vine a preparar la comida en la boda de Dann.
Jimmy abrió los ojos como plato.
—¿Enserio? impresionante Holly.
—Chiiiii—puso su dedo en la nariz—.Recuerda que soy prófuga de la justicia, ahora soy Anna.
El hombre fue consciente de la veridiccion de las palabras de Holly.
—Es cierto. Aunque ya nadie recuerda al cazador. Sam y Mónica fueron asesinos del pasado y los asesinos como ellos no son recordados. Por lo tanto, ya nadie como víctima del cazador te recuerda.
—Igual...el pueblo de Olerfin no me veía con buenos ojos.
Él sonrió cuando la mesera de acercó y trajo dos grandes hamburguesas.
—Aaaah... ¡delicioso! mucha mostaza por favor—pidió con una sonrisa mientras que su boca se llenaba de un buen pedazo de pan con carne, huevo, aguacate, pollo, y todo tiempo de salsa.
Holly apenas miró la suya y supo que no podría comerse todo eso.
Le dió un mordisco más pequeño, y hizo un pulgar arriba con sus labios llenos de salsas.
—¿Como está tú esposa, tu hija?
Jimmy se pasó la lengua por los labios llevándose todo resto de salsa de todos los colores.
—Bien, mi hija grande, ya va a la universidad. Es mi orgullo, mi adoración. Y yo... bueno... pienso retirarme de la policía ya. Ya estoy viejo, y es mucho tiempo fuera de casa, y no quiero eso, quiero estar con mi mujer.
—¡Salud por eso!—alzó la hamburguesa con cuidado de que no se emparramara todo.
—¡Salud!—otro mordisco.
—Me alegro por Dann, y por Bob y por ti, de que en todo este tiempo les haya ido bien.
Jimmy sonrió, masticó y tragó
—A ti también. Los años te han caído de maravilla. ¿Tienes hijo, esposo?
El rostro de Holly se ensombreció, agachó la mirada ocultando el dolor.
Trago saliva.
—No puedo tener hijos Jimmy, quedé sin la capacidad de tener hijo... desde ...—su voz se quebró. Se llevó bocado de hamburguesa a la boca.
—¡Lo siento!
Tragó seco.
—No lo sientas, ya lo superé —ese superé sonó con dolor—. Tampoco estoy casada. ¿Quien se casaría conmigo? nadie... menos sabiendo quién soy de verdad.
Jimmy asintió.
—Alguien te querrá como eres Holly, no te menosprecies de esa manera. Eres bonita...
—Pero vivo oculta....—repuso—. Vivo con miedo de que otro cazador se levante, o que anónimo nos ataque.
—Ya han pasado 10 años Holly. No creo que pase eso.
—Igual tengo que ser precavida y mantenerme así, oculta, sin llamar la atención, no confiando en nadie. Es mejor...
—Entiendo—Jimmy suspiró.
Hubo un silencio solo los masticones de ambos comelones se escuchaban.
—Holly... ¿quieres venir a un lugar en la noche?
—¿Lugar... que lugar?
—Un bar, es pequeño, pero hermoso. En especial, me gusta mucho ahí, en ese lugar, despedimos a Richard, a Susie y también a ti. Siempre nos reunimos en invierno, porque fue el momento que decidimos dejar el pasado y mirar al futuro. ¿Quieres ir?
Holly sonrió asintiendo.
—¿Donde te estás hospedando?
—En un hotel, no recuerdo la dirección.
—Tranquila, intercambiemos número y me das la dirección, personalmente, te recogeré.
Ella volvió a sonreír dudosa intercambiado números.
Después de una amena conversación con Jimmy, y de reunirse nuevamente con Meghan, ambas se dirigen al hotel. Holly le cuenta a Meghan la propuesta de Jimmy y en como iba a declinarla porque no se sentía lista en enfrentar el fantasma de Richard.
Una vez en el hotel, Holly se da una ducha, y Meghan, curiosa busca el número de Jimmy, y le envía la dirección del hotel. Holly la iba a matar pero era el momento de que matara a ese tao Richard en su corazón para que así pudiera vivir adecuadamente.
Enfrentarse a sus viejos amigos, era enfrentarse a un recuerdo desagradable, y, lo bueno de abrir viejas heridas era que esta vez podías sanarla correctamente, limpiar lo infectado, y sacar todo ese pus que aún provocaba que doliera.
—¿Vas a ducharte?—salió Holly envuelta en una toalla toda mojada.
Meghan se asustó, estuvo a punto de lanzar el teléfono.
—Si, vístete hermosa, porque hoy saldremos de cacería.
Holly se rió
—Estoy cansada.
—Eeeh, dijiste que... —peló Meghan los ojos señalandola con su dedo índice.
—Sé lo que dije.
—Ademas, yo te voy a vestir—corrió hacia su ropa y saco una camisa corta, verde, que exponía toda su espalda.
—¡Estas loca! no es mi estilo.
—Es una camisa que dice, no soy virgen, pero tampoco una mojigata.
—No me colocaré eso.
—Entonces este vestido—sacó un vestido n***o floreado corto.
Holly la fulminó con la mirada
—Meghan...
—¡¿Que?! solo quiero que todos te miren y si te viste como monja nadie lo hará. Perdón, pero a los hombres le gustan saber que tanto culo tienes y tetas. Y tú —la rodeó como un leon a su presa—. Y tú tiene unas buenas tetas, pero un culo planito. Mejor dicho, lo que tienes de tetas te falta de culo.
—¿Que decides? ¿la camisa? ¿el vestido?
—Esta haciendo frío allá afuera.
—A donde vamos no hará frío, así que tetas o culo.
Holly se mordió el lado interior de su mejilla.
—Camisa...
Se puso la camisa verde, que le dejaba casi toda la espalda descubierto, un pantalón n***o, unos aretes largos con una piedra esmeralda y un collar que le hacía juego. Su pelo rojo quedó ondulado en las puntas, mientras que un delineador de ojos en forma de gato, un brillo rojo en los labios y algo de rubor le terminó dando el sazón que le hacía falta.
Meghan la miró gustosa por su trabajo cuando tocaron la puerta.
—¿Esperas a alguien? ¿vienen a recogernos?
Con una sonrisa maliciosa Meghan se acercó a la puerta, puso la mano en el pomo y se mordió los labios.
—Me vas a matar por lo que hice.
—¿Que hiciste?
Abrió la puerta. Un Jimmy ahora estaba frente a ella. Holly la fulminó con la mirada, Meghan se había pasado de la raya, y juraba por todos los cielos que se las pagaría.
—¡Buenas noches!—miró a Holly—. Vaya... estas muy hermosa.
—Gracias—se rascó el cuello, incomoda por su atuendo. Si hubiese sabido los planes macabros de Meghan, de seguro no se coloca esa camisa. Se sentía con la espalda expuesta.
—¿Nos vamos?
—Voy por mi abrigo.
—Aquí esta tu abrigo querida—sonrió Meghan. Holly se lo quitó de mala gana.
Y siguiendo a Jimmy, le sacó el dedo medio a Meghan y se marchó.
Acontinuacion, como lo predijo Meghan, el bar era caliente, por los momentos solo estaban Jimmy y su esposa, que no dejaba de mirar a Holly y hacerle preguntas. La música era suave, una botella de whisky estaba en la mesa, por más que hacía calor, la chica no se atrevía a quitarse el abrigo.
Se mordió una uña, conversando de Susie con la esposa de Jimmy cuando él se levantó con alegría y saludó a dos hombres que venía directo a su mesa.
Holly distinguió a Dann, y el otro... el otro... era Bob.
Se veía muy cambiado, estaba más fornido, musculoso, tenía una barba recién cortada en forma de candado, su pelo ya no se encontraba desordenado como antes, si no que se peinaba hacia un lado. Ver a Bob hizo caer en cuenta a Holly que ya no eran unos muchachos si no que el chico que una vez la odio, la besó y la dejó ir, era un hombre atractivo, que debía tener a más de una a sus pies.
Bajó la mirada. La sonrisa de Bob al ver a Jimmy era resplandeciente, los dos hoyuelos que Holly recordaba seguían allí cubiertos por su barba varonil.
Jimmy sonrió.
—No se si te acuerda de ella—le dijo a Bob señalando a Holly.
Holly se puso lentamente de pie, y la sonrisa resplandeciente de Bob se esfumó, ahora, quedaba un juego de miradas entre ambos.
Miradas que Holly no sabía cómo descifrar.
Miradas que le abría viejas heridas.
Miradas que le recordaba a Richard...
☆☆☆
Por fin, estos dos están juntos...