Capitulo–En mi segundo intento Martín llegó a la casa con el corazón latiendo distinto. Había pasado tantas noches pensando en este momento que apenas cruzó la puerta sintió cómo el aire se le volvía más ligero. Fue directo a la ducha, necesitaba ese instante de agua cayendo sobre su piel para serenarse. Al salir, eligió una camisa negra y un pantalón vaquero del mismo tono, prendas que hacía tiempo no usaba. Se miró al espejo: estaba un poco más flaco, los hombros tensos por los nervios, pero la sonrisa apenas contenida le delataba la ilusión. Nervioso, sí. Feliz también. Su vida parecía empezar a ordenarse y todos los días le pedía a Dios lo mismo: una oportunidad de recuperar a Clara. Las sesiones con Guillermo le estaban haciendo bien. Lo notaba en sí mismo, pero también en ella. H

