Capítulo — La Verdad de Nube y la salud de Clara
Esa noche la casa volvió a llenarse de voces. Olivia y Carlos habían regresado, felices de ver a su hijo y a su nuera más tranquilos, como si el aire pesara menos después de tantos días de tormenta. Saludaron con amor a Clara y a los niños, y al abrazar a Mateo, enseguida notaron que algo raro pasaba en él.
—¿Y vos? —preguntó Olivia, entrecerrando los ojos con esa intuición de madre—. ¿Qué cara es esa?
Mateo fingió una sonrisa y la esquivó con un gesto.
—Nada, Olivia … cosas mías.
Pero la tensión no se iba de su mirada.
La parrilla crepitaba en el patio, y Martín se había tomado el trabajo en serio esta vez. Encendió el fuego sin dramas, sin tanto humo, logrando esas brasas parejas que todo uruguayo sueña para una buena parrillada. El
