En manos del Destino

Mi nombre es Dominic Russo, tengo 18 años y estoy empezando mi último año de secundaria, la cual apesta, por cierto.  Mi familia está conformada por mi padre, Anthony; mi madre, Jocelyn; el siguiente soy yo, Dominic; mi hermano mellizo Marco. Que para ser mellizos no somos nada parecidos, yo tengo el pelo n***o y ojos celestes como mi padre y el de pelo y ojos oscuros como mi madre; el que le sigue es un año menor que nosotros, Gregorio; y por último mi hermanito de 15 años, Bruno. Ellos dos también son muy parecidos a mi papá.  Mis padres son realmente geniales, lo que es raro oírlo decir por un adolescente, pero es que lo son.  Mi padre es profesor universitario y mi madre es arquitecta en una importante empresa por lo que el dinero no es un problema para nosotros, es decir no somos millonarios, pero estamos bien.  Por otro lado, mi querido hermano mellizo Marco es padre... Así es, están leyendo bien. Dejo embarazada a su novia, la cual después de dar a luz a mi adorada sobrina desaparecido, se fue sin dejar rastro. A sus padres no les cayó bien la noticia de que su hija iba a ser madre. "Que va a decir la gente" fue lo que le dijeron. Le dieron la opción de irse con ellos a París a vivir o quedarse cambiado pañales. Ella era una niña mimada, por lo que ya sabrán cual fue su respuesta, dejando solo a mi hermano con la bebé.  Greg, para tener la corta edad de 17 años ama ir de fiesta, más bien beber en ellas y emborracharse hasta perder el conocimiento. Es bastante problemático, mis padres ya no saben qué hacer con él, Han intentado psicólogo, terapia grupal, controlarlo para que no salga. Pero todo es en vano, el siempre encuentra la forma de emborracharse con algo.  Bruno, es el más tranquilo de nosotros. Es muy callado, en comparación con nosotros tres que somos unos bocazas. Él se encierra en su mundo, que es la música. Ama tocar el piano y lo hace de maravilla.  Por mi parte no soy alguien muy interesante. No soy popular, ni divertido, no tengo ningún talento, aunque mi madre insista que todos tenemos alguno. Mi vida es normal y aburrida, pero todo cambió cuando lo conocí a EL.  **************  Todo comenzó una mañana normal.  Después de desayunar mi padre nos llevó al colegio, que es religioso, además de muy estricto y conservador.  Al bajar del auto vemos al director, que un cura muy poco simpático, al costado de la ventanilla de mi padre.  - Buenos días Sr. Russo, ¿le importaría bajar? Tengo algunas cosas de que hablar con usted, con respecto a Dominic. - dice. Mi padre me mira confundo aún sin bajarse del auto.  Normalmente son Marco y Gregorio por quien le llaman la atención a mis padres.  Suspira y baja del auto. El cura camina hacia el colegio, yo con mi padre vamos detrás.  - Ay Dom - dice mi padre frustrado. - De ti no me lo esperaba. Ahora nos queda Bruno, antes de terminar internado de los nervios con tu madre.  Entramos al colegio y los dirigimos hacia la oficina del director.  - ¿Y qué hiciste?... Así estoy preparado.  Me quedo callado.  ¿Como decirle en esos segundos el verdadero motivo del llamado? ¿Como decirle algo a lo que no sé cómo reaccionara? ¿Como decirle sin que le dé un infarto que me gustan los hombres?  A los minutos nos encontramos los tres en la oficina. El director sentado en su escritorio, mi padre y yo sentados en las sillas de enfrente.  -Sr. Russo el motivo por el que deseo hablar con usted es por cierto comportamiento que está teniendo su hijo, cierto comportamiento que no puede ser aceptado en nuestra institución - dice entrelazando sus manos.  Mi padre me mira confundido y luego lo mira al director.  - Disculpe, no estaría comprendiendo. ¿Está seguro que es por Dominic? ¿No por Marco o Gregorio? - dice incrédulo mi padre.  -Sr. Russo, lo llame por Dominic- dice el cura más serio de lo normal. - De sus otros dos hijos hablaremos más tarde con respecto a la reciente paternidad de uno y los malos hábitos del otro. Por el momento nos centramos en Dominic. Encontramos esto en casillero de su hijo  Abre uno de los cajones de su escritorio, saca una revista y la tira sobre su escritorio para que mi padre la vea.     Se me para el corazón porque sé de qué trata.  Miro de reojo a mi papá, que está petrificado mirando la revista.  Era una revista de porno gay, en la que en la portada hay un hombre de espalda, pero se ve su trasero desnudo.  - Y eso no es todo... -continua el director. Mi padre levanta la visa y lo mira- Días antes lo encontramos a él y a otro alumno en los baños, en hora de clases en una situación bastante comprometedora.   Viene a mi mente la situación de la semana pasada....  Mark y yo veníamos de días jugueteando y coqueteando el uno con el otro.  Estábamos tan calientes que no premeditamos cuando pedimos para salir al baño en clases para estampar los labios del uno con los del otro.  Cuando entro el profesor para ver porque tardábamos tanto y nos encontró más bien a mí con mis manos dentro del pantalón de Mark.  La propuesta del director era sencilla no estaríamos expulsados ni les diría a nuestros padres siempre y cuando "mantengamos esos pensamientos impuros fuera de nuestra cabeza y sigamos el camino de Dios siendo buenos miembros de nuestra comunidad."  Obviamente yo me opuse enseguida sacando mi orgullo luchador afuera, pero mis ánimos desaparecieron tan rápido como llegaron al escuchar a mi enamorado reprocharme para que me callé.  Quede en shock al escucharlo aceptar todos los términos del director, empezando porque no quería vernos cerca el uno del otro. Al salir lo confronte. A lo que me respondió:  -Yo no estoy dispuesto a perderlo todo por una simple jugarreta. ¿Tu si? - y se marchó sin dejarme tiempo para replicarle, dejándome tirado con el corazón roto.  No es que lo amara, pero fue mi primer enamoramiento y me desilusión que yo haya significado tan poco para él.  Volviendo al presente escuchó al director hablar sobre los valores de la institución, y sobre cómo tengo que reprimir mis sentimientos y pensamientos inmorales.  -Eso es absurdo. - dice mi padre algo molesto. Quedó sorprendido- No voy a consentir que opriman a mi hijo para que ustedes mantengan las apariencias de que son un colegio excepcional aprobado por Jesús.  -Sr. Russo...- dice el cura interrumpiendo.  -No, no, no, no termine. -continúa diciendo aún más enojado. - Todos ustedes los "católicos", "amantes de la biblia" - hace comillas con los dedos. - son bastantes hipócritas, predican el amor al prójimo, el perdonar, a aceptar a los otros y no que otras tonterías. Pero la verdad es que les importa una mierda el prójimo.  - Sr. Russo, no tiene la necesidad de ofenderme a mi o a los católicos...  - Usted empezó ofendiendo a mi hijo, queriendo hacer que reprima sus sentimientos. - mi papá se para - la reunión terminó, no hay nada más que hablar. Y no se preocupe de que mis hijos difamen su preciado colegio, no van a volver a pisar un pie acá. Buenos días. Vamos Dominic.  - Papá…- trató de calmarlo aún sentado.  -Dije, ¡VAMOS DOMINIC! - y sale de la oficina echo una furia. Me levanto y salgo detrás de él.  Papá buscó a mis otros tres hermanos de sus respectivas aulas y volvimos a casa.  El camino de vuelta fue silencioso, mis hermanos no entendían nada. Pero al ver la cara de papá tan enojado ni se atrevieron a preguntar.  Al llegar a casa ellos subieron a sus habitaciones sin decir una palabra. Papá y yo nos sentamos en las banquetas altas de la cocina a esperar que llegue mi madre.  A las horas apareció mi amorosa madre por la cocina sonriente como siempre, al vernos tan serios su semblante cambio.  - ¿Por qué esas caras chicos? - pregunta preocupada.     ******************  -Todo esto es culpa mía, por dejarme influenciar por tu madre y dejar que los inscriba en ese colegio tan elitista. - dice mi padre después de contarle a mi mamá los acontecimientos de esta mañana.  - Ay por favor Anthony - dice mi madre  - Es la verdad Jocey, sabes que nunca me agradaron esos come hostias. Viste con la cara que nos miraron, cuando dijimos que apoyaríamos sin problema a Marco con respecto a Nina. Lo miran como si hubiera matado a alguien y la bebé fuera la evidencia.  - No todos los creyentes son así, Tony. Hay muy buenas personas, en algunas partes. Soy creyente y no me considero una hipócrita, o al menos trató de no serlo  -Si, eres creyente, pero eso no te hace ser o actuar como ellos. Rechazar a alguien porque es padre sin estar casado, o tener la edad suficiente para tener un hijo. O repudiar a otro por su orientación. Eso no es amar al prójimo Jocelyn. No me cuelgo las medallas de ser una persona moralmente buena, porque no lo soy. Pero no crítico, o juzgo a las personas por sus elecciones de vida. Todas las personas tienen en derecho de hacer lo que les haga feliz. Nuestros hijos son niños buenos, no mataron a nadie por Dios. - dice mi padre molesto. Se sienta en la baqueta. Quedamos en silencio. - Sabes que es lo que más me molesta de todo esto -continua papá- Que no nos hayas dicho Dom, que no te hayas abierto con nosotros. -me mira con tristeza- Se que somos algo exigentes, pero con respecto a las notas o con su comportamiento porque queremos que mejor para ustedes, que sean personas de bien, responsables. Queremos que sean felices, eso significa que amen a quien los haga felices y que los ame de igual manera. No importa si es una mujer o un hombre mientras ustedes sean felices.  Al escucharlo hablar así me siento culpable de no haber contado antes como me sentía, como me siento.   Mis padres siempre nos han apoyado en todas las decisiones que hemos tomado. Sobre todo, con Marco que vive en casa con Nina desde que Valeria se fugó. Le dijeron que lo iban a ayudar económicamente hasta que termine la secundaria, y que después de eso se busque un trabajo.  -Lo siento.... A ambos - digo - Tenía miedo, no es tan fácil decirlo en voz alta. Aún me cuesta aceptarlo. No sabía cómo iban a reaccionar ustedes, Marco, Gregorio o Bruno.  - Hijo, los apoyaremos siempre elijan lo que elijan hacer con su vida. Siempre que sea el bien. - dice mi madre con una sonrisa tierna.  - Los amo, son los mejores - los abrazo.  - Nosotros también te amamos - dice papá correspondiendo mi abrazo.  - Pensé que éramos seis los miembros de esta familia, no tres - dice Gregorio entrando a la cocina tan sarcástico como siempre.  - Somos siete, te olvidas de Nina - dice Marco atrás de él con su hija alzada.  - ¿Estaban escuchando? - dice papá sorprendido.  - ¿Te extraña? - dice Marco.  - No, para nada - ríe papá  - Entones no les molesta que yo sea....  - Auch....- dice Greg apoyando la mano en su corazón fingiendo dolor- Eso duele hermano.  - No seas idiota Dom - dice Marco  - Si, ni que seamos unos católicos homofóbicos como los del colegio.   No puedo evitar sonreír.  - Papá, ¿qué haremos con el colegio? El año recién empieza - dice Bruno suave- Y por lo que escuchamos nos auto expulsaste.  - Y ya tenías que cagarla Bruno... - dice Gregorio levantando los brazos.  - Yo no quiero terminar limpiando vidrios, ¿tu sí?  - Tranquilos, tranquilos. Nadie va a terminar limpiando nada. Yo me encargo, buscaré una solución. Una que sea no volver a poner un pie en ese colegio del infierno.  - ¡Anthony! - lo regaña mamá  Los cinco reímos. Rio con ganas, como siempre que estoy con ellos.  - Ahora si abrazo grupal- dice papá.  Nos abrazamos los seis.   Amo a mi familia y me siento muy afortunado de tenerlos y de que sean como son. Mientras los tenga sé que todo estará bien.