Alexia tomó la mano de Erick y esperó impaciente a que Clarissa abriera la puerta, de repente la luz de porche se encendió y lentamente apareció en el umbral una mujer de unos cincuenta años, con su cabello cubiertos en canas visiblemente despeinado y en pijamas. — Alex…—miró a la pareja e interrogó—. ¿Sucede algo ? ¡Ya es tarde! — Lo sé, disculpa la molestia pero necesitamos ver a Jack—habló y Clarissa asintió—. Él es Erick Smith, el padre del niño. — Mucho gusto Erick—extendió su mano y lo saludo con una sonrisa—. Está niña me ha contado muchas cosas sobre ti. — El placer es todo mío y espero que sean solo cosas buenas—respondió el abogado. — Por supuesto, pero pasen no se queden ahí —ordenó abriendo más la entrada—. Jack está en su cuarto, seguramente se despertó con los golpes.

