Una hora más tarde ambos estaban en la cocina preparando el desayuno, el semblante de Erick era diferente, estaba serio y no podía dejar de idear un plan para arrastrar a su padre hasta la misma puerta del infierno cuando rescatará a su madre y a Clarissa de sus garras. Aún no sabía bien cómo actuar, sin embargo de algo sí estaba seguro y era que de ese día no pasaría, ese malnacido no podía seguir impune y él haría todo lo que estuviera en su alcance para que así sea. — Debemos despertar a Jack —dijo Alex y lo sacó de sus pensamientos. — Si tienes razón —se sirvió una taza de café y fijo su mirada en el liquido n***o y humeante intentando apaciguar el tormento de incertidumbres que se agolpaban en su mente, entonces después de beber un trago dijo—. Ya es tarde y será mejor que salgamos

