Por Ivana Fuimos al comedor, estaba muerta de hambre, pero tenía razón Ludmi, al segundo bocado, me alejé de la mesa, porque me molestaba el olor. Willy se quedó a cenar con nosotras. -Así fue todo el embarazo, no sabés lo que fue al principio, creo que bajó 3 kilos, no podía tomar más que agua. -Ivana, yo jamás te hubiese dejado sola. Se sentía culpable. -Lo sé. -No tengo derecho a quejarme, pero también voy a ser papá ¿Qué le hace falta? Quiero comprarle cosas. -Tarde para eso, tiene a la madrina más loca del mundo, vení, te muestro la habitación de la bebé. Fuimos los tres al dormitorio. Había de todo, parecía una juguetería y una casa de venta de artículos de bebés. -No te diste cuenta, pero le anexamos un rubro a la importación, que eran artículos de bebe, todo para tu hij

