CIEN DIAS

964 Words
Estoy de pie en la puerta que da al jardín observando hacia la habitación de Seri, hace unas horas llegamos a casa luego del ataque que sufrimos en el karaoke. Cuando el señor Wang se enteró nos pidió que nos quedáramos en casa mientras él se encargaba de arreglar todo en el lugar. Cuando llegamos Baek tomo a Seri en brazos llevándola a la su habitación dejándome muy preocupado ya que ella estaba muy asustada y nerviosa. Por eso me encuentro aquí esperando el cambio de guardia para ir a verla. - No lo hagas – escucho a mi hermano tras de mí. - ¿Qué no haga qué? – pregunto sin volverme a verlo. - No vayas con ella, no necesitamos todo el drama que conllevaría una relación entre ustedes – dice molesto, aunque yo sea consciente de ello solo quiero cerciorarme que este bien. - Vigila que nadie me descubra – digo antes de atravesar el jardín en silencio entrando a la habitación de Seri. Al hacerlo veo que todo está oscuro, por lo que me acerco hasta la cama encendiendo una de las lámparas que tiene en sus mesitas de noche y entonces la veo completamente dormida. Me siento en el borde de la cama cerca de ella observándola. Sonrió ampliamente mientras acaricio su rostro antes de besar su frente apagando la luz, pero cuando estoy por irme escucho su voz. - Quédate - No puedo – respondo volviéndome a verla al tiempo que ella enciende de nuevo la lámpara, aunque con luz más tenue. - Por favor - pide ella con los ojos llenos de lágrimas. Asiento con la cabeza volviendo con ella que levanta la sabana haciéndome espacio para que me acueste. Cuando lo hago la abrazo y ella a mí, beso su cabeza escuchándola sollozar. – fue horrible, sabía que este momento iba a llegar, pero una cosa es saber que se debe hacer y otra cosa es hacerlo. La sensación es horrible. - La sensación pasara y con el tiempo se hará más fácil – digo a lo que ella asiente con la cabeza aferrándose más a mí. Acaricio su cabello hasta que su respiración se vuelve más suave por lo que con sumo cuidado la acomodo en la cama, me pongo de pie apagando la luz para salir de allí. Al volver a mi habitación veo a Sebastián enojado que simplemente se pone antes de salir dejándome solo. Decido sentarme a leer junto a la ventana y de esta forma estar pendiente de Seri hasta que los primeros rayos de sol iluminan el lugar. Me pongo de pie para irme a cambiar ya que debo ir a entrenar. Los días comienzan a pasar sin que sepa nada de Seri ya que por lo que nos contó Baek, su padre la saco de Corea por lo que sucedió en el Karaoke ya que iban por ella. Por lo que durante los siguientes meses me concentro en el entrenamiento y en disfrutar de ese año al máximo. Camino lentamente por el distrito gangnam, decidí salir solo ya que quería despejar mi mente. Nuestro tiempo en corea está llegando a su fin ya que nos quedan exactamente cien días para volver a Madrid. Durante estos meses han cambiado muchas cosas. El entrenamiento tuvo momentos fuertes, pero es lo que necesitábamos y cuando volvamos a casa estaremos listos para asumir las responsabilidades que nuestro padre quiera darnos al ser sus hijos mayores. Salgo de mis pensamientos al pasar junto a una joyería viendo algo que llama mi atención por lo que entro comprando el collar que me gusto. Es un sencillo collar de platino con un pequeño diamante pensando en una sola mujer a quien regalárselo. Cuando salgo de la joyería mi celular suena viendo que se trata de mi hermano. - ¿Dónde estás? - En algún lugar de Seúl – respondo guardando el collar en mi abrigo mientras camino por la calle. - Con Baek vamos a comer ramen – dice riendo - ¿quieres venir? - ¿estas confesándome tu amor? – pregunto divertido escuchándolo reír - Idiota – dice haciéndome negar con la cabeza - ¿vienes o no? - Envíame la dirección – digo para luego colgar, unos minutos después me llega la dirección del lugar. Me subo a un taxi dándole la dirección y en unos minutos llego al lugar, entro enviándole un mensaje a mi hermano diciéndole que estoy en el restaurante. Mientras espero tomo la cajita en la que está el collar abriéndola observándolo. - ¿Por qué te compre? – pregunto observando la hermosa joya hasta que veo a mi hermano y Baek llegar por lo que rápidamente guardo el collar. - ¿Dónde estabas? – pregunta Sebastián observándome curioso. - Caminando – respondo observándolos. Rápidamente pedimos de comer, cerveza y soju. Cuando nos traen lo que pedimos comenzamos hablar de cosas triviales y recordar anécdotas de lo que sucedió en el entrenamiento. Pasamos un momento único olvidándonos de todo. Cuando volvemos a casa vamos hablando sobre un viaje que estamos planeando a Rusia una vez que terminemos el entrenamiento. al entrar a casa veo algo que me deja perplejo. Seri se encuentra al final de las escaleras abrazando a su padre, siento como el pulso se me acelera cuando su mirada se posa en mi regalándome una radiante sonrisa. - Seri – dice su hermano yendo hasta ella abrazándola – te extrañe - Y yo a ti – responde observándome directamente a los ojos. - Esto me da nauseas – susurra Sebastián solo para que yo lo escuche. - Siguen aquí – dice ella apartándose de su hermano caminando hasta nosotros. - No por mucho tiempo – responde Sebastián haciendo que ella se vuelva a verme. - Cien días exactamente...
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