Enamorando a la CEO

Capitulo III

—No sabría decirle señorita, solo me indico que le avisara cuando llegara.

—De acuerdo, muchas gracias—en vista de lo sucedido con el zapato creí prudente caminar descalza hasta la oficina.

Tras haber entrado mi madre me observo de pies a cabeza, preocupándose por verme sin zapatos y el hecho de que no había contestado el teléfono, además de que no llegara en mi auto.

—Madre, estoy bien. Mi teléfono se descargó, uno de los zapatos tuvo un incidente, Britney se llevó mi auto y la persona que esperábamos para la negociación no llego, se hizo tarde y pues…—recordando los sucesos ocurridos preferí omitirlos y llegar al punto donde Brad me recogió debido a que no contaba con vehículo.

—Aun asi me preocupe al llamarte y que no respondieras, Fey, eres lo único que me queda de Frederick, sobre todo al no querer que la seguridad te resguarde. Estas siendo muy obstinada en no acatar la norma que le prometiste a tu padre.

—No es eso madre, es solo que deseo un poco de libertad, toda mi vida he sido resguardada y cuidada, siento que no se muchas cosas.

—Deberías sentirte afortunada, la vida está llena de seres perversos y situaciones horribles, te hemos cuidado de eso.

—Quizás tengas razón madre, aun asi…

—A partir de mañana saldrás con la debida seguridad, en especial ahora que eres la directora de la empresa. Así que espero no refutes.

—Sobre el tema de la empresa quería hablarte, madre.

—¿Que sucede? Hay inconvenientes con los empleados, porque de ser asi…

—No madre, no es eso, es solo que…—era tan difícil de pronunciar en palabras que no me sentía preparada para un puesto de esta magnitud que no sabía cómo expresarlo.

—Fey, fue un día largo y apenas empiezas como directora, vamos a cenar y luego descansas. Mañana podemos hablar al respecto.

Asintiendo para evitar decir lo que en realidad deseaba referir, preferí callar y seguir como indicaba.

Patricio.

—Tal parece que nunca aprenderás, hijo. ¿Que ocurrió esta vez para que llegaras de ese modo?

—No empieces tía, solo fue un confrontamiento con el imbécil de Snipe.

—Snipe, ¿él no es el hermano de Vicent, tu jefe?

—En efecto, lo que significa que estoy desempleado nuevamente.

—¡Oh no, Patricio! prometiste que no volverías a quedar desempleado, solo han pasado semanas desde tu ultimo empleo.

—Pues sí, pero lo ocurrido fue debido a una causa justa, ese degenerado iba a… —recordando ese hecho suspiraba con solo recordar a esa chica que aparentemente se llama Fey.

—Por la forma en como suspiras tal parece que una joven estuvo incluida en lo sucedido ¿Me equivoco?

—No tía, no te equivocas, aunque no es cómo crees, esa chica de seguro ni siquiera se recordara de mí, por su aspecto daba la impresión de ser alguien importante y siendo asi no creo que nos volvamos a topar.

—Sería lo mejor…

—¿Porque lo dices? ¿Porque soy un fracasado sin logros?

—No iba a decir eso, yo solo…

—Mejor no sigas, debí desviarme de ruta y no volver a casa, al menos no esta noche—con esa respuesta pretendía retirarme, sin embargo, ella lo impedía.

—No digas eso, sabes que de haberlo hecho estuviese angustiada.

—Déjame ir, debiste seguir tu vida y no encargarte de mí. Quizás mi madre tuvo razón al abandonarme, solo soy un estorbo de la sociedad.

En medio de esa disputa que manteníamos un vehículo llegaba al lugar, pensando que podía tratarse nuevamente de Snipe me ubique en frente, protegiendo de esa manera a quien hasta los momentos se ha encargado de mí.

Aguardando por saber de quién podía tratarse, el rostro conocido de mi amigo de la secundaria me hizo bajar la guardia.

—¡Patricio, que dicha volver a verte! Que cambio, incluso luces más guapo que yo—con esa mención que expresaba me brindaba un abrazo, gesto que le correspondí.

—Timothe, ¿qué haces aquí? Creí que estabas fuera del país.

—Pues no, debo decirte que ocupo la vicepresidencia de una afamada compañía aérea, bueno, la competencia en pocas palabras, ya que si hablamos de afamada diría que esa es la empresa Thompson.

—Mejor entremos, de esa manera comprenderé que te trae hasta aquí.

Aunque mi vivienda no era un lugar decente sabía que con Timothe no tendría problemas, el había sido mi único amigo en la secundaria, diría que el único chico adinerado en tener de confidente a alguien como yo.

—Sigo sin comprender que trajo hasta mi modesta morada la aparición de un vicepresidente de una compañía aérea.

—Pues, aunque no creas lo que diré mi visita se basa en que necesito de tu ayuda.

Su respuesta me parecía extraña, que podría brindarle alguien como yo, ni siquiera entre a la universidad y por lo general estoy desempleado. En pocas palabras me considero un inútil para la sociedad.

—Perdona lo que diré, pero me parece que te equivocaste, ¿cómo crees que podría ayudarte?—en medio de esa pregunta mi tía aparecía con una tasa de café, como de costumbre trataba de ser simpática con él.

—Extrañaba su café señora Lara, asi como a mi valiente amigo. Con respecto a lo que mencionas no me equivoque en venir, diría que eres el indicado para lo que deseo que hagas.

—Solo espero no sea que te defienda de alguien ya que si te percatas hace poco tuvo un confrontamiento—refería mi tía tomando asiento como si la conversación que teníamos fuese de su interés.

—Sí, eso note al llegar, aunque no vine para eso, ya no soy el chico que era defendido por Patricio. El motivo se trata de que te hagas pasar por mí.

Lo que decía era tan descabellado que no podía creerlo, por tal motivo creí que bromeaba.

—Es una broma ¿cierto? De seguro estas aquí porque te casaras o algo asi, no esto.

—No bromeo, y si, es el motivo que me hizo venir. Sé que no nos parecemos y no tendrá importancia ya que con la persona que se hará la negociación ni siquiera nos hemos presentado físicamente.

—Espera Timothe, espera ¿Cómo llegar a eso? ¿Porque debo ser tú? ¿Qué tienes planeado? ¿Acaso es una jugada turbia en la que estas involucrado?

—No, nada de eso, sabes que no soy ese tipo de persona. Te explicare, como vicepresidente debo tener reuniones y demás juntas importantes para concretar acuerdos y negociaciones. Como sabrás soy pésimo para tratar con las personas. Diría que obtuve el puesto por mi record académico y algunas influencias de mis padres, pero en esto estoy nublado y no quiero perder los beneficios que esto traerá, sobre todo siendo una empresa como esa, por eso pido que me ayudes.

—Y siendo asi como dices, no has pensado que no podría funcionar, en la empresa donde estas sabrán que no soy tu.

—No será asi, planeo concretar la cita en un lugar que no sea la compañía. Déjame explicarte el contexto del asunto. Hace poco la empresa Thompson, la numero uno hasta los momentos a nivel mundial ha brindado una propuesta en la que desean forjar una alianza junto a nosotros, de esa manera podremos tener algunos beneficios como los que ellos poseen, diría que será conveniencia para nosotros.

—Comprendo e imagino que ahí es donde quieres que intervenga.

—Exacto, al ser muy importante la negociación no podría dejar todo a mi asistente por ello pensé en ti, eres excelente lidiando con los demás, aunque no llegaste a la universidad posees un dominio para eso y sé que lo harás bien, te indicare todo de ser posible y por supuesto tendrás una gran recompensa de mi parte.

Aunque sonaba tentador lo que decía meditaba al respecto, lo que me planteaba era un reto, estar con personas importantes y más aún lograr eso que desea, por ello sabía que debía pensarlo con detenimiento.

En medio de esa toma de decisión mi tía intervenía con una pregunta extraña.

—Timothe ¿Quién es el propietario de la compañía en la que trabajas?

—Ahora que lo pregunta es un misterio, nadie hasta los momentos lo ha visto, aunque ahora que lo menciona es extraño, lleva tú mismo apellido Patricio, se apellida De Von, Marc De Von...

—Pienso que no deberían hacer tal cosa, Timothe, lo siento, pero deberías buscar a alguien más.

Lo que decía mi tía repentinamente asi como su reacción al saber el nombre del propietario me parecía extraño. ¿Porque comportarse de esa forma cuando recibiría una compensación por lo que haría? En especial ahora que no tengo empleo…