Subí las escaleras y llegué a la terraza, me acerqué al barandal a mirar la inmensidad de la oscuridad, con la luz de la luna podía ver el jardín encantado y después la nada, la selva y el mar eran solamente oscuridad. Me disponía a entrar en la habitación cuando escuché un sonido extraño que me hizo voltear rápidamente, era el aleteo de un ave, pero debía ser un ave muy grande para emitir ese sonido con sus alas miré hacia el cielo y mi corazón comenzó a latir rápidamente ¡era una lechuza!, era la lechuza más grande que había visto en mi vida, corrección, era la primera vez que veía una lechuza, pero nunca imaginé que fueran tan grandes, era enorme; sus plumas blancas brillaban con el resplandor de la luna, se posó sobre la rama de un árbol junto a la cabaña yo no podía dejar de mirarla en realidad se trataba de un animal hermoso y estaba demasiado cerca, sus ojos brillantes parecían mirarme fijamente.
Yo nunca he sido supersticiosa, pero hay un refrán popular que dice «Cuando el Tecolote canta el indio muere», bueno no podía ver las plumas de la cabeza así que no era un búho, era una lechuza y yo había visto en un documental que las lechuzas no ululan así que no había de que preocuparse- ¿Por qué estás pensando estas cosas? – me dije – ¡Estás en la selva! Animales como éste debe haber muchos y debe ser normal que los veas de vez en cuando - ¡debes acostumbrarte! - Me regañé a mí misma y entré en la habitación, cerré la puerta y abrí las cortinas de la ventana quería que los primeros rayos del sol me despertaran para ver el amanecer.
Miré hacia la cama y me di cuenta que la maleta que había dejado encima no estaba y en su lugar había una cesta, en su interior había champú, jabón de tocador, pasta dental, gel de baño, crema corporal y facial con bloqueador solar y un camisón de seda y encaje precioso bordado a mano, todos los productos eran artesanales, orgánicos y biodegradables (ahora entendía el concepto de ecológico); sobre la cesta había una nota:
Bienvenida a «La Reserva» acepta este obsequio de parte de Max y mío, estamos encantados de que estés aquí con nosotros; esperamos que pronto seamos no sólo amigos, sino una familia. P.D. En éste lugar sólo usamos productos naturales y biodegradables por el bien de la flora y la fauna, me tomé el atrevimiento de pedirle al personal de servicio que acomodara tus cosas y desechara los productos químicos de tu maleta, no tienes de que preocuparte, todo el personal es de absoluta confianza. Que tengas dulces sueños … Lol¡Dios mío! Todo en esta mujer es perfecto – pensé- su caligrafía era anticuada, pero impecable, recordé que me encantaba ver los escritos de mi abuelo y la letra era muy similar a la de Lol.
Que hermoso gesto el del obsequio – pensé – pero me sentí invadida en mi intimidad al ver mis maletas vacías y mi ropa impecablemente colgada en el closet, pero sobre todo porque habían desechado hasta mi cepillo de dientes y habían dejado uno nuevo en el baño, coloqué la cesta sobre la mesa de noche y quise estrenar el camisón, pero aún me sangraban un poco las manos y las rodillas y no quise estropearlo así que decidí dormir esta noche con mi camiseta habitual, me lavé las manos, el rostro y limpié mis rodillas; estaba exhausta y mis ojos se cerraban (en este momento agradecí porque me ahorraron la molestia de deshacer las maletas) y caí en la cama rendida.
Sentí la suavidad y la frescura de las sábanas y me perdí…
Abrí los ojos y vi que aún era de noche, tenía la boca seca, necesitaba beber agua o no podría volver a conciliar el sueño así que me levanté y tomé el celular para ver la hora, eran las 3:00 a.m. me levanté y sentí mi cuerpo muy ligero como si flotara, eran los efectos del té que había tomado en casa de Lol pensé, dijo que me ayudaría a descansar y no estaba mintiendo. Salí a la terraza y sentí la brisa fresca, respiré profundamente; bajé las escaleras y recordé que no debía haber nada en el refrigerador así que quizá no habría ni agua, llegué a la cocina y sobre la barra había una jarra con agua y un vaso- que extraño –pensé –supongo que el personal de servicio la había dejado allí para mí, tome agua y volví a subir las escaleras.
Mis ojos se abrieron como platos al ver que la lechuza estaba parada sobre el barandal de la terraza.
- Estarás bien – me dijo – tu cuerpo sanara rápidamente, pero tu alma tardará un poco más; cuando tu alma sane estarás lista.
- ¿Puedes hablar? Espera, ¡Cómo es posible! – debo estar soñando- pensé tallándome los ojos.
- Sólo las personas con el corazón puro pueden escucharme – dijo – y tu llevas mucho amor en tu corazón, el dolor se irá y podrás perdonar, olvidar y amarás de nuevo.
La luz del nuevo día me despertó, la vista desde mi ventana era maravillosa, recordé a la lechuza y las palabras que me dijo y entonces comprendí que todo había sido un sueño, fue algo extraño –los animales no hablan- me dije – y menos te darán consejos de amor. Todo había sido muy real, pero no recordaba cómo había llegado a la cama después de hablar con la lechuza así que definitivamente había sido un sueño.
El ruido de la puerta me sacó de mis pensamientos bajé rápidamente las escaleras y me encontré con la señora del servicio, la misma que había visto el día anterior en la casa de Lol.
- Buen día señorita Miriam, espero no haberla despertado – me dijo al tiempo que puso una bandeja con un delicioso desayuno en la barra de la cocina- La doctora, me pidió que le trajera el desayuno porque usted aún tiene su refrigerador vacío- continuó – también me dijo que me pusiera a sus órdenes, si usted está de acuerdo, yo me haré cargo de la limpieza de la cabaña y de atenderla a usted –
- Muchas gracias- contesté – pero no quiero dar molestias, yo misma puedo hacer la limpieza y atender mis necesidades por lo pronto dispongo de todo el tiempo del mundo. ¿Cuál es su nombre? – pregunté-
- Mi nombre es Zazil señorita – contestó – y no es molestia, venir a limpiar la cabaña dos veces por semana es parte de mi trabajo y también puedo encargarme de preparar sus alimentos, para que coma sanamente y no ande comiendo en la calle-me dijo en tono un poco mandón.
- Está bien Zazil, se lo agradezco mucho- dije resignada- ya me pondré de acuerdo con Lol para pagar su salario – pensé.
Zazil se retiró y yo me dispuse a disfrutar el desayuno, que se veía delicioso, frutos rojos, yogurt, jugo, café con cacao y una tostada con queso y miel, definitivamente yo no acostumbraba a comer tan saludable; Estaba terminando de lavar los platos, cuando sonó el teléfono – Era Lol –
- Hola Miriam, ¡buen día! – exclamó – ¿Qué tal tu primera noche en tu nuevo hogar? – preguntó
- ¡Excelente! – contesté – gracias por el obsequio y por tus atenciones – dije – pensando en el desayuno.
- No tienes nada que agradecer – me dijo – lo importante es que te sientas cómoda en esta casa. Supongo que querrás ir de compras y a conocer los alrededores, me encantaría acompañarte, pero tengo que ir al hospital, a ver una paciente; así que cuando estés lista llama a vigilancia y un guardia te llevará, te invito a almorzar y te acompaño al súper ¿te parece? Te voy a dar un tour por las mejores plazas y todos los lugares que debes conocer para adaptarte pronto a la ciudad, nos vemos a la 1:00 p.m en el hospital. – concluyó –
- ¡Perfecto! Me encanta la idea – contesté – allí nos vemos a la 1:00 p.m.
Me emocioné por el ofrecimiento de Lol de acompañarme a conocer la ciudad, la verdad no me encantaba la idea de hacerlo sola y era una buena oportunidad para conocernos mejor y empezar a construir una amistad.
Eran las 8:30, tenía tiempo suficiente para bajar a conocer la playa y caminar un poco, debo reconocer que nunca he llevado una vida muy sana y tenía unos cuantos kilos demás así que era el momento y el lugar perfecto para empezar a cuidarme, subí a la recamara y sentí la necesidad de ir al baño, que razón tenía Lol al decirme que no me asustara, el té verdaderamente limpió las impurezas de mi estómago, los desechos eran verdaderamente abundantes y de un color n***o. Mi vientre quedó totalmente desinflamado, yo estaba sorprendida, tenía que pedirle a Lol que me diera más de ese té, incluso sentí como que estaba un poco más delgada.
Me puse ropa y calzado para deportes y comencé a caminar sendero abajo, las aves habían vuelto al estanque y hacía un sol esplendoroso, pero aún sentía la frescura de la mañana, estaba un poco nerviosa por los animales, pero ya había pasado la prueba de caminar de noche, así que de día debía ser mucho más sencillo, era hermoso caminar admirando la vegetación, de vez en cuando cruzaba corriendo alguna iguana o alguna guacamaya volando muy cerca de mí; Caminé aproximadamente quince minutos cuando encontré un crucero en el sendero. A la izquierda iba hacía el acantilado a la casa del doctor Maximiliano y había otro camino a la derecha que no me dijeron hacia donde iba, pero más adelante tendría tiempo de explorar, continué por mi camino y diez minutos más tarde llegué a la playa ¡Woow! Se trataba de alrededor de un kilómetro de playa, a mi izquierda aproximadamente a trescientos metros podía ver claramente la formación rocosa del acantilado y en la cima la casa de Maximiliano con vista al mar, más que una casa parecía un castillo medieval, construido con piedra y cantera, hacia el lado derecho la extensión de la playa era mucho más larga, formaba una pequeña bahía y en el extremo se levantaba otra formación rocosa, no tan alta como la del acantilado, pero no permitía ver que había del otro lado, ahora entendía a qué se refería Iván (El chofer del Uber) al decir que a los dueños de «La Reserva» les gustaba la privacidad, el mar asemejaba una enorme alberca y aproximadamente a doscientos metros mar adentro se podía ver la formación rocosa que impedía que alguna embarcación pudiera acercarse demasiado a la playa.
Decidí caminar hacia la izquierda, tenía curiosidad por ver la casa de Maximiliano más de cerca y además era mucho menos distancia que para el otro lado, intenté trotar, pero mi condición física no me lo permitió por mucho tiempo así que decidí no presionarme, algún día lo lograré-pensé- y opté solo por una caminata rápida, conforme avanzaba la playa se volvía más angosta, de mi lado izquierdo comenzaba a levantarse una enorme pared de roca y a mi derecha el agua del mar cada vez más cerca; cuando llegué al final de la playa pude ver un pequeño muelle de madera con dos motos acuáticas atadas a un tronco y una escalera construida entre las rocas, hacia un balcón de la casa, supongo que Maximiliano acostumbraba a bajar por allí directo al mar sin dar la vuelta por dentro de la selva, miré hacia arriba y tuve curiosidad por subir la escalera pero sentí un hueco en el estómago al pensar en la altura, me di la vuelta y comencé a regresar, llevaba casi una hora caminando, estaba un poco cansada y el sol se sentía un poco más intenso.
Había logrado sudar un poco con la caminata y no pude resistir meterme al mar, no me puse un traje de baño bajo el pants, pero supongo que nadie puede verme aquí así que me quité el pants y la sudadera y me metí al mar en ropa interior, el agua era un poco fría, pero estaba tan acalorada por mi caminata que pronto me aclimaté y comencé a disfrutarla, avancé aproximadamente veinte metros y el agua solo me llegó a media pierna, seguí avanzando y en cuanto sentí profundidad suficiente comencé a nadar, nadé por quince metros más y me sorprendí al darme cuenta que ya no podía ponerme de pie, estaba demasiado profundo, pensé que podía llegar nadando o caminando hasta la formación rocosa, pero sólo un nadador experto y con excelente condición física lo lograría y ese no era yo, así que decidí regresar nadando hasta donde mis pies tocaran piso firme. De pronto, sentí como si alguien estuviera mirándome desde la casa, volteé la mirada esperando ver a Maximiliano o a alguien de servicio en el balcón, pero quien estaba allí era el perro, ¡No puedo seguir diciéndole el perro! –pensé- debo preguntar cómo se llama. Había tardado demasiado y tenía que prepararme para mi cita con Lol así que decidí regresar a la cabaña.
Faltaban 20 minutos para la 1:00 cuando llegué al hospital, era más grande de lo que imaginaba, entré y pregunté a la recepcionista por la Doctora Lol y me indicó como llegar al consultorio, cuando llegué la puerta estaba entre abierta y Lol hablaba con un hombre, supuse que era un paciente así que decidí esperar afuera pero no pude evitar escuchar:
- Quiero que me cuentes cada detalle de lo que le pasó a Dayami, los paramédicos dicen que la atacó un jaguar, pero es una niña muy pequeña y delgada un jaguar la habría destrozado de un solo zarpazo.
- Era un «way» doctora, yo lo vi con mis ojos- dijo el hombre.
- ¿Por qué crees que fue un «way» el que la atacó? -Preguntó Lol –
- Porque quería llevársela viva, quería llevársela, pero yo le disparé y estoy seguro que le di en el lomo por eso la dejó y huyó.
- Escucha – dijo Lol – la niña tiene desgarrado el brazo y perdió mucha sangre, afortunadamente los médicos lograron reconstruir los tejidos y ya le hicieron una trasfusión, ella va a estar bien, pero existe el riesgo de que los movimientos del brazo no los recupere del todo. Aquí en el hospital estará segura pero aun así no debemos dejarla sola, es importante que siempre esté alguien con ella; si como dices el que la lastimó fue un «way» debe quererla por algo muy específico, ellos no eligen a sus víctimas al azar, Dayami debe ser especial para él.
- ¡Dicen que se comen a los niños doctora!
- No Kabil, si esa hubiera sido su intención, la habría matado allí mismo; estoy segura que su intención era otra, ve con ella y yo vendré mañana a revisar que todo vaya bien.
La conversación fue muy extraña, más tarde buscaré en internet que significa «uay» - pensé –
El hombre salió, me miró y me hizo un gesto para que entrara.
Almorzamos en un restaurante de comida orgánica y por supuesto Lol eligió lo que yo debía comer y no me permitió pedir un refresco, luego fuimos al supermercado y se encargó de que no comprara nada con mucha azúcar, nada de harinas y nada de chatarras.
- Voy a encargarme de purificar tu organismo y te transformaré en una persona muy sana. ¡Ya lo veras! - Me dijo –
Yo solo sonreí y la dejé hacer – En fin, comeré sanamente y llevaré una vida más saludable –pensé-
Regresamos a casa un poco antes de las 6:00 p.m. y apenas llegamos bajó del auto y le ordenó al guardia que me ayudara con las compras.
- Nos vemos mañana - dijo – tengo algo importante que hacer- y se fue rápidamente.
Llegué a la cabaña y Zazil estaba allí esperándome, para ayudarme a ordenar todo lo que había comprado.
- Voy a prepararle una cena ligera y un té para que descanse señorita –
- Gracias Zazil, lo voy a necesitar, porque esto de ir de compras fue bastante cansado – le contesté
Sabía que no aceptaría una negativa por respuesta así que decidí dejarme consentir.
- ¿Sabes Zazil? A partir del lunes voy a empezar a buscar trabajo, así que voy a necesitar desayunar muy temprano, voy a buscar en internet, pero también vi en la ciudad una agencia de empleos así que quiero ir allí a primera hora.
Subí a la terraza a ver los últimos rayos del sol, Zazil me subió la merienda y se fue, esa noche «mi amiga» la lechuza volvió …
Abrí los ojos y nuevamente sentí sed, bajé las escaleras sintiéndome como una ligera pluma, al ver la jarra con agua y el vaso en el mismo sitio de la otra noche, comprendí que nuevamente estaba soñando, era exactamente el mismo sueño, después de beber agua, subí las escaleras y la lechuza estaba allí sobre el barandal; mirándome fijamente. –Recordé que estaba soñando así que podía hacer lo que yo quisiera- así que la saludé-
- Hola – le dije – has regresado.
- Éste es mi hogar –contestó- y ahora es el tuyo también.
- Tengo miedo – balbucee
- No hay nada que temer, nosotros cuidaremos de ti-
- ¿Nosotros? - pregunté
- Tu destino está ligado a nuestra familia, tu pureza liberará al cautivo.
Los rayos del sol entraban por la ventana y desperté, nuevamente no podía recordar cómo había llegado a la cama después de hablar con la lechuza – que sueño tan extraño pensé –pero el paisaje hizo que pronto lo olvidara, tal vez esta noche volvería…