Capítulo 3

1685 Words
Era sábado y decidí disfrutar la playa, así que después de desayunar me puse un traje de baño y le comenté a Zazil mis intenciones, ella llamó a vigilancia y les dijo a los guardias que me llevaran lo necesario. Cuando llegué a la playa había allí una sombrilla, un camastro y un juego de toallas limpias, más tarde me envió con el guardia una bandeja con fruta fresca y una jarra con agua de crema de coco y una jarra con agua natural, - me habría encantado un refresco –pensé- pero bueno poco a poco me iré acostumbrando. Pasé toda la mañana en la playa, nadé un rato y tomé el sol, terminé un libro que hacía mucho tiempo tenía inconcluso y pensé que nunca podría cansarme de este paisaje y estas comodidades. Noté que el traje de baño me quedaba un poco grande, pensé que era muy pronto pero mi cuerpo era notablemente más delgado y eso me encantaba. Regresé a la cabaña pasado el mediodía, me di un delicioso baño de tina y cuando bajé Zazil había preparado el almuerzo. Esa mañana no vi a Lol para nada, recordé que le había dicho a aquél hombre que iría al hospital a ver a la niña que atacó el jaguar y recordé que iba a buscar en internet la palabra «uay» busqué mi celular para buscarla en ese momento, pero me di cuenta que mi celular no tenía señal, había teléfono fijo, así que podía haber internet; tendría que preguntar a Lol si podía contratar alguna compañía que me proporcionara el servicio. Después de comer decidí dar un paseo por los alrededores, hasta ahora solo conocía la playa y la casa de Lol, pero la propiedad era muy grande así que debía haber mucho más para ver. Era mi tercer día en la cabaña y aún no había conocido a Maximiliano, realmente sentía mucha curiosidad por conocerlo, si se parecía a su hermana, seguramente sería un hombre muy atractivo, era médico, altruista, con una posición económica estupenda; seguramente debe tener a sus pies cientos de mujeres ¿Por qué seguirá soltero? – me pregunté –Tenía entendido que él atendía el hospital durante la noche, así que tal vez duerma durante gran parte del día; pero hoy era sábado y tal vez, no iría al hospital, así que quizás, tendría oportunidad de conocerlo. Decidí salir a caminar para conocer los alrededores, la casa de Maximiliano me daba mucha curiosidad, era la más alejada de la propiedad y parecía una fortaleza, caminé hacia la playa, y cuando llegué al sendero que conducía hacia allí, comencé a sentir una sensación extraña, como cuando tienes un presentimiento, estaba muy nerviosa, como cuando era niña e iba a hacer una travesura. Comencé a caminar hacia la casa, había avanzado aproximadamente doscientos metros, ¡Oh Dios qué grande es este lugar! La distancia entre cada una de las casas es enorme. - Pensé- A medida que avanzaba la casa se veía aún más impresionante ¿Estaría allí Maximiliano? ¿Y si me encuentra husmeando?, estaba tan absorta en mis pensamientos que casi muero de un infarto cuando el perro salió a mi encuentro, se lanzó sobre mí y comenzó a lamerme la cara; el guardia tenía razón, era un animal muy cariñoso, intenté seguir avanzando, pero el perro no me dejó dar un paso más allá, él me cerraba el paso cada que intentaba avanzar, de pronto, escuché una voz que lo llamaba: —    «¡Maxi!» — Gritó — se trataba de Lol que estaba tras de mí. —    No asustes a nuestra nueva amiga, va a pensar que eres un mal educado, ¡siéntate! El perro inmediatamente obedeció y se sentó delante mío con cara de niño regañado. dijo —    ¿Se llama «Maxi»? - pregunté extrañada de que el perro se llamara igual que su dueño. —    ¡Oh, no!, eso es una broma entre mi hermano y yo, yo le llamo así para hacerlo enojar. Sutilmente, me tomó del brazo y comenzamos a caminar de regreso a mi cabaña; yo tomé ese gesto, como una advertencia que me decía que no me acercara por allí. Extrañamente, «Maxi» comenzó a caminar junto a mí. —    Por cierto, — me dijo ella — Zazil me comentó que comenzarás a buscar trabajo. —    ¡Ah sí! Le dije que lo haré a partir del lunes. —    Justamente, es por eso que te estaba buscando, tenemos una vacante en la administración del hospital, ¿Te gustaría trabajar con nosotros?, voy a solicitar a recursos humanos que te haga una oferta laboral, y si estás dispuesta, te puedes considerar contratada. —    ¿De verdad? Lol, de verdad, muchas gracias, claro que lo voy a considerar, no sabes que feliz me haces, conseguir trabajo era mi mayor preocupación. —    Te vez muy bien, tal parece que el cambio de hábitos te ha sentado bien — dijo satisfecha de haberme obligado a no comprar dulces ni chatarras en el supermercado. No esperó respuesta de mi parte, simplemente me encaminó hacia la cabaña y se fue, entré en la casa y cerré la puerta, «Maxi» se fue caminando tras ella moviendo su cola. Esa tarde, mi deseo de curiosear por la propiedad, se frustro,  así que tomé un libro que me habían obsequiado días atrás, subí a la terraza y me recosté en la hamaca y comencé a leer, se trataba de una novela romántica; después de un rato de lectura, me quedé dormida en la hamaca, no sé cuánto tiempo pasó, pero comencé a tener un hermoso sueño, en el cual yo era la protagonista de la novela, no recuerdo de que se trataba el sueño solo recuerdo unos hermosos ojos castaños mirándome fijamente, me miraban con curiosidad directamente a los ojos, era como si a través de ellos quisieran conocer mi alma; y yo, yo no podía, ni quería, dejar de mirarlos, reflejaban tanta paz y tanto amor  que se quedaron grabados en mi mente para siempre. De pronto, sentí la extraña sensación de estar siendo observada y muy a mi pesar, abandoné mi maravilloso sueño y abrí los ojos, mi corazón comenzó a latir rápidamente y un grito se ahogó en mi garganta del susto; «Maxi» estaba parado junto a mí mirándome fijamente a la cara, tenía sus patas delanteras sobre la hamaca, mi sorpresa fue tan grande, que casi me caigo, no podía entender cómo había entrado en la casa, si yo estaba segura de haber cerrado la puerta. Increíblemente, el hermoso cuadrúpedo parecía haberse dado cuenta del susto que me dio y comenzó a restregar su cabeza en mis piernas pidiéndome que lo acariciara, eran casi las cuatro de la tarde cuando recibí una llamada de Lol, para invitarme a cenar en su casa, acepté de inmediato, intenté sacar al perro de la casa, pero no lo conseguí, se instaló en mi cama mientras yo me cambiaba de ropa; por un momento me sentí cohibida al desnudarme delante de él, pero inmediatamente yo misma me convencí de que estaba loca. Salí rumbo a casa de Lol, ya se me estaba haciendo hábito caminar, disfrutaba tanto la tranquilidad y la vista, inexplicablemente me hacía sentir una profunda paz interior, mi nuevo amigo caminaba junto a mí y eso también me hacía sentir más segura. En cuanto llegamos a casa de Lol, ella ya me esperaba en la puerta, su cálida sonrisa de bienvenida me hacía sentir como si estuviera llegando a casa de una hermana. La cena estuvo maravillosa, únicamente platillos sanos y ligeros, pero totalmente deliciosos y para rematar un delicioso café con cacao y un pequeño pan integral con piloncillo, que para mí fue como recibir un premio por haberme comido la ensalada. «Maxi» se echó junto a mis pies durante toda la cena, me sorprendí mucho cuando Zazil le llevó una suculenta pechuga de pollo servida en un plato de la misma vajilla de los que había en la mesa. En cuanto terminamos de cenar pasamos a la sala y por supuesto «Maxi» se subió a sofá y se sentó junto a mí, apoyando la cabeza en mis piernas, Lol me ofreció una taza de ese maravilloso té desintoxicante y la conversación se tornó un tanto personal. —    Y cuéntame — dijo ella — cómo es que decidiste dejar tu vida en la gran ciudad y venir a vivir aquí, ¿tienes pensado quedarte por mucho tiempo? O solamente por una temporada. Le conté mi desafortunada experiencia matrimonial con lujo de detalles, y me sorprendí a mí misma que ya no sentía absolutamente nada al hablar de ello, incluso podía hablar de ese bebé en el vientre de mi amiga, como una bendición en la vida de mi ex, ya que yo no pude darle el hijo que él tanto anhelaba. Le dije que deseaba establecerme, y que si no conseguía trabajo pronto, tendría que rentar un lugar más económico para vivir, pues no quería regresar a la ciudad de México a vivir con mis padres. Nuevamente, Lol se sorprendió al darse cuenta que era tarde y estaba a punto de oscurecer, me pidió que me fuera porque ella tenía una emergencia, debía ir al hospital a ver un paciente grave, salí rápido y «Maxi» salió conmigo, yo ya no tenía miedo de regresar sola caminando y menos ahora que me acompañaba mi fiel guardián, sin embargo en cuanto salimos de la casa y comenzamos a caminar, salió corriendo internándose en la selva y me dejó sola y absolutamente confundida. Llegué a mi casa, entré y cerré la puerta, me daba miedo que se colara algún animal rastrero; tomé mi libro nuevamente, estaba oscuro, pero aún era temprano y no tenía sueño, hacía calor así que salí a la terraza y me acomodé en uno de los equipales de ratán. Mi amiga la lechuza, vino a saludarme. —    Hola, — le dije — te estaba esperando. —    Lo sé, por eso estoy aquí — algo en su voz me decía que podía confiar en ella —    ¿Alguna vez seré feliz, como la protagonista de la novela? — pregunté. —    ¿Acaso no te has dado cuenta de que ya eres la protagonista de esta historia? Abrí los ojos cuando el sol comenzó a entrar por la ventana, inexplicablemente estaba en mi cama, no recuerdo en qué momento llegué hasta allí, y «Maxi» dormía plácidamente junto a mí.
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